Un nuevo diciembre en Argentina: ¿Endeudarse, aguantar, resistir, estallar?

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Emilia Trabucco

Se acerca fin de año y con él, culmina el primer año del gobierno de Javier Mile. Se acerca además un nuevo aniversario de ese diciembre trágico de 2001, y aparece repetidamente en los círculos políticos la pregunta: ¿Por qué ante los niveles históricos de pobreza, indigencia, desempleo y caída de los salarios, las calles no se convierten ahora en un escenario masivo de protestas, como sucede ante las crisis, más marcadamente a partir del 2001?

El viernes 13 de diciembre, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) emitió su mensual informe de Precios al Consumidor (IPC), que mostró una inflación para el mes de noviembre de 2,4%, alcanzando un 166% interanual. Además, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) reveló que el nivel de pobreza en el último trimestre del año alcanzó al 49,9% de la población, es decir alrededor de 23 millones de personas. Y que el 65,5% de los niños en Argentina viven en situación de pobreza.

Los números demuestran que los niveles se encuentran por encima de la comparación interanual (44,7% de 2023) y dan cuenta que la mitad de la población argentina se encuentra sumida en la pobreza, con salarios de hambre, necesidades básicas insatisfechas e imposibilidad de cubrir los gastos que demanda una canasta básica. La misma medición reveló que el nivel de indigencia trepó al 12,9% en el mismo período, es decir un punto más que el 11,9% registrado en 2023.

Estos índices, han implicado en otros momentos del país, estallidos históricos, como el del recordado diciembre de 2001, principalmente los días 19 y 20, con estado de sitio decretado por el entonces presidente Fernando de la Rua, una represión feroz en las calles que acabó con la vida de 39 personas, más de 500 heridas y heridos en todo el país, y la final renuncia del mandatario radical con la imagen del helicóptero escapando desde la Casa Rosada.

El clima que impera en las calles hoy, no es el de aquel mes de comienzos de siglo. En parte, ésto podría explicarse por el letal control social ejercido por las fuerzas federales a través de la aplicación del protocolo “Antipiquetes”,. Según datos del Monitor de Respuestas Represivas Estatales y Paraestatales contra las Organizaciones del Campo Popular”, del Instituto de Estudios y Formación (IEF) de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), se registraron al menos 60 acciones represivas y 22 hechos de detenciones, resultando en un total de 115 personas arrestadas.

Además, 147 personas enfrentaron causas penales y 992 sufrieron heridas a manos de las fuerzas de seguridad. Sumado a este protocolo de control en las calles,  al disciplinamiento se sumó la persecución y allanamientos a casas de  líderes sociales, como los sufridos por referentes de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y  del Partido Obrero, entre otros, además de las auditorías ordenadas en los comedores populares.

La persecución judicial, también fue uno de los brazos de maniobra más importantes utilizados por el gobierno de ultraderecha, a través del Poder Judicial, actor central del entramado mafioso económico-jurídico-mediático-policial y de los servicios de inteligencia. Se agudizó la estrategia de persecución a dirigentes y militantes desde la llegada del gobierno de Javier Milei, con sus herramientas de aniquilamiento, con el lawfare y el intento de magnifemicidio hacia la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2022, como antecedente y hecho bisagra, sosteniendo la centralidad de los ataques en su figura.

No es menos importante destacar la actividad a través de las redes sociales y el activismo digital de los influencers libertarios; la utilización, principalmente de la red X del presidente Javier Milei para atacar, desprestigiar y mentir contra sus opositores políticos y aquellos y aquellas que hacia adentro de La Libertad Avanzan tienen algún paso en falso o contrario a las aspiraciones oficiales, periodistas, militantes sociales, movimientos populares.

Frenar la hemorragia política: reunión de emergencia entre Karina Milei, Santiago  Caputo, Francos y los MenemTodo orquestado a través del autodenominado “Triángulo de Hierro” integrado por Karina Milei-Javier Milei-Santiago Caputo, y ejecutado fundamentalmente por actores como Agustín Romo, Daniel Parisini (“El Gordo Dan”) y Juan Pablo Carreira (“Juan Doe”), e intelectuales como, principalmente, Agustín Laje, de la Fundación Faro, constructores de discursos de odio hacia el otre, que refleja el clima de violencia política que se vive el país.

Pregunta y se responde Lucas Aguilera:  “¿Cómo se está sosteniendo y por qué esto no vuela por el aire? No vuela por el aire porque en 2001 ningún pobre o trabajador pobre accedía a créditos. Hoy Mercadopago (empresa privada) te da un crédito de 50, 100, hasta 700 mil pesos. Hoy un trabajador o trabajadora accede a las ayudas sociales de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) a través de Mercadopago, tiene garantizado el crédito».

