Bancarrota económica y en política exterior, desafíos de López Obrador/ Bancarrota econômica e diplomática, os desafios de López Obrador

924

 

 

Gerardo Villagrán del Corral-CLAE|

 

El próximo presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador afirmó que el país se encuentra en “bancarrota”, aunque bien pudo haber dicho quiebra, ruina o desastre. El endeudamiento de Enrique Peña Nieto ha sido tan alto, gravoso y a la vez inservible para el futuro del país, que obligó al gobierno a usar los recursos en solventar la deuda externa, con lo cual se desatendió totalmente a la sociedad misma.

La deuda bruta externa total ajustada se duplicó en los últimos ocho años y alcanzó un máximo histórico de 453 mil 548 millones de dólares (más del 40% del PIB) al cierre del primer trimestre de este año, de acuerdo al Banco de México. El pago de los intereses fue por 21 mil 613 millones de dólares en 2017, prácticamente el doble de los erogados en 2010.

Los estrategas de López Obrador tendrán que encontrar otras fuentes de recursos, diferentes a la deuda externa, para financiar los programas anunciados y poder contribuir a una mayor expansión de la economía sin generar desequilibrios insostenibles en el tiempo. Hoy, el país está mucho más cerca de una bancarrota que de la bonanza que intenta vender el presidente saliente, el establishment y los medios hegemónicos: el producto por habitante no ha crecido y el futuro aparece demasiado nublado cuando el salario mínimo es menor ahora que hace 30 años.Resultado de imagen para mexico deuda externa

Una economía más o menos estancada que concentra el ingreso está produciendo pobreza incesantemente y, en tal virtud, contiene fuertes estructuras que reproducen el mismo estancamiento. En ese círculo vicioso ha vivido el México neoliberal. La pobreza reporta números absolutos más altos entre cada sexenio, pero también porcentajes mayores. Existe una bancarrota social, señala el analista Pablo Gómez .

Hace 30 años casi un tercio de la juventud estudiaba: hoy subsiste el mismo porcentaje mientras otros países en iguales condiciones entonces sobrepasan el 60% de matrícula universitaria.

México vive en medio de la delincuencia organizada, la acumulación de dinero ilícito y otros, y el incremento incesante del número de homicidios dolosos, feminicidios, extorsiones, violaciones y otras conductas ilícitas cuyos números son agobiantes cuando se analizan tanto en términos absolutos como en relativos, indica la revista Proceso, que añade que la corrupción es también una bancarrota, no sólo económica, sino moral.

Existe hoy  una sociedad más estratificada y más injusta. Pero si se analiza la situación en la que se encuentran los grandes conglomerados capitalistas, entonces sí que se vive en bonanza, señala Pablo Gómez.

Trump-Amlo

Resultado de imagen para carta de amlo a trumpUna carta de López Obrador a Donald Trump –en julio pasado, tras su triunfo-  significó la manifestación del deseo de sostener relaciones binacionales cordiales o una agenda de los asuntos a tratar en común y, a la vez, un inusual informe unilateral de las medidas que su gobierno tomará para frenar la migración hacia EEUU.

El objetivo explícito de las medidas comunicadas a Trump es que los mexicanos no tengan que migrar por pobreza o violencia, esforzándose en lograr que encuentren trabajo y bienestar en sus lugares de origen. Se busca levantar una serie de cortinas que frenen el desplazamiento de la fuerza de trabajo hacia EEUU.

Entre las acciones que se echarían a caminar se encuentra la siembra de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables en el sureste del país, para crear 400 mil empleos. También, el impulso a un corredor económico en el Istmo de Tehuantepec, para unir el Pacífico con el Atlántico (una especie de Canal de Panamá seco), con una línea de ferrocarril de 300 kilómetros para el transporte de contenedores y el establecimiento de una zona franca.

