8M en Uruguay. Entre pandemia, derechas y un sindicalismo que atrasa
Angela Colman
Nos encontramos en otro 8 de marzo, hoy marchamos juntas por las que no están, por las que no pueden hablar, por las que tienen miedo de contar. Las que no pueden salir de una situación/relación de abuso. Por las que les quitaron todo, inclusive la vida. Por las niñas y niños con su infancia arrebatadas por un abusador que se creyó lo suficientemente impune como para hacerlo.
Uruguay 2020 – 2022
Hace dos años atrás comenzaba una pandemia por un virus de rápido esparcimiento y bastante letal. Pero nos cansamos de decir que el virus más grande es el patriarcado. Pandemia que generó aislamiento y la misma como consecuencias dejó a las mujeres y niñas con sus abusadores encerradas. Pandemia que triplicó el trabajo no remunerado en los hombros de las mujeres.
En Uruguay en particular, hace dos años también nos gobierna la derecha, que lejos de hacerse cargo de éstas situaciones nos dejó con “libertad responsable”. El Presidente catalogó los femicidios como “efecto colateral” del confinamiento. La Ministra nacionalista mencionó que las mujeres no llegan a lugares de poder, decisión o privilegiados por pobreza o por falta de esfuerzo, no por desigualdad de género. Además de haber afirmado que ella no votó la Ley de violencia contra la mujer basada en género.
Ministros de Cabildo Abierto, partido de ultraderecha, queriendo una vez más meterse con nuestro cuerpo, con nuestras decisiones, de las formas que nos vestimos, y qué lugar tendríamos que ocupar en la sociedad. Como noticia reciente sacan una placa donde plasman “Detrás de cada hombre hay una gran mujer”. Además destacan como característica “la cocina, la iglesia, el matrimonio, la limpieza y el chimento” entre otros. Cuando lleguen al siglo XXI ahí se podría debatir con estos seres.
2021 se caracterizó por no tener carnaval a consecuencia de la pandemia. Meses posteriores a febrero se creó una página de instagram “Varones Carnaval” donde de forma masiva se realizaron denuncias dentro de carnaval, tanto el de adultos como carnaval de las promesas que lo integran menores. Entre las denuncias había abusos sexuales, acosos, abusos hacía menores, violaciones, etc.
Carnaval es la voz del pueblo, es una fiesta pagana donde bastante tiempo escondido estuvo esto como para seguir reproduciéndose. Las pibas nos estamos animando a hablar y a no dejar pasar por alto ningún tipo de violencia hacia nosotras.
Como si todo esto fuera poco, días previos al 8 de marzo, nos cayó como balde de agua fría que nuestra central única de trabajadores/as PIT CNT convocó a paro general y a marchar a favor de la campaña del SÍ para derogar los 135 artículos de la LUC. Feministas y disidencias apoyamos dicha campaña, pero, obviamente, mujeres sindicales se opusieron a esta decisión y llamaron a reunión para revertir la situación, la cual por parte de la dirigencia se sostuvo el paro general.
¿Por qué es importante esta decisión?
Miles de carteles por redes sociales aconsejandoles a los hombres qué hacer los 8 de marzo, por ejemplo ocuparse de su hogar, de sus hijos/as, cubriendo puestos de trabajo para que nosotras podamos tomar el espacio público, invitándolos a no querer ser protagonistas en dicho día, como para que nuestro sindicato no nos apoye de esta forma.
Queda claro que el patriarcado y machismo se expande a todos/as por igual sin casi distinción de ideologías políticas. Es cierto que la izquierda en materia de derechos tiene un gran avance. Pero con la decisión del PIT CNT queda claro que una vez más nuestra lucha va detrás, siempre de otras, sin notar que sin nosotras no es posible. Desde finales de 2021 venimos en un sin cesar de noticias sobre violaciones, violaciones en grupos, desapariciones, secuestros, femicidios.
Los medios hegemónicos de comunicación dan las noticias a su merced. De tal forma que la víctima sea la única responsable de lo que le está pasando, una forma muy sutil, generando así que quienes lo consumen casi sin razonar no cuestionen por qué tiene que ser la víctima la culpable y no su abusador.
Pero luego dibujan de forma asombrosa como nombrar y preservar la integridad de los acusados en Operación Océano:proceso judicial que comienza en noviembre de 2019 por explotación sexual de adolescentes en Uruguay. La investigación comienza a iniciativa de la Fiscalía General de la Nación con el objetivo de indagar denuncias de abuso sexual a adolescentes y alcanza estado público en mayo de 2020 con la formalización de cinco hombres. En los meses siguientes la cantidad de implicados fue creciendo hasta derivar en el mayor proceso judicial por este delito en la historia uruguaya.
¿Acaso la forma en la que los medios de comunicación transmiten la noticia no influye en la importancia, reacción y a quienes culpabiliza la sociedad ante este tipo de noticias?
Ellos están más interesados en las acciones telenovélicas que realiza nuestro presidente como por ejemplo surfear en la Paloma, sacarse selfies, etc. Mientras él le quita responsabilidad al varón, diciendo que un hecho de violación en grupo es propio de un animal y nada tiene que ver con el género másculino.
No señor presidente, sí tiene que ver en su totalidad con el género masculino. Son los varones cis heterosexuales para ser más precisa los únicos responsables de esto y tienen que hacerse cargo de lo que hacen y generan. Como dice la murgea Mi Vieja Mula en su cuplé sobre Varones Carnaval “no se hagan los turistas”.
* Estudiante avanzada en Sociología, UdelaR. Integrante de Colectivo Periferia y el Colectivo Marielle Franco Uy. Colaborado del centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Los comentarios están cerrados.