«Por un lado, los sectores populares están endeudados totalmente, pero llegan a fin de mes. No aspira a un salario paupérrimo de un trabajo formal que está por debajo de la línea de la pobreza y que tiene que trabajar entre 8 y 10 horas, si él o ella puede sostenerse con trabajos informales, conciliarlos además con las tareas domésticas. Aparece la aspiración al trabajo en plataformas, a monetizar la actividad en redes sociales. La concepción del trabajo cambió, la arquitectura del trabajo, del ingreso, se modificó. Es lo nuevo que tenemos que interpretar”, añade Aguilera.

La digitalización y financiarización de la economía doméstica de los hogares argentinos (y mundiales) en la nueva fase del sistema capitalista, da un indicio de mecanismos que parecen ser más de fondo que fenomenológicos. En Argentina, las plataformas digitales, y Mercadopago en particular, se convierten en la mediación de las personas con su entorno.

mercado pago en Mercado Libre ArgentinaReciben a través de la plataforma de Marcos Galperín, CEO de Mercadolibre y el hombre más rico del país según  la revista Forbes, los subsidios estatales como la Asignación Universal por Hijo, Asignaciones Familiares, Programa Alimentar, Voucher Educativo, Beca Progresar, Desempleo, Refuerzo Ingreso, Programa, Hogar, Programa Ingreso Social con Trabajo, Cobertura Universal de Niñez y Adolescencia, Ingreso Familiar de Emergencia, Programa Reparación Económica para Niñas, Niños y Adolescentes Víctimas de Violencia Intrafamiliar, Pago Único por Nacimiento, Matrimonio o Adopción.

Tal como expresan los movimientos feministas y transfeministas, a saber de Lucía Cavallero, “Se hizo evidente también, que la falsa discusión de los «intermediarios» (dado que todos los programas nombrados se cobraban directamente en bancos), solo ha servido para legitimar a las empresas de Fintech como verdaderas punteras de la política social financierizada”.

Los feminismos, vienen señalando que el peso de la crisis recae particularmente sobre mujeres y diversidades. Al respecto Cavallero y Gago expresan que “Al entregar esos montos de dinero público a Mercado Pago, el gobierno no sólo da un botín de recursos cautivos para la especulación financiera, sino que abre más posibilidades de endeudamiento a través de la billetera virtual… Endeudarse para vivir, estar calculando todo el tiempo el salto del dólar, las tarifas y los alquileres, produce una experiencia de especulación inmanente a la sobrevivencia”.

Cuando la cibervigilancia se exagera con desinformación: mentiras virales  que están generando miedo en la disidencia venezolanaEs decir el endeudamiento individual de las personas mediante la virtualización financiera que genera una respuesta a la inmediatez a la urgencia de sobrevivir, responde a la especulación que genera mayores ganancias financieras; disciplinamiento que se complementa con las medidas de represión y cibervigilancia, además de las medidas económicas de empobrecimiento y pérdida del poder adquisitivo; y las de contención social que se sostiene conjuntamente con las nuevas mediaciones sociales de conducción política.

¿Qué debemos preguntarnos y cómo debemos accionar en la lucha, ante un sistema que disciplina de diferentes maneras pero que genera a la vez una aparente seguridad en las mismas plataformas que oprimen?

Una nueva ingeniería de contención social se despliega en red y en redes, singularizando las necesidades básicas, antes colectivizadas en problemas del común que eran fermentos de lucha, que individualizan la desesperación y proyectan en plataformas créditos para la “llegar a fin de mes”, endeudando a trabajadores y trabajadoras formales e informales, extendiendo la esperanza de vivir mejor, mientras legitiman con falacias la necesidad de soportar el sufrimiento cotidiano.

Mientras  crecen exponencialmente las ganancias de los sectores de la  especulación y las finanzas, se hace urgente  afinar análisis que nos hagan mirar más allá de lo que se nos aparece  y que, al calor de las luchas que se están dando, poder luchar mejor y con los efectos sociales, políticos y económicos necesarios. Solo las fuerzas del suelo organizadas en los territorios, tanto virtual como en las calles, serán la esperanza de llevar adelante las acciones necesarias para contrarrestar las políticas nefastas del gobierno libertario y recuperar la dignidad del pueblo argentino.

 

*Psicóloga, Magíster en Seguridad. Analista de la Agencia NODAL y de la Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CCLAE ) en Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU

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