Copa América: Un circo macabro sin pan

1.872

Fernando de la Cuadra|

La decisión del (des) gobierno de Jair Bolsonaro de ser anfitrión de la próxima Copa América representa un escarnio sobre su población, en momentos en que el país se aproxima con alarmante velocidad hacia los 470 mil fallecidos por la pandemia del Covid-19. Los números elevados de casos de contagios registrados en los últimos días, indican que la circulación intensa del coronavirus se encuentra descontrolada en el país. A eso hay que sumar los problemas con la lentitud de la inmunización de las personas por medio de la vacunación, con escasez de vacunas en muchos estados y municipios.

Después de ser descartada por los gobiernos de Argentina y Colombia, la sede de la Copa está migrando para Brasil en un momento en que los especialistas evalúan la inminencia de una tercera ola de contagios producidos por las nuevas y más peligrosas variantes de cepas, como la indiana y la amazónica.[1] La Copa América se jugará en Brasil y hay memes

A pesar de que la preferencia de la Conmebol era realizar este certamen en los Estados Unidos, el gobierno de Joe  Biden no aceptó la oferta de la Confederación por considerarla riesgosa para la salud de la población. En ese contexto, surgió como alternativa Brasil y tras una breve negociación con el gobierno brasileño, este aceptó efectuar el torneo en su territorio.

Para el médico Leonardo Weissmann, miembro de la Sociedad Brasileña de Infectología, este anuncio del gobierno es “totalmente absurdo e irresponsable. El campeonato está programado para ocurrir cuando el país se encuentre alcanzando la cifra de 500 mil vidas perdidas, una absoluta falta de respeto”.

Luego de las manifestaciones multitudinarias contra su administración y del avance de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI del Covid) que cada vez reúne más pruebas sobre la negligencia y las omisiones del gobierno en el enfrentamiento de la pandemia, el ex capitán intenta desviar las atenciones con esta jugada de última hora que le proporcionó el impasse generado por la inexistencia de un país dispuesto a hospedar la referida Copa.

Improvisando todo a última hora –la Copa comienza el próximo 13 de junio-, ya existen algunos gobernadores que se han negado a que sus Estados sirvan para albergar los juegos (Pernambuco) o se recusan a aceptar los partidos con asistencia de público.

El mundo político también se ha declarado estupefacto ante esta decisión del ejecutivo y culpa al presidente de intentar colocar una cortina de humo sobre los graves problemas que vive la nación: crisis sanitaria con un promedio de 2.000 muertes diarias, recesión económica y desempleo histórico de 15 millones de personas (14,6%), inflación galopante y pedida del poder adquisitivo de los ciudadanos, destrucción de las florestas, crisis hídrica y eléctrica, desmantelamiento del aparato público, especialmente en los ministerios estratégicos, aumento expresivo de la miseria y falta de seguridad alimentaria.

Es un circo macabro para un pueblo golpeado por la pobreza y el hambre, que sólo puede agradar a los acólitos de la extrema derecha que verán realizada su pulsión de muerte y destrucción. Una de las críticas más frecuentes, es la rapidez que tuvo el gobierno para aceptar la sede de esta Copa, cuando recientemente demoró más de 3 meses en pronunciarse en relación al ofrecimiento de vacunas realizado por la farmacéutica Pfizer, como ha quedado demostrado precisamente en el marco de la CPI del Covid.

Frente a las dudas respecto a las posibilidades de organizar un evento de esta magnitud en tan poco tiempo (menos de 2 semanas), el vicepresidente Mourao respondió que Brasil ya tiene construido los estadios y la infraestructura necesaria desde la época del Campeonato Mundial de 2014. Lo que no se sabe todavía es si las delegaciones participantes de los otros 9 países se encuentran vacunadas, como ordena el protocolo sanitario en estos casos. Realizar el torneo en las actuales condiciones de pandemia e incertidumbre sanitaria, únicamente puede redundar en mayores perjuicios para los jugadores, equipos técnicos, organizadores, periodistas y para la población en general.

Es sabido que los brasileños aman el futbol, pero en este caso ellos perciben que anunciar de improviso la Copa América en este territorio, parece más la vieja consigna del “pan y circo” utilizada desde los tiempos del Imperio Romano. Solamente que ahora se trata más de circo que de pan. Estudios realizados este año por un grupo de investigadores de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) junto con la Universidad de Brasilia (UnB) y la Universidad Libre de Berlín, revelaron que la situación de inseguridad alimentaria grave o moderada alcanzó a casi un 30 por ciento de la población brasileña, es decir, a 58 millones de personas.[2]

Otro porcentaje de la población se encontraría en situación de inseguridad alimentaria leve (31,7%), es decir, cuando existe la preocupación de que la comida acabe antes de tener dinero para comprar más o falten recursos para mantener una alimentación saludable y variada. Sumando ambos grupos, se constata que casi un 60 por ciento de los habitantes se encontrarían en condiciones de inseguridad alimentaria, lo que equivale a un total de 125 millones de personas.Por qué Brasil y no Chile? La trastienda de cómo la Copa América se movió de sede sobre la marcha - La Tercera

Los resultados muestran una aceleración en el aumento de la miseria en Brasil, con cifras que se disparan en medio de la pandemia, de la crisis económica y el desmantelamiento de las políticas públicas de combate a la pobreza. El estudio concluye que se ha acentuado el hambre en el país, llegando a niveles similares a los de inicios de este siglo (2003), antes de ser creado el programa Bolsa Familia durante el gobierno de Lula da Silva.

