La desdolarización y el Sur Global
La desdolarización y el Sur Global
La desdolarización ha ganado relevancia desde 2022, cuando Estados Unidos y Europa decidieron bloquear gran parte de las reservas internacionales de Rusia en respuesta a la invasión de Ucrania. Sorprendió entonces que el congelamiento de los activos rusos y las amenazas de confiscación total sean medidas “destructivas de la confