Argentina: A 40 años de la sentencia del juicio a las Juntas militares

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Betina Stein

El 9 de diciembre se cumplirán 40 años de la sentencia dictada por la Cámara Federal Criminal y Correccional en la causa 13/84. Un tribunal civil —no militar— integrado por seis jueces condenó a los ex comandantes de la dictadura militar a severas penas de prisión, incluida la reclusión perpetua en los casos más graves, por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado.

Todo ello tras un juicio justo, respetuoso de todas las garantías del debido proceso, aun para quienes habían encabezado el aparato represivo más sangriento de nuestra historia. Esa sentencia colocó a la Argentina a la vanguardia mundial en la defensa de los derechos humanos y en la persecución penal de sus violaciones, inaugurando un estándar propio, inédito y profundamente democrático.Juicio a las juntas

Fue el primer antecedente contemporáneo en el que un Tribunal integrante del Poder Judicial de una Nación juzgaba y condenaba a los máximos responsables de los crímenes cometidos por una dictadura militar. A diferencia de Nüremberg —presidido por un tribunal y un fiscal internacional designados por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra—, el Juicio a las Juntas fue íntegramente obra de jueces argentinos, funcionando en plena institucionalidad democrática. Y tuvo además una característica decisiva: los magistrados no se limitaron a condenar a los altos mandos, sino que ordenaron investigar y juzgar a todos los responsables operativos de las acciones criminales acreditadas durante el debate.

La historia posterior es conocida. Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida —dictadas por un gobierno democrático todavía sometido a las presiones y amenazas de un poder militar intacto— suspendieron esos enjuiciamientos. Recién en 2005, cuando la Corte Suprema declaró su inconstitucionalidad, se reabrió la posibilidad de continuar las causas. Desde entonces, decenas de represores han sido juzgados y condenados en procesos que siguen tramitándose hasta hoy.

El fiscal adjunto argentino Luis Moreno Ocampo (c) y Julio Cesar Strassera (d), presentando los alegatos contra los ex_jefes militares. / DyN
Luis Moreno Ocampo y Julio Cesar Strassera presentando los alegatos contra los exjefes militares

A cuarenta años, la sentencia de la causa 13/84 permanece como un hito fundacional de la justicia argentina y un modelo reconocido internacionalmente: la demostración de que un Estado democrático puede juzgar su propio pasado con verdad, memoria y plena vigencia de la ley.

Nada de eso fue un regalo. Fue una maravillosa construcción colectiva. Mal que le pese a este gobierno negacionista, que se dio el lujo de cuestionar ante la ONU el número de 30.000 y hablar de “memoria completa”, a sabiendas de lo que ello significa.

Esa decisión colectiva sigue guiando cada juicio y cada sentencia a lo largo de todo el territorio, condenando a los responsables del genocidio cometido por la última dictadura militar . Un proceso sostenido con la persistencia de víctimas, familiares, organismos de derechos humanos , fiscales y jueces. Y también con el coraje y la dignidad de muchos familiares de genocidas, que con sus desobediencias a los mandatos de sus familias, se alzaron fuertes y vigorosos en repudio de los crímenes cometidos por sus parientes.

Cuarenta años después, la sentencia de la causa 13/84 sigue recordándonos que la democracia no se mide solo por su capacidad de elegir gobiernos, sino también por su decisión de juzgar a quienes los destruyeron, asesinando a mansalva.

Allí reside su verdadera fortaleza: en la defensa inquebrantable del Estado de derecho, y la lucha constante por la memoria, la verdad y la justicia.

** Abogada, ex directora del Banco Central de la república Argentina.