Nuevo viaje de Milei a EEUU: ¿un presidente modelado con Inteligencia Artificial? 

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Emilia Trabucco

En medio de la ola de frío y anuncios maquillados de baja de los índices de inflación, el presidente argentino Javier Milei viajó a Estados Unidos nuevamente en agenda extraoficial. Esta vez, para participar del “campamento de multimillonarios” en un lujoso resort, al que sus asistentes llegan en jet privados desde todas partes del mundo. Analizar su agenda internacional ofrece algunas claves para comprender quiénes realmente conducen su programa de gobierno, evitando caer en la teoría facilista del “loco suelto”.

El mandatario fue invitado a la Conferencia de Sun Valley en Idaho, un encuentro anual privado organizado por el banco de inversión Allen & Company, en el que se reúnen lideres empresariales asociados principalmente al sector tecnológico como Mark Zuckerberg (Meta), Jeff Bezos (Amazon) y Sam Altman (OpenAI), además de  personalidades de los medios de comunicación y la política. Milei viajó con una comitiva conformada por su hermana y secretaria general de Presidencia, Karina Milei; el ministro de Economía, Luis Caputo; el asesor presidencial, Demian Reidel; y Gerardo Werthein, el embajador argentino en Washington.

Es un encuentro donde se discute a puertas cerradas sobre economía, inteligencia artificial y política y se cierran negocios, mientras comparten actividades recreativas. La elección presidencial en Estados Unidos y sus implicancias para las finanzas  es uno de los temas centrales del debate. No es la primera vez que Milei se encuentra con los empresarios más importantes del mundo, y la invitación a este evento exclusivo marca su lugar como “empleado del mes” en un entramado de poder global con conocidos intereses en Argentina.

El evento cuenta también con la presencia de empresarios argentinos: Marcos Galperin (dueño de Mercado Libre, el hombre más rico del país), Wenceslao Casares (fundó Patagon, una de las primeras empresas de internet del país, que vendió en USD 500 millones al Banco Santander, en 2000), Martín Migoya (cofundador y CEO de Globant) y Martín Varsavsky (fundador de empresas como Jazztel, Ya.com, FON, Goggo Network y Prelude Fertility, entre otras). Este encuentro abona el relato oficial de convertir a la Argentina en un “polo de inteligencia artificial”, ya anunciado por Milei en su último viaje a San Francisco el pasado 28 de junio.

Estas élites son quienes conducen la articulación en la región de las “derechas alternativas” neo-reaccionarias, ofreciendo para ello toda su batería tecnológica -principalmente las plataformas digitales- con la que pretenden controlar y moldear el debate público. Cada vez es más evidente cómo estos sectores económicos tienen el poder de influir sobre resultados electorales o desestabilizar procesos políticos opuestos a sus objetivos, en una era donde se imponen nuevas mediaciones sociales que ponen en jaque las lógicas democráticas tradicionales.

La reciente visita a Brasil de Milei fue un ejemplo más de esta estrategia, alimentando el objetivo de desintegración regional para debilitar la capacidad de maniobra de los países de América Latina. El pasado fin de semana, el jefe de Estado fue invitado por Jair Bolsonaro, ex presidente brasileño, a participar de la Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC), la versión brasileña de uno de los mayores foros conservadores de Estados Unidos, que reunió a líderes de derecha de la región.

Casi en paralelo, el  8 de julio se realizó la 64° Cumbre del MERCOSUR en Paraguay, donde Milei decidió no participar, desatando nuevas crisis diplomáticas principalmente con el presidente brasilero Lula Da Silva. Por Argentina asistió la canciller Diana Mondino, quien llevó fuertes críticas al mecanismo de integración, mientras Milei declaraba en Brasil que la estrategia elegida es optar por acuerdos bilaterales con Estados Unidos, una especie de “ALCA 4.0”.

La participación de la cumbre de derecha, y la ausencia en la Cumbre del Mercosur se combinó con otro objetivo central: la construcción de un discurso dirigido a fortalecer la base social en la que sustentan su legitimidad social estos proyectos antipopulares y reaccionarios, contribuyendo al ataque desestabilizador contra proyectos opositores.

Uno de los principales ejes de la cumbre de las derechas en Brasil fue el ataque al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, que celebrará elecciones el 28 de julio y donde se esperan golpes desestabilizadores de estos sectores. El otro enemigo identificado fue el gobierno de Cuba, acusado de “dictadura comunista”, y contra el que intentaron desatar una ofensiva en redes sociales el  pasado 11 de julio, en el aniversario del conocido bombardeo del “#SOSCuba” en plena pandemia, desde sus centros de operación, principalmente asentados en Miami.

Desde el gobierno argentino esta vez se sumaron oficialmente a la iniciativa. El Foro Argentino Para la Defensa de la Democracia (FADD),  presidido por Waldo Wolff, ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, organizó en el Senado de la Nación una actividad por los tres años de las protestas en Cuba el 11 de julio, con el aval de la propia Vicepresidenta, Victoria Villarruel. Un claro ejemplo de posicionamiento ante la autodeterminación del pueblo cubano, que se suma al bloqueo de la línea aérea estatal de Cuba en el país y la negativa de designar embajador en la isla.

La utilización de las redes sociales se vuelven así un elemento central de la construcción de poder de estas élites, que moldean la opinión pública y construyen a gusto y piacere la imágen pública de sus representantes políticos. Es conocido el ejemplo de la manipulación a través de Whatsapp como parte fundamental del éxito electoral de Bolsonaro, y el papel que cumpió Elon Musk, dueño de X (ex Twitter) para posicionar a Milei en la campaña electoral, logrando que la entrevista del entonces candidato con Tucker Carlson fuera la más vista en la historia, gracias a su multiplicación en la plataforma controlada por el empresario.

El apoyo público y los halagos de los magnates tecnológicos siguen abonando a la imagen de exitismo de Milei, garantizando márgenes de legitimidad social para avanzar en su proyecto económico de desregulación financiera, expropiación de los recursos estratégicos nacionales y disciplinamiento de las grandes mayorías a través del empobrecimiento, la represión y el despliegue de su aparato ideológico.

Entender que las armas fundamentales de dicho aparato ya no son las instituciones tradicionales, sino las herramientas tecnológicas bajo su control, permite comprender las nuevas lógicas de construcción de poder, a través de las cuales emergen líderes “modelados por Inteligencia Artificial” que se convierten en presidentes por vía democrática, operando sobre una sociedad descreída de las clases políticas y agobiada por las crisis económicas que ellos mismos generan. Comprender las nuevas reglas de juego se vuelve entonces central para pensar la rearticulación de un proyecto con capacidad de oponerse al avance del programa antipopular encabezado por Javier Milei.

 

*Psicóloga, Magíster en Seguridad de la Nación. Analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) en Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU.

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