Argentina y el FMI: Acuerdos firmados 21, acuerdos cumplidos, cero

Juan Guahán|

Es difícil explicar porqué haciendo lo mismo, lo que siempre salió mal, ahora debería salir bien. Es un tema sin respuesta para la mayoría de quienes en Argentina abogan por firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Veamos cómo se llegó a esta situación.

El mes de abril de 1956 es, en nuestra historia patria, un sinónimo de tragedia. Dos cuestiones simbolizan esa afirmación. Luego del golpe militar que desplazó al general Perón (setiembre 1955), el Presidente fusilador -Pedro Eugenio Aramburu- dio dos órdenes indignas: Una, anular la Constitución de 1949, la misma que sostenía la Justicia Social y la Soberanía Económica. Así fue como retrocedimos a la Constitución liberal de 1853, que sigue vigente.

La otra bajeza fue ordenar nuestra incorporación al FMI, con lo cual se perdió toda posibilidad de sostener la soberanía económica.

En función de esta incorporación Argenitna firmó, con las autoridades de ese organismo a partir de 1958, 21 acuerdos que sometieron a los argentinos a las condicionalidades que ellos establecieron. Según los estudios de varios economistas -muchos de ellos aplaudidores de la política estadounidense- esos 21 acuerdos terminaron mal para los intereses argentinos.

La pregunta del millón es cuál es la razón para que ahora tenga otro final.

La no aprobación parlamentaria del Presupuesto 2022, más allá que pueda darle al gobierno una mayor discrecionalidad en el manejo de los recursos, es un signo de extrema debilidad ante el FMI y los llamados “acreedores externos”. Más allá de un lenguaje distinto Alberto y Cristina Fernández, coincidieron –en el acto en Plaza de Mayo- en la conveniencia de firmar un acuerdo, sin ajuste.

El Presupuesto, de “papel mojado” a “piedra del escándalo”

El mundo asiste temeroso a dos situaciones cuyo destino final es incierto. Occidente teme que el conflicto en la frontera de Ucrania desencadene -con Rusia- una situación incontrolable. Un acuerdo chino-ruso para comerciar en una moneda que no sea el dólar pone en cuestionamiento 75 años de hegemonía de la moneda estadounidense en la economía mundial. Son temas serios que obligan a mirar al mundo otros ojos.

En el mismo sentido los acontecimientos en la sureña provincia de Chubut traen otra reflexión: ¿No será que el pueblo, harto de tantas palabras que no dicen nada, están comenzando  a producir hechos?

El resultado de lo que ocurrió el viernes con el debate y la votación sobre el Presupuesto encierra muchas cuestiones que con el tiempo se irán revelando. Por ahora queda claro que hay cuestiones que plantean diversas dudas. La más importante, para el próximo año, gira en torno al rol del Presidente del Bloque oficialista: Máximo Kirchner. Son muchas las dudas generadas por su actitud en este debate, que contribuyó a diluir las propuestas que Alberto le había ofrecido a la oposición para enderezar el debate. Mientras eso ocurría Máximo ayudó a dinamitarlo, para alegría de aquellos -del bloque del PRO- que podrían acordar con el “libertario” Milei.

Otra cuestión, de una trascendencia no menor, es si tal actitud es producto de una bronca circunstancial o si ella tuvo como objetivo, bloquear la aprobación del Presupuesto. Una última cuestión trata sobre el modo que la fuerza parlamentaria oficialista se prepara para la aprobación del Acuerdo que le traerán el presidente y el Ministro Martín Guzmán o será una forma de preparar las condiciones para rechazarlo.

Todas estas dudas, con el agregado de la soberbia de los sectores duros de la oposición presagian un complejo futuro parlamentario. Ello hizo que una Ley que usualmente es “papel mojado” se haya transformado en la “piedra del escándalo” que influirá sobre la política del gobierno y el debate parlamentario por un tiempo y una modalidad inesperada.

Esto pasa en Palacio, pero claro está que la última palabra sobre estas cuestiones vendrá de acuerdo a la fuerza con la que la calle demande el rechazo de dicho acuerdo.

*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE