Pactan 11 países latinoamericanos acciones contra la ola inflacionaria

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Gerardo Villagrán del Corral

La primera cumbre a distancia de la recién creada Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación acordó formar un grupo técnico que proponga y aplique las condiciones idóneas para intercambiar alimentos básicos y bienes intermedios, hacerlos accesibles a las personas más pobres y vulnerables, y abaratar costos.

El encuentro se realizó a iniciativa de México, con la participación de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Honduras, Venezuela y San Vicente y las Granadinas (en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Caricom).

Convocados por México, los 11 gobiernos acordaron un amplio conjunto de acciones destinadas a abaratar los costos de productos de la canasta básica y bienes intermedios para la población más pobre y vulnerable. El acuerdo es un paso concreto e inmediato hacia la integración latinoamericana, un ámbito históricamente plagado de buenas intenciones, pero pobre en resultados tangibles. Ahora se cuenta con un punto de partida sólido para avanzar en esa dirección.

Este primer acuerdo parte de una visión compartida de la realidad actual, según la cual el abastecimiento mundial de alimentos y productos de la canasta básica recibe el impacto negativo de la crisis multidimensional que afecta la economía global, marcado por conflictos militares extrarregionales

La sesión virtual fue atendida por los mandatarios o representantes de Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Venezuela y San Vicente y las Granadinas (en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac). Los líderes hablaron sobre la necesidad de encontrar soluciones conjuntas frente a las presiones de precios y la carestía presentes en la región, así como para fortalecer la integración y el comercio regional.

Durante el encuentro se presentó un diagnóstico de las causas del fenómeno inflacionario, como las alteraciones en las cadenas de producción y distribución de bienes, productos y servicios tras la pandemia por covid-19, así como otras que no suelen mencionar los grandes medios de comunicación ni los organismos internacionales afines a Washington (FMI o Banco Mundial).

Entre éstas, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional que afectan a algunos países, en referencia al bloqueo económico ilegal que Estados Unidos mantiene contra Cuba y Venezuela.

El pacto se articula en torno a la seguridad alimentaria y nutricional, además de incluir aspectos positivos como la transferencia de tecnología, que se suprimen en arreglos asimétricos y neocoloniales y también enfrenta evidentes retos y limitaciones: todos los esfuerzos deberán realizarse en un marco acorde a los pactos multilaterales, regionales, subregionales y bilaterales que obligan a cada país.

Más allá de los resultados puntuales que se presenten, la cumbre marcó un hito como el primer avance en materia de instrumentos de cooperación económica regional desde que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay fundaron el Mercado Común del Sur (Mercosur) en 1991.

La Alianza contra la Inflación tiene un enorme interés por su potencial embrionario de dar paso a un acuerdo más ambicioso entre los miembros fundadores, que podría ejercer influencia sobre otros países de la región, sea para integrarlos o para inspirar nuevas iniciativas en favor de la unidad.

El acuerdo como un paso concreto e inmediato hacia la integración latinoamericana, hasta ahora pobre en resultados tangibles. Ahora se cuenta con un punto de partida sólido para avanzar en esa dirección, en la búsqueda del bienestar de las mayorías sociales.

Plan de acción

Los participantes acordaron una nueva reunión el 6 y el 7 de mayo, ahora presencial, en Cancún, a la que sumarán a cancilleres, ministros de Economía y empresarios y convocarán a otros países de la región.

Mientras, el grupo técnico definirá medidas de cooperación regional para reducir costos en productos básicos e insumos para su producción, como fertilizantes químicos y orgánicos, siempre de acuerdo con los respectivos acuerdos multilaterales de cada país.

La cumbre también resolvió definir un plan de acción para favorecer el intercambio comercial de alimentos e insumos en la región, con reducción de costos y transferencia de tecnología y buscará gestionar mecanismos más ágiles para acceder al crédito internacional, que permita ampliar el financiamiento multilateral para proyectos agrícolas, agroindustriales y de infraestructura para el traslado de mercancías.

El encuentro también acordó definir mecanismos de coordinación con el sector privado, productores, compradores, transportistas y operadores logísticos, para dar seguimiento a los compromisos de la cumbre. Los mandatarios convinieron buscar medidas logísticas que agilicen en puertos y fronteras la importación y exportación de productos alimenticios, insumos y tecnología que impulse la actividad agrícola.

*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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