Adicionalmente, se recorrerán las aduanas mexicanas hacia el sur, 20 o 30 kilómetros, y se disminuirán a la mitad los impuestos cobrados en la zona fronteriza. Asimismo, se establecerá una franja libre en los 3 mil 185 kilómetros de frontera. “Esta será –dice la carta– la última cortina para retener trabajadores dentro de nuestro territorio”.Resultado de imagen para mexico y trump

Luis Hernández Navarro recuerda que el desarrollo de la región sur-sureste para frenar la migración anunciado por López Obrador no es novedad. Vicente Fox auspició (provocando una incesante oleada de resistencia indígena y campesina) el Plan Puebla-Panamá. Peña Nieto creó en 2016 las zonas económicas especiales (ZEE), como territorios de excepción con incentivos fiscales, beneficios aduaneros y un marco regulatorio ágil, y ahora señalan que buscarán extenderlas a todo Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

Todos estos planes han fracasado. Las entidades donde se promovieron no crecieron económicamente y la población no vive mejor, señala el analista de La Jornada. En una historia sin fin, al menos desde 1997, los gobiernos en turno han anunciado el inicio del proyecto de transporte intermodal, para conectar Salina Cruz, Oaxaca, con Coatzacoalcos, Veracruz, y establecer un cluster regional de sectores industriales con alto potencial económico.

“Invariablemente se han topado con un problema irresoluble: el rechazo de las comunidades a su construcción”, recuerda. Más allá de las promesas, nada indica que en esta ocasión la ancestral respuesta de campesinos e indígenas vaya a ser distinta a la del pasado.

Las relaciones con el mundo

Para la académica y diplomática Olga Pellicer, tres grandes rasgos distinguen las relaciones exteriores de México en estos momentos: la creciente vulnerabilidad ante Estados Unidos, la escasa proyección de México en los foros internacionales y el deterioro progresivo de los arreglos institucionales para conducir la política exterior.

La decisión de profundizar la dependencia se tomó al firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuando la exportación de manufacturas, producidas de manera integrada con corporaciones estadounidenses, se convirtió en el motor principal del crecimiento económico del país.

combustibles-importados.jpgLa mayor vulnerabilidad en los últimos años responde a la importancia creciente que adquieren las importaciones de gas natural y gasolina desde EEUU (la seguridad energética mexicana depende de ello) y al cambio inesperado, proteccionista y demoledor de la política de comercio exterior del actual presidente Donald Trump (empeñado en construir un muro que “una” los dos países), lo que exige una redefinición del proyecto de desarrollo nacional.

En los últimos seis años se produjo un sensible debilitamiento de la posición de México como actor con influencia a nivel regional o como defensor de causas en organismos internacionales. Con excepción de la atención concedida a la Alianza del Pacífico y la decisión –tardía- de integrar las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, el sexenio de Peña Nieto llegó a su fin carente de un proyecto de envergadura en foros multilaterales, como sí se tuvo en 2010 en la COP 16 sobre cambio climático, o en la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac),

En el terreno de los derechos humanos, el gobierno de Peña mantuvo serios desacuerdos con el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, con los relatores especiales y con los grupos de expertos designados por la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos para coadyuvar en el esclarecimiento del trágico problema de Ayotzinapa y los miles de desaparecidos en todo el país.

Para Pellicer, conducir la relación de México con el mundo requeriría de instituciones sólidas, listas para echar a andar políticas que permitan contrarrestar las circunstancias que han profundizado la vulnerabilidad del país, pero el gobierno entrante recibirá un andamiaje institucional débil: agencias que no se comunican entre sí, sacando adelante los temas coyunturales pero sin responder a metas y objetivos de largo plazo.

Es una herencia perturbadora, pero el futuro lo será aún más si quienes han sido designados por el presidente electo para ocuparse de las relaciones exteriores no se abocan, de inmediato, a enfrentar omisiones y obstáculos que dificultan una mejor conducción de las mismas.

Dado el entorno externo tan adverso para México en 2018, de una buena política exterior depende en gran medida la estabilidad interna y el éxito de la mayoría de proyectos que está dando a conocer el próximo gobierno, concluye Pellicer.

* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

VERSIÓN EN PORTUGUÉS

Bancarrota econômica e diplomática, os desafios de López Obrador

Por Gerardo Villagrán del Corral

O próximo presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador afirmou que o país se encontra em “bancarrota”, embora poderia ter usado outro termo, como “quebra”, “ruína” ou “desastre”. O endividamento acumulado pelo governo de Enrique Peña Nieto foi tão profundo, e ao mesmo tempo tão imprestável para o futuro do país, que obrigou o governo a gastar uma enorme parte dos recursos com o pagamento de dívidas, e fazendo com que o Estado se afastasse totalmente das suas responsabilidades com a sociedade.

