Reino Unido: tories go home

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Isabella Arria

Rishi Sunak, el ex primer ministro del Reino Unido, anunció su renuncia formal tras derrota del Partido Conservador en las elecciones generales del 4 de julio, y presentó su dimisión al Rey Carlos, al reconocer la demanda de cambio del electorado. El Partido Laborista, liderado por Keir Starmer, obtuvo una victoria histórica con 410 escaños parlamentarios, y el nuevo primer ministro asumió formalmente su cargo tras ser nombrado por el Rey Carlos.

End of 14 years of dysfunctional Tory rule - by Ben Jennings : r/europe
Fin dde 14 años de disfuncionalidad conservadora

El resultado de las elecciones ha movilizado la escena política británica, después de catoce años de predomonio conservador, puesto que los laboristas aumentaron 210 puestos en el parlamento, en una de las victorias más significativas en la historia reciente del partido. Mientras, el Partido Conservador sufrió una pérdida devastadora de alrededor de 250 escaños, entre ellos de la exprimer ministra Liz Truss.

Keir Starmer, es un ex abogado de derechos humanos que tendrá que concentrar su ética de trabajo y su mente metódica en arreglar el país. A sus 61 años será la persona de mayor edad en convertirse en primer ministro británico en casi medio siglo, y llega apenas nueve años después de que fuera elegido por primera vez para el Parlamento. Reemplazó a Jeremy Corbyn al frente del ‘Labour’ (Partido Laborista) en 2020.

Sus detractores lo califican de oportunista poco inspirador, pero sus partidarios insisten en que es un pragmático en gestión que abordará su cargo de primer ministro del mismo modo que hizo su carrera jurídica: incansablemente y de manera forense. Devoto fanático del equipo de fútbol Arsenal, llegó a la política tarde en su vida y a veces se muestra incómodo bajo los focos, mientras lucha para deshacerse de su imagen pública de persona retraída y aburrida.

Keir Starmer, un Sir que puede ser un gran aliado del rey Carlos III |  Internacional
Keir Starmer,¿un Sir que puede ser aliado del rey?

En la campaña -con su copete gris y sus anteojos de montura negra- definió seis prioridades: estabilidad económica, reducción de las listas de espera en la salud pública, refuerzo de la policía, definición de una nueva política de energía, apertura de puestos de profesores y creación de un nuevo centro de mando para la seguridad de fronteras.»Debemos devolver la política al servicio del pueblo», afirmó

Este drástico viraje en las preferencias se explica por las dificultades económicas causadas por factores externos como la pandemia o la guerra en Europa del Este, pero, sobre todo, por la manera en que han sido gestionados por las administraciones derechistas.

Starmer dijo este sábado que la victoria rotunda lograda en las elecciones generales ha dado a su partido «un mandato claro» para gobernar «por el cambio» en las cuatro naciones del Reino Unido y señaló que pondrá en marcha «una política en este país que funcione» para los ciudadanos.

En el momento más álgido de las restricciones dispuestas para frenar el contagio de covid-19, el entonces primer ministro, Boris Johnson (2019-2022), celebró una fiesta con sus colaboradores en el mismo momento en que la fallecida reina Isabel II velaba completamente sola a su esposo.

Para los analistas británicos, ese acto de insensibilidad e insólita falta de respeto a la institución de la corona, caló más en el ánimo del electorado que las mentiras, la corrupción, el deterioro económico, la xenofobia, el belicismo y la insondable frivolidad de Boris Johnson.Los líderes de los partidos políticos en Gran Bretaña. En el sentido de las agujas del reloj, desde arriba a la izquierda, están el líder del Partido Conservador, el primer ministro Rishi Sunak, el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, el líder del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, el líder del Partido Reformista del Reino Unido, Nigel Farage, el Partido Nacional Escocés, John Swinney, y los colíderes del Partido Verde, Carla Denyer y Adrian Ramsay. (AP Photo)

Su efímera sucesora Liz Truss (45 días en 2022) propuso un recorte de impuestos a los más ricos en un momento en que gran parte de la población sufría para llegar a fin de mes debido a la inflación y a las consecuencias de abandonar la Unión Europea (el famoso Brexit), sin un verdadero plan de transición.

Si bien Sunak mostró durante sus dos años de gobierno un talante institucional y una prudencia de la que carecieron sus dos antecesores, pero mantuvo intocado el modelo neoliberal que tiene en crisis el acceso a la vivienda, la educación, la salud (durante décadas orgullo británico) y el conjunto de los servicios públicos.

Sunak, un billonario tecnócrata ortodoxo, desatendió el clamor social de refrenar la desigualdad y rearticular el Estado de bienestar, mientras se embarcaba en el delirio imperial de sostener una guerra con Rusia peleada por soldados ucranios pero cofinanciada por el Reino Unido, el tercer país que más recursos aporta para sostener al régimen de Kiev: destina medio punto del producto interno bruto (PIB) a ese fin.

Además, en abril, en plena la campaña electoral, prometió aumentar el presupuesto militar hasta 2.5 por ciento del PIB y dilapidar casi 100 mil millones de dólares en un relanzamiento belicista que no puede devolverle al país un papel relevante en la geopolítica, pero sí implicaba perpetuar la ruina de la seguridad social y de todas las instancias que mejoran la calidad de vida de las mayorías.

Este es y así piensa Keir Starmer, el primer ministro laborista de Reino  UnidoPara el conservadurismo supone el mayor descalabro en su historia, una caída incluso más significativa si se considera que apenas en 2019 obtuvo sus mejores resultados desde 1987. Lo que dejaron los conservadores es un desastre multidimensional.

La ciudadanía de Inglaterra, Gales y Escocia –los tres países que conforman el Reino Unido- votó con claridad por la clausura del ciclo conservador y la renovación de la vida pública con decisiones en función del bien común y no de los intereses de corporaciones y capitales financieros, rescatar la seguridad social y no azuzar la guerra, pese a la presión de una ultraderecha ascendente en el continente europeo.

*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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