Así Trump deshumaniza a los migrantes
De compararlos con los Pokémon a llamarlos "animales"
Laura Anido
Desde que Donald Trump ha regresado a la Casa Blanca ha prometido realizar «la mayor de deportación de migrantes de la historia» y las medidas que ha tomado el republicano confirman esta lógica. El Departamento de Seguridad Nacional ha difundido en redes sociales un vídeo en el que comparaba las redadas contra migrantes con la captura de Pokémons.
«Depredadores», «animales» y «monstruos», así define el presidente de una de las principales potencias mundiales a los migrantes. En su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump prometió hacer «la mayor deportación de la historia» del país y las decisiones que ha tomado el republicano confirman esta lógica. Su administración llevó a cabo un aumento de expulsiones, más refuerzos en la frontera y menos vías legales para entrar al país.

Este martes Trump ha asegurado ante la Asamblea General de Naciones Unidas que el legado europeo estaba siendo «destruido» por la migración y que había llegado la hora de terminar con el «fracasado experimento de fronteras abiertas». Según él, los países que permiten la llegada de extranjeros «se están yendo al infierno», acusando incluso, sin pruebas, a la ONU de financiar llegadas de extranjeros que cruzan ilegalmente hacia Estados Unidos.
El discurso del republicano está cada vez más centrado en deshumanizar a las personas extranjeras. A lo largo de los últimos años, ha calificado la migración como una «invasión militar», ha descrito a las personas como «invasores» e incluso ha sugerido que algunos migrantes poseen «genes malos» que los llevan a cometer delitos y «violentar, saquear, asesinar» a americanos.
El presidente justifica su discurso asegurando que quienes cruzan ilegalmente la frontera con México han escapado de prisiones en sus países de origen y están alimentando el crimen violento en Estados Unidos. Sin embargo, aunque los datos disponibles sobre el estatus migratorio de los delincuentes son escasos, los investigadores aseguran que las personas que viven ilegalmente en Estados Unidos no cometen delitos violentos a un ritmo mayor que los ciudadanos nativos, según recoge Reuters.

«La deshumanización de las personas migrantes es una estrategia habitual en el discurso de la extrema derecha ultranacionalista y racista y, por supuesto, en el discurso del republicano. Se utiliza para bloquear la empatía hacia aquellos a quienes se usa como chivos expiatorios -los migrantes- con la finalidad de poder aplicar contra ellos las medidas más duras y hostiles a los derechos humanos», explica Laura Camargo, analista del discurso de Trump,
La deshumanización de los migrantes es una estrategia habitual en el discurso de la extrema derecha ultranacionalista . La experta explica que «tanto Trump como su familia siempre se han caracterizado por pertenecer a ese sector de la sociedad estadounidense que se encuadra en el supremacismo blanco»de forma que todos lo que no sean blancos son «elementos exógenos».
El tono deshumanizador ha llegado hasta a la propaganda oficial. El propio Departamento de Seguridad Nacional ha difundido este martes en redes sociales un vídeo en el que comparaba las redadas contra migrantes con la captura de Pokémons. Bajo el lema «Hay que cazar a todos», las imágenes mostraban a agentes de forma heroica mientras arrestaban a personas mientras sonaba la banda sonora del popular anime japonés.
Persecución y deportaciones
Ya no existe un lugar seguro para los migrantes en EEUU. En su lucha por realizar la mayor deportación nunca antes vista en el país, la Administración Trump autorizó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) realizar arrestos en espacios considerados tradicionalmente como refugios seguros para los extranjeros, como hospitales, escuelas y lugares de culto.
También puso fin al uso de la libertad condicional humanitaria, más conocida como parole, por lo que devuelve el programa a un planteamiento caso por caso. Además, mediante una orden ejecutiva emitida en abril, involucró a la Policía Local en tareas migratorias. Esto ha provocado un temor generalizado, según alertan las asociaciones, ya que incluso no se atreven a llamar a Emergencias por miedo a ser expulsados.
La persecución es tal que el Ejecutivo estadounidense anunció en julio que el ICE tendrá acceso a los datos personales de las 79 millones de personas inscritas a Medicaid -el seguro médico del Gobierno para personas de bajos recursos e ingresos- y así usar esa información para localizar a migrantes que se encuentren en el país de forma irregular y acelerar la maquinaria de deportaciones del presidente.

Aunque estas cifras contrastan con el último reporte de la organización Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), de la Universidad de Syracuse en Nueva York, que asegura que a finales de agosto el porcentaje de migrantes arrestados por ICE se había estancado, lo que ha generado dudas sobre los datos proporcionados por el Gobierno. Según los datos del TRAC el número de detenciones diarias fue de 1.055 en agosto, un 14% menos que el promedio de junio, basándose en datos públicos.
Las organizaciones en defensa de los derechos humanos también critican el desplazamiento de migrantes a cárceles de El Salvador. Un análisis del Cato Institute reveló el pasado marzo que al menos 50 venezolanos enviados al centro de máxima seguridad CECOT habían entrado legalmente en Estados Unidos, muchos de ellos como refugiados o a través de programas humanitarios de la era Biden.
«Estas expulsiones no son deportaciones formales, sino traslados forzosos para ser encarcelados en condiciones inhumanas en El Salvador, país que atraviesa una grave crisis de derechos humanos bajo el régimen del presidente Bukele», señalaba Amnistía Internacional en un comunicado.
No son deportaciones formales, sino traslados forzosos para ser encarcelados en condiciones inhumanas en El Salvador
Amnistía Internacional ha documentado tortura, hacinamiento, falta de atención médica y más de 300 muertes bajo custodia estatal en centros como el CECOT. «Laconexión entre las políticas migratorias recientes de EEUU y el modelo autoritario de «seguridad» de El Salvador es alarmante: ambos criminalizan a personas en situación vulnerable con base en prejuicios como tener tatuajes o provenir de ciertas regiones. Esta práctica vulnera el principio de no devolución, que prohíbe trasladar a personas a países donde corren riesgo de sufrir tortura u otros abusos», denuncian.
Además de en El Salvador, EEUU ha firmado acuerdos para trasladar migrantes a países africanos como Ghana, Ruanda y Esuatini. En este último país, Amnistía Internacional denuncia que se producen detenciones arbitrarias y condiciones inhumanas en prisión.
En paralelo, los centros de detención de migrantes en Estados Unidos se han endurecido hasta niveles que rozan la tortura. Entre abril de 2024 y mayo de 2025, más de 10.500 personas fueron sometidas a aislamiento, según el informe de la organización Physicians for Human Rights. Los datos revelan que durante los primeros meses de la Administración Trump se produjo el mayor incremento de regímenes de confinamiento solitario en años recientes. La ONU ha advertido que mantener a alguien aislado más de quince días constituye tortura psicológica, pero bajo Trump la práctica no ha hecho más que intensificarse.
El pasado julio se inauguró en Florida el polémico centro de detención Alligator Alcatraz, cuyo nombre hace

referencia a la presencia de cocodrilos en los alrededores. En su presentación el presidente se burló una vez más de los migrantes, asegurando que allí «tendrán que enseñar a los reclusos a huir de los cocodrilos».
Los refugiados también han quedado desprotegidos con la llegada de Trump al poder. Más de 6.000 sirios perdieron su Estatus de Protección Temporal, pese a que en su país persisten riesgos para su seguridad, violando de nuevo el principio de no devolución que prohíbe retornar a personas a países donde corren riesgo de persecución, tortura o malos tratos.
«Las redadas racistas del ICE, las deportaciones al CECOT de El Salvador con los presos encadenados -que son mostrados como trofeos en las redes de la Casa Blanca- son mejor aceptadas socialmente si vienen previamente antecedidas de deshumanización de los migrantes: son objetos de juego, como las cartas Pokémon», sintetiza Camargo.