O total da dívida externa bruta, embora ajustada, se duplicou nos últimos oito anos (toda a gestão Peña Nieto e final do governo de Felipe Calderón), alcançando um máximo histórico de 453,55 bilhões de dólares (mais de 40% do PIB) no final do primeiro trimestre deste ano, de acordo com o Banco do México. Só o pagamento dos juros chegou a 21,6 bilhões de dólares em 2017, praticamente o dobro de 2010.

Os estrategistas de López Obrador (também conhecido pela sigla AMLO, das iniciais do seu nome completo) terão que encontrar outras fontes de recursos para financiar os programas anunciados, e assim poder contribuir com uma maior expansão da economia sem gerar desequilíbrios insustentáveis no tempo. Hoje, o país está muito mais perto de uma bancarrota que da bonança que o ainda presidente Peña Nieto tenta mostrar – com a cumplicidade dos meios hegemônicos de comunicação. A verdade do México é que o produto por habitante não cresce, e o futuro parece nublado demais, com um salário mínimo atual menor que o de 30 anos atrás.

“Uma economia mais ou menos estagnada, concentradora de renda, que está produzindo pobreza incessantemente, e que para tanto contém sólidas estruturas que reproduzem essa mesma estagnação. Um círculo vicioso que é o resultado mais destacável do México neoliberal. A pobreza reporta números absolutos mais altos a cada mandato presidencial, e também porcentagens maiores. Existe uma bancarrota social”, comenta o analista Pablo Gómez.

Há 30 anos, quase um terço da juventude estudava: hoje, subsiste a mesma porcentagem, enquanto outros países de iguais condições econômicas já ultrapassaram os 60% de matrícula universitária.

O México convive com uma delinquência organizada, a acumulação de dinheiro ilícito e outros problemas, como o aumento incessante do número de homicídios dolosos, feminicídios, extorsões, estupros e outras condutas ilícitas – cujos números são angustiantes quando analisados, tanto em termos absolutos quanto relativos. Um artigo da revista Proceso analisa esses elementos, e acrescenta que a corrupção sistêmica também é um tipo de bancarrota, não só econômica como moral.

“Atualmente, existe no México uma sociedade mais estratificada e mais injusta. Mas se analisamos a situação na qual se encontram os grandes conglomerados capitalistas, poderíamos dizer que o que se vive aqui é um paraíso”, ironiza Pablo Gómez.

Trump e AMLO

Uma carta de López Obrador a Donald Trump, escrita em julho passado, após o seu triunfo eleitoral, significou a manifestação do desejo de sustentar relações binacionais cordiais e uma agenda dos assuntos em comum a serem tratado. Ao mesmo tempo, funcionou como um informe não oficial e unilateral das medidas que seu governo tomará para frear a migração aos Estados Unidos.

O objetivo explícito das medidas comunicadas a Trump é fazer com que os mexicanos não tenham que migrar devido à pobreza ou à violência, com um governo que assegura um esforço para que os compatriotas tenham trabalho e bem-estar em suas terras de origem. A ideia é levantar uma série de barreiras para impedir o deslocamento da força de trabalho, mostrando melhores oportunidades em casa.

Entre as ações que o futuro governo pretende impulsar está a de semear um milhão de hectares de árvores frutais e de madeira no sudeste do país, para criar 400 mil empregos. Também se está planejando a criação de um corredor econômico no Istmo de Tehuantepec, para unir o Pacífico com o Atlântico (uma espécie de Canal do Panamá seco), com uma linha de trens de 300 quilômetros, para o transporte de containers, e o estabelecimento de uma zona franca. Adicionalmente, as aduanas mexicanas serão movidas em 20 ou 30 quilômetros para o sul, e se diminuirão pela metade os impostos cobrados na zona fronteiriça. Ainda assim, se estabelecerá uma faixa livre nos 3,2 mil quilômetros de fronteira. “Esta será a última barreira para conter os trabalhadores dentro do nosso território”, diz a carta de AMLO.

O jornalista e escritor Luis Hernández Navarro recorda que a ideia de apostar no desenvolvimento da região sul-sudeste, como forma de frear a migração, como foi anunciado por López Obrador, não é nova. No começo deste século, Vicente Fox patrocinou um projeto parecido, chamado Plano Puebla-Panamá, que provocou uma forte onda de resistência indígena e camponesa. Em 2016, Peña Nieto criou as zonas econômicas especiais (ZEE), territórios de exceção com incentivos fiscais, benefícios aduaneiros e um marco regulatório ágil.

“Contudo, todos esses planos fracassaram. As entidades que promoveram essas iniciativas não cresceram economicamente, e a população não passou a viver melhor”, avalia o colunista do diário La Jornada. Desde 1997, e em histórias que se sucedem sem interrupção, os governos da vez anunciam projetos novos de transporte intermodal, para conectar as regiões povoadas de Salina Cruz, Oaxaca, Coatzacoalcos e Veracruz, estabelecendo um circuito regional de setores industriais com alto potencial econômico.

“Inevitavelmente, es depararam com um problema gigantesco: a rejeição das comunidades, que se opõem à sua construção”, lembra o jornalista. Além das promessas, nada indica que a resposta dos camponeses e indígenas agora, com AMLO, será diferente da que foi no passado.

As relações com o mundo

Para a acadêmica e diplomata Olga Pellicer, três grandes características distinguem as relações exteriores do México nestes momentos: a crescente vulnerabilidade diante dos Estados Unidos, sua escassa projeção nos foros internacionais e a deterioração progressiva dos mecanismos institucionais para conduzir a política exterior. “A decisão de aprofundar a dependência veio com a assinatura do Tratado de Livre Comércio da América do Norte (TLCAN), num momento em que a exportação de manufaturas, produzidas de forma integrada com as corporações estadunidenses, se transformou no motor do crescimento econômico do país”, comenta ela.

A maior vulnerabilidade nos últimos anos tem relação com a importância crescente das importações de gás natural e gasolina dos Estados Unidos – a segurança energética mexicana depende disso – e com a mudança inesperada na política exterior de Donald Trump, para um estilo mais protecionista e avassalador, e também com sua insistência na promessa da construção de um muro, que ele diz que “unirá” os dois países, mas que exige uma redefinição do projeto de desenvolvimento nacional.

Nos últimos seis anos, se produziu uma sensível fragilização da posição do México como país com influência a nível regional e defensor de causas em organismos internacionais. Com exceção da atenção concedida à Aliança do Pacífico e à decisão (tardia) de integrar as Operações de Manutenção da Paz da ONU, os seis anos de mandato de Peña Nieto chegam ao fim carentes de um projeto de envergadura em foros multilaterais, como o que se viu em 2010, na COP 16 sobre a crise climático, ou na criação da Comunidade de Estados Latino-Americanos e Caribenhos (CELAC).

No terreno dos direitos humanos, basta lembrar que o governo que se termina manteve fortes desavenças com o Alto Comissionado de Direitos Humanos das Nações Unidas, e também com os relatores especiais e grupos de especialistas designados pela Comissão Interamericana para os Direitos Humanos (CIDH), que tinham a missão de ajudar no esclarecimento do assassinato dos 43 estudantes de Ayotzinapa, e também dos milhares de casos de desaparecidos em todo o país.

Para Pellicer, a condução da relação do México com o mundo requer instituições sólidas, prontas para impulsar políticas que permitam combater as circunstâncias que aprofundaram a vulnerabilidade do país. Contudo, o governo que entra receberá uma estrutura institucional sucateada: agências e departamentos que não se comunicam entre si, lidando com problemas conjunturais sem estabelecer metas e objetivos de longo prazo, entre outros equívocos.

“É uma herança perturbadora, mas o futuro será ainda mais, se aqueles que foram designados pelo presidente eleito para conformar a equipe diplomática não enfrentarem, logo de cara, as omissões e obstáculos que dificultam essas políticas”, comentou a analista internacional.

Devido a um cenário externo tão adverso para México em 2018, Pellicer considera que “a estabilidade interna e o sucesso da maioria dos projetos que o próximo governo já anunciou dependerá, em grande medida, de uma política exterior bem sucedida”.

Gerardo Villagrán del Corral é antropólogo e economista mexicano, associado ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

*Publicado em estrategia.la | Tradução de Victor Farinelli

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.