Esta maniobra de distracción creada por el presidente genocida y sus asesores es tan burda y bizarra que es posible que no tenga éxito y sea bloqueada por el Supremo Tribunal Federal, a partir de recursos legales interpuestos por políticos y epidemiólogos que ya se encuentran movilizados contra este evento, junto a importantes sectores de la sociedad y de la opinión pública que se expresan fervientemente contrarios a la realización de esta fanfarronada en suelo brasileño.

Notas

[1] La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el cambio de denominación de las 4 variantes del coronavirus existente hasta ahora, para no estigmatizar y discriminar a los países donde ha surgido cada nueva cepa. De esta manera se ha decidido denominar la variante británica como Alfa, la sudafricana como Beta, la brasileña como Gamma y la Indiana como Delta.

[2] Estudio realizado por el Grupo “Alimento para Justicia” conformado por investigadores de estas tres universidades y financiado por el gobierno alemán.

*Doctor en Ciencias Sociales. Editor del Blog Socialismo y Democracia. Colaborador del Centro Latioamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Addendo

Fútbol y política: la Conmebol quiere realizar la Copa América como sea

Nicolás Retamar-NODAL

https://www.nodal.am/wp-content/uploads/2021/06/copa-1.jpgCon bombos y platillos la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) anunciaba el 31 de mayo a las 11:05 horas que Brasil sería la sede de la Copa América 2021. Doce horas antes, la organización presidida por el paraguayo Alejandro Domínguez informaba por redes sociales que había suspendido la realización de la Copa en Argentina “en atención a las circunstancias presentes”. Inicialmente, la Copa América se iba a disputar durante 2020 en Argentina y Colombia.

Primero fue la pandemia y el temor a lo desconocido. Luego, cuando la Conmebol desafió todas las reglas sanitarias, hubo problemas de otra índole. Por el estallido social que se desarrolla desde el 28 de abril, Colombia tuvo que decirle no a la Copa. En realidad, el gobierno de Iván Duque pidió una prórroga en la realización del torneo para atenuar la situación epidemiológica y recibir hinchas en los estadios. Sin embargo, los calendarios son inamovibles dado que este tipo de competencias se juegan en los recesos de las temporadas europeas.

Sin mayores explicaciones desde el gobierno argentino, que hasta el último momento sostuvo en los medios masivos de comunicación la realización de la Copa América en el país, la Conmebol suspendió la misma y la mudó a Brasil. La “Cepa América”, como la denominaron en redes sociales, se va a jugar en el segundo país con más muertes por Covid-19 y en el tercero con más contagios por coronavirus en el mundo.

Más allá de la infraestructura de Brasil para recibir la competencia, Alejandro Domínguez necesitaba un presidente negacionista para recibir la Copa América y ahí estaba Jair Bolsonaro. Alguien que rechazó los aislamientos, promovió el uso de medicamentos no eficaces para combatir al Covid, dilató la compra de vacunas y ahora está siendo investigado por su gestión durante la pandemia, será quien reciba con brazos abiertos este torneo en un país que registra más de 462 mil muertes por coronavirus.

Sin embargo, varios gobernadores de Brasil se oponen y el propio jefe de gabinete sostuvo que todavía “no se resolvió nada”. El Partido de los Trabajadores ya presentó una denuncia ante el Supremo Tribunal Federal para que no se juegue la Copa América y la Comisión Investigadora del Senado sobre Covid-19 ya citó al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol para que explique los protocolos que se llevarán a cabo durante el torneo.

Realizar la Copa en Argentina significaría reconocer que las medidas tomadas por el gobierno progresista de Alberto Fernández para combatir la epidemia eran eficaces. El expresidente neoliberal Mauricio Macri, expresidente también del Club Atlético Boca Junrios y hoy presidente de la Fundación FIFA, hizo su lobby para impedir que la competición se disputara en su país, lo que podría sumarle votos a Fernández en las próximas elecciones legislativas.

Memes de Brasil nueva sede confirmada de Copa América 2021: Messi, covid y CONMEBOL | Copa America 2021 Argentina - Colombia | FutbolredEn este partido hay dos equipos que juegan de forma muy distinta, aunque ambos están a la defensiva. Uno, dirigido por Alejandro Domínguez y comandado dentro de la cancha por Bolsonaro, cuya táctica es defender intereses comerciales de la Conmebol, auspiciantes, cadenas de televisión, políticos de la derecha sudamericana y millones de dólares que mueve la competencia en la que participarán estrellas de la talla de Neymar y Lionel Messi.

El otro equipo, mucho más modesto y sin figuras de renombre, defiende el interés por la vida e intenta evitar el montaje de un show que pone en peligro a miles de personas, familias y a todo un país.

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.