Francia: La ultraderecha amenaza con la mayoría absoluta en la segunda vuelta
Isabella Arria
Con el resultado de la primera vuelta de las elecciones legislativas en Francia, las cifras indican que Agrupamiento Nacional, la fuerza política de extrema dereecha que dirige Marie Le Pen, obtuvo el 33,5% de los votos, la coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP) el 28,1 %, Renacimiento, el partido del presidente Emmanuel Macron, 20,7 % y Los Republicanos, la derecha clásica, un 10 %.
Pero los ultraderechistas deberán esperar al próximo domingo 7 de julio para saber si alcanzan la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional o si, por el contrario, se revierte su avance.
No hay nada definido todavía, las proyecciones resultan engañosas, podría darse el caso de que el Agrupamiento Nacional obtuviera mayor porcentaje de votos en la primera vuelta y luego perder la elección en segunda vuelta. El sistema electoral francés no es proporcional, es decir, que las candidaturas se juegan en cada circunscripción, donde sólo un diputado resulta electo. Macron convocó las legislativas el pasado 9 de junio tras la severa derrota de su partido en las europeas en las que la ultraderecha se impuso con mucha ventaja.
De cara a la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo, RN y sus asociados van a disputar 485 circunscripciones de las 577 que hay, y sus candidatos acabaron en la primera vuelta en primera posición en 297 de ellas. Eso da una idea del potencial de la extrema derecha, que todos los institutos demoscópicos preludian que será, con mucha diferencia, el primer grupo político en la próxima Asamblea Nacional.
La cuestión que está abierta es si será con mayoría absoluta, es decir con al menos 289 escaños, que es la condición que ha puesto Le Pen y su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, para formar Gobierno.
La propuesta de Jean Luc Mélenchon, ya esbozada antes de pasar por las urnas por algunos dirigentes, consiste en que en aquellas circunscripciones donde gane el RN, los candidatos de partidos de izquierdas que ocupen la tercera plaza se retiren para dar más alas al candidato que ocupe la segunda posición y pueda derrotar a la extrema derecha. Piden al resto de partidos, especialmente al Ensamble de Macron, que se comporten de la misma manera en una suerte de acuerdo global de las fuerzas republicanas.
También Macron, pidió este domingo “una unión amplia claramente democrática y republicana” frente a la extrema derecha en la segunda vuelta de las legislativas, el próximo día 7 de julio.Un llamamiento similar lanzó la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, además del líder socialista Raphael Glucksman. Por ello, aunque en la mayor parte de las circunscripciones la segunda vuelta del 7 de julio será un duelo a dos, mayoritariamente entre el NFP y RN, allí donde tres candidaturas pasan a la siguiente ronda, el bloque izquierdista retirará la suya para evitar dividir el voto frente a la ultraderecha.
Si un candidato a diputado obtiene más del 50 % de los votos de su circunscripción en primera vuelta, resulta electo, en caso contrario se debe ir a una segunda vuelta que se disputará entre los dos candidatos más votados. Pero pueden ser tres candidatos, si el tercero más votado alcanza el 12,5 % de los votantes inscriptos en los padrón electoral.
Mientras, Macron, que decidió disolver la Asamblea Nacional para acometer este adelanto electoral tras los resultados de las elecciones europeas, trató de nuevo de justificar su decisión y afirmó que la participación elevada prueba la voluntad del electorado de “clarificar la situación política”. “Ante Reagrupamiento Nacional, el momento es de una amplia unión claramente demócrata y republicana para la segunda vuelta”, aseguró.
La participación en las elecciones ha llegado al 66 %, o sea el 21,5 % más que en las elecciones legislativas de 2022. La explicación de este considerable aumento de la participación se puede comprender por el hartazgo que ha provocado la gestión de Emmanuel Macron, y la excepcional ocasión de expresar ese disgusto a partir de la disolución de la Asamblea Nacional decretada por Macron luego de la derrota electoral en las elecciones europeas del 9 de junio pasado.
