Dossier| Argentina: 8M, paro internacional feminista y transfeminista

CLAE

El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres trabajadoras textiles se encontraban luchando en la fábrica Cotton, en Nueva York, reclamando por condiciones laborales dignas, justas, reducción de la jornada laboral y un salario igual al de los hombres. Hoy reivindicamos, actualizamos, ampliamos y profundizamos las luchas de esas 129 mujeres que murieron en el incendio provocado por su patrón, con una perspectiva necesaria para el campo de las mayorías plebeyas.  Este dossier se publica entonces como una herramienta que pretende contribuir al debate del movimiento feminista y transfeminista.

El documento, que cuenta con información de elaboración propia del seguimiento de 12 medios nacionales e internacionales e información y documentos de fuentes del sector específico de lxs feminismos y transfeminismos, recorre un conjunto de hechos organizados en una serie de ejes: violencia económica, física, sexual y psicológica contra las mujeres y disidencias, estadísticas de femicidios y transfemicidios, mafia judicial, políticas de gobierno, deuda y calle. Una manera de visibilizar y llamar a la reflexión sobre la guerra multidimensional, de crisis orgánica del capital, en la que se inscriben las operaciones en las que  mujeres y disidencias seguimos siendo, como a lo largo de toda la historia, hemos sido invisibilizades, precarizades, oprimides, violentades y asesinades.

En ese contexto, este material es una invitación a reflexionar sobre cuáles son los desafíos que debemos encarar desdel movimiento feminista y transfeminista.

Por su potencia transformadora, es que reconocemos en él un territorio fértil para la disputa. Allí emerge con fuerza el transfeminismo popular, capaz de producir interseccionalidades entre géneros, diversidades y clase, para potenciar la fuerza acumulada, a partir de la comprensión de que el heteropatriarcado se arraiga en un sistema económico, que para reproducirse hace uso de un aparato de acumulación/exclusión y en sus terminales extremas, de aniquilación. Por otro lado, un feminismo blanco y liberal disputa el discurso dominante sobre el sentido y la práctica de la lucha feminista y disidente.