El misterio Santrich

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Marcos Salgado |

Ya hace casi una semana desde que se difundió en Colombia, en medios cercanos al gobierno, que el jefe guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, Jesús Santrich había sido asesinado en territorio venezolano. Pero ni los gobiernos, ni la prensa, ni la misma guerrilla confirmó fehacientemente el hecho. Jesús Santrich había sido un importante gestor del acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia, que se firmó en setiembre de 2016.

Lo que siguió fue un accidentado desarrollo, donde una parte de la conducción de las FARC avanzó por el camino de la constitución de un partido político, a pesar de las deficiencias en el avance en la implementación de la desmovilización, y de la creciente vendetta de la derecha política colombiana contra guerrilleros desmovilizados, que se agudizó en el gobierno de Iván Duque. Desde el acuerdo hasta ahora, son más de 250, al menos 264, los guerrilleros asesinados.

Pero antes de llegar hasta este punto ya un sector de las FARC había vuelto a las armas, encabezados precisamente por Santrich y otro jefe guerrillero de los diálogos de paz, Iván Marquez. En el medio hubo una movida judicial para extraditar a Santrich a los Estados Unidos, y hasta una banca en el Congreso colombiano, que asumió por apenas unos días, antes de la retoma de las armas, en agosto de 2019.

No se supo mucho más de él, hasta ahora, casi dos años después, cuando se lo anunció muerto.

Nadie confirma

Inmediatamente después de la noticia inicial el ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, aseguró que estaban verificando la información, pero a pesar de lo provisorio de la versión, no se privó de advertir que, si se confirmaba, era una prueba de la vinculación del gobierno de Venezuela con este sector de las FARC.

El mismo día se conoció un comunicado de las FARC, cuya autenticidad no se confirmó fehacientemente, que decía que efectivamente Santrich había sido asesinado, por un grupo comando de las Fuerzas Armadas de Colombia, que ingresó a territorio venezolano, para atacar al jefe guerrillero, en una zona de difícil acceso cerca de la línea fronteriza, en las serranías del Perijá.

Si se hubiera confirmado esta versión, sería un cuadro grave: se trataría de una irrupción de fuerzas colombianas en Venezuela, en el peor momento de la relación entre los dos países.

Jesús Santrich tras anunciar el acuerdo

Pero a casi una semana no hay más información. Nada oficial. Ni en Venezuela, ni en Colombia y tampoco algún otro tipo de información verificable sobre la muerte de Santrich. No hay cuerpo, no hay fotos, no hay testigos, no hay nada. Solo silencio en la Casa de Nariño en Bogotá y en el Palacio de Miraflores en Caracas, y un mar de especulaciones y versiones que no pueden ser dadas por válidas, porque los medios que las difunden representan a sectores interesados en el conflicto. Igual, estas versiones se diluyen a medida que pasan los días.

Lo cierto es que a Iván Duque le vendría muy bien azuzar el fantasma Santrich protegido en Venezuela, como cortina de humo justo en el peor momento de su gobierno, cercado por una protesta social sin precedentes que no cede, a pesar de la extendida y desmadrada represión policial y militar. Pero por alguna razón, no lo hace.

Para Nicolás Maduro, el cálculo es más complejo, porque el gobierno de Venezuela está reclamando a otro sector de la FARC en armas, enfrentado al de Santrich y Márquez, para que libere a 8 militares venezolanos que capturaron y mantienen prisioneros, en otro sector de la frontera, en Apure, donde la Fuerza Armada Nacional Bolivariana sostiene una operación de inédita envergadura enfrentando a irregulares colombianos, en territorio venezolano.

Un escenario muy complejo, porque desde Colombia se vienen orquestando desde hace varios años operaciones directas e indirectas contra el gobierno de Venezuela, que una y otra vez llevan a los mismos nombres: el presidente Duque y su mentor, Álvaro Uribe.

En el medio, Seuxis Pausias Hernández Solarte, Jesús Santrich, cuya muerte nadie desmiente, pero nadie confirma.

*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Editor de qustiondigital.com. Corresponsal de HispanTv en Venezuela. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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