Bolsonaro confía en Trump para a volver al poder y le pide que sancione a Brasil

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Juraima Almeida

Aun cuando se multiplican las pruebas de que Jair Bolsonaro organizó un golpe de Estado para perpetuarse en poder mientras era presidente en 2022, el expresidente ultraderechista  tiene enorme confianza en el poder de influencia de Donald Trump, queuna vez haya asumido la presidencia de Estados Unidos en enero le ayude a volver al Planalto.

El pasado jueves 21 la Policía Federal entregó al Supremo Tribunal Federal de Brasil el Informe de 884 páginas producido por la Dirección de Inteligencia Policial, con una profunda investigación sobre el intento de golpe de estado perpetrado en enero de este año. El complot incluía el asesinato del presidente Lula, de su vice Geraldo Alckmin y del juez supremo Alexandre de Moraes. Paulo Gonet, Fiscal General de la República, deberá decidir si imputa o no los implicados, que son 37.Complô fracassado para matar Lula, Alckmin e Moraes envolveu carro oficial  do Exército, diz a PF – Justiça – CartaCapital

Para la Policía Federal no hay dudas:  Jair Bolsonaro planeó, dirigió y ejecutó la trama, solo que no fue llevada adelante por la falta de apoyo de la cúpula militar. Mientras el comandante de la Marina, almirante Almir Garnier, dio señal  verde al movimiento, los jefes del Ejército (general Freire Gomes) y de la Aeronáutica (teniente-brigadier Baptista Júnior) se opusieron firmemente a latentativa de ruptura constitucional.

Bolsonaro sugirió que la próxima Administración estadounidense presione a los jueces brasileños para que demoren la aplicación efectiva de la pena de inhabilitación para permitirle inscribirse como candidato a la carrera presidencia. Asimismo, confía  en la ayuda que pueda brindarle uno de los jueces que él mismo nombró para el Tribunal Supremo y que presidirá el Tribunal Superior Electoral en el momento crucial.

“Trump ha vuelto y es señal de que nosotros también volveremos”, proclama el político ultraderechista en una entrevista con The Wall Street Journal , donde  insiste en que su plan es concurrir a las próximas elecciones, en 2026, aunque sobre él pesa una inhabitación hasta 2030. “No es que me quieran en la cárcel, me quieren muerto”, declara el político ultra, que se considera objeto de una persecución judicial.

Mientras la prensa especula sobre el candidato presidencial de la ultraderecha,  él señala que no está “obsesionado con el poder, en realidad a mi edad es bastante cansador”, y añade que “también hay personas más inteligentes que yo… pero nadie tiene la piel más dura ni la experiencia que yo tengo”.

Asegura  que tanto su hijo Eduardo, diputado federal, enlace con la internacional ultraderechista, como él mismo han mantenido un estrecho contacto con el republicano también tras su victoria electoral y señala el camino que  él vislumbra para sortear la condena por abuso de poder que le dejaría fuera de varios comicios venideros.

Otra vía de presión que menciona en la entrevista, celebrada es la posible imposición de sanciones económicas por parte de Trump al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Bolsonaro cree que esto podría acelerar su vuelta. Las sanciones es una estrategia que ambos han abordado, según ha contado Bolsonaro, con respecto al presidente venezolano, Nicolás Maduro.

En una entrevista para la revista Oeste, Bolsonaro clamó por una amnistía y aseguró que para pacificar Brasil, alguien tiene que ceder” (el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, encargado de la causa judicial por el intento de golpe de Estado).

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE,

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