Las políticas neoliberales de Macron, la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, vienen erosionando la figura del presidente y de su partido. El presidente es sin dudas el gran derrotado de esta jornada del 30 de junio. El primer ministro, Gabriel Attal, miembro del partido de Macron, ha llamado a votar el 7 de julio contra el Agrupamiento Nacional, y a retirar los candidatos de su partido cuando estén en tercera posición, para impedir que la extrema derecha acceda a la mayoría absoluta.
Sin embargo, la postura de Attal no parece compartida por todos los aliados políticos del gobierno. Edouard Philippe, presidente del partido centrista Horizontes, y antiguo primer ministro de Macron, llama a no votar por “extremos”, que según Philippe integran el Agrupamiento Nacional y La Francia Insumisa (LFI). LFI forma parte del Nuevo Frente Popular, y al hacer esta discriminación contribuye a diluir la fuerza del NFP.
La misma posición es sostenida por otros políticos de centro y derecha y está en línea con la diabolización sistemática que se aprecia en las editoriales de los medios de comunicación, tanto públicos como privados, contra LFI y su líder Jean-Luc Mélenchon. La coalición de izquierda del NFP ha quedado en segunda posición y todo indica que para la segunda vuelta del 7 de julio, muchos de los duelos electorales se definirán entre el NFP y la extrema derecha.
François Hollande, expresidente de Francia y candidato a diputado por el NFP, ha calificado para la segunda vuelta, y llama a votar por todos los republicanos el domingo 7 de julio y contra el Agrupamiento Nacional.
Manifestaciones contra los ultras
Más allá de los llamamientos de los políticos a apoyar tal o cual candidato en la segunda vuelta, está el fenómeno social de las manifestaciones espontáneas de jóvenes en toda Francia que expresan su repudio a la extrema derecha encarnada por Agrupamiento Nacional. Las concentraciones se registran desde que el presidente Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó a elecciones legislativas. El domingo por la noche, había miles de personas manifestando en plaza de la República en París contra la extrema derecha. Es llamativo ver a la juventud movilizada de esta manera, ¿qué sucederá con estas manifestaciones si el Agrupamiento Nacional alcanza la mayoría absoluta en la Asamblea ?
Si finalmente la extrema derecha logra imponerse y nombrar a Jordán Bardella como primer ministro, todo anuncia un endurecimiento con los inmigrantes ya que, por ejemplo, proponen reservar las ayudas sociales sólo a los franceses, limitar el acceso a la salud pública para los extranjeros y restringir el ingreso de refugiados al país.
Otros ejes de las políticas anunciadas por Bardella son la mano dura con la criminalidad y la concepción reaccionaria en materia de derechos de las mujeres. La postura tradicional en el partido de Le Pen, es contraria al derecho al aborto. Y la extrema derecha ya ha votado en el seno de la Asamblea Nacional en contra de la paridad de salarios hombre-mujer por igual trabajo.
El destino político de Francia se decidirá el próximo 7 de julio. A pesar de que muchos medios presentan las elecciones como algo ganado por la extrema derecha, los resultados los darán las urnas. Manuel Bompard, cordinador nacional de LFI, denuncia que la intencionalidad de esos pronósticos es desmoralizar, desmovilizar y facilitar el triunfo de los seguidores de Le Pen.
La semana se anuncia intensa, con debates y tensiones políticas y sociales. Los buenos resultados de la ultraderecha parecen haber liberado ciertos complejos y los discursos racistas se reproducen de manera más abierta y también se ha denunciado un aumento en la violencia contra los militantes de izquierda.
El final está abierto y el 7 de julio puede emerger una Francia más oscura, o por el contrario, la luz de la democracia puede disipar las nubes de la intolerancia y consolidar los clásicos valores republicanos franceses de libertad, igualdad y fraternidad.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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