200 millones de personas en el mundo padecen hambre

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Isabella Arria

El hambre en el mundo aumentó a un nivel récord en 2021, incluso antes de que la invasión rusa de Ucrania a principios de 2022 exacerbara la inseguridad alimentaria aguda, que afecta a cerca de 200 millones de personas en el mundo, incluidas 40 millones que se sumaron el año pasado antes de iniciarse la guerra en Ucrania, debido a los conflictos, el clima y las crisis económicas, advirtió Naciones Unidas (ONU).

Durante una visita a Abuya, la capital de Nigeria, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que “el problema de la seguridad alimentaria mundial no se solucionará si no se reintegra la producción agrícola de Ucrania y la producción de alimentos y fertilizantes de Rusia y Bielorrusia en los mercados mundiales a pesar de la guerra”.

El año pasado, 193 millones de personas en 53 países se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda, es decir, que necesitaban ayuda urgente para sobrevivir. Muchas de ellas sufren desnutrición aguda, incapaces de satisfacer sus mínimas necesidades alimentarias.

En América Latina y el Caribe, más de 12 millones de personas vivieron una grave crisis de inseguridad de alimentos en 2021, sobre todo en Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Haití, el país más afectado con 46 por ciento de su población en situación de emergencia. El impacto de la pandemia de covid-19 empeoró la crisis económica en esos países, ya afectados por las catástrofes naturales.

Cuando alguien se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria severa, se ha quedado sin alimentos y ha pasado un día o más sin comer. En otras palabras, lo más probable es que haya pasado hambre.

Sin embargo, los expertos consideran que en esos países se detecta una parcial recuperación económica tras la temporada de cultivos, por lo que se espera que ello contribuya a una disminución de la personas que padecen hambre a unos 10.8 millones.

La cifra ha ido en aumento desde 2016, fecha de la primera publicación de este informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Unión Europea.

.El informe asegura que la guerra en Ucrania, que comenzó en febrero pasado, agravará la fragilidad de los países muy dependientes de los cereales o fertilizantes rusos y ucranios, como Somalia. La conflagración ya puso en evidencia la interconexión y fragilidad de los sistemas alimentarios, subrayó la FAO, que advirtió que las perspectivas del futuro no son buenas.

“Si no hacemos más para apoyar a las zonas rurales, la magnitud de los daños vinculados al hambre y al deterioro del nivel de vida será dramática. Es necesaria una acción humanitaria urgente y a gran escala”, agregó el informe, que afirmó que el aumento en 2021 es el resultado de una triple combinación de conflictos, fenómenos meteorológicos extremos y crisis económicas..

El documento indica que las guerras son la causa de la inseguridad alimentaria de 139 millones de personas, sobre todo en países que sufren crisis políticas y humanitarias como República Democrática del Congo (RDC), Etiopía, Afganistán y Yemen. Las dificultades económicas debidas a la pandemia, menos graves que en 2020, fueron la principal causa del hambre aguda para más de 30 millones de personas en el mundo.

Desde el sur de Etiopía hasta el norte de Kenia, pasando por Somalia, el Cuerno de África sufre una grave sequía que amenaza con pasar hambre a unos 20 millones de personas y preocupa a las organizaciones humanitarias

Y las condiciones meteorológicas extremas fueron el principal causante de la inseguridad alimentaria aguda para 23.5 millones de personas en ocho países africanos. La FAO señala que se necesitarían mil 500 millones de dólares de ayuda financiera para actuar ahora, aprovechando la temporada de siembra, con el fin de aumentar la producción en las zonas de riesgo.

En esta enorme región, cuya población vive sobre todo de la ganadería y la agricultura, las últimas tres temporadas de lluvias desde finales de 2020 se han caracterizado por escasas precipitaciones, además de una plaga de langostas que devastó los cultivos entre 2019 y 2021.

Un mes después de que en teoría comenzara la temporada de lluvias, la cantidad de personas que padecen hambre a raíz de la sequía podría pasar de la estimación actual de 14 a 20 millones en 2022, señaló, por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Seis millones de somalíes (40 por ciento de la población) enfrenta índices extremos de inseguridad alimentaria y algunas zonas ya conocen el hambre.

De acuerdo con la ONU, 6.5 millones de personas requieren ayuda alimentaria en el sur y sureste de Etiopía. En las zonas este y norte de Kenia, tres millones de personas necesitan asistencia alimentaria.

La situación se ha agravado con el conflicto en Ucrania, que contribuyó al aumento de los precios de los alimentos y del combustible y ha perturbado las cadenas de abastecimiento, subrayá la ONU. Según Catherine Russell, directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 10 millones de niños de Yibuti, Etiopía, Somalia y Kenia necesitan asistencia vital.

Más de 1.7 millones de niños están malnutridos en la región, declaró Russell, en un comunicado publicado tras una visita de cuatro días a Etiopía. La falta de agua potable eleva el riesgo de enfermedades entre los niños, mientras cientos de miles ya no van a la escuela, al verse forzados a caminar varias horas por día para encontrar agua y alimento.

En 2017, una movilización humanitaria anticipada logró evitar la hambruna en Somalia, a diferencia de lo sucedido en 2011, cuando 260 mil personas –la mitad menores de seis años– murieron de inanición o por trastornos vinculados al hambre. Más allá de las consecuencias mortales directas, la escasez de agua y de pastura también son fuentes de conflicto, sobre todo entre los pastores

. En Kenia, reputado por sus reservas y parques naturales, la fauna salvaje también se encuentra amenazada. Se han constatado casos de animales salvajes muertos por falta de agua y comida. En el centro del país, felinos han atacado al ganado, y los búfalos llegan hasta las fincas para pastar, afectando a campesinos.

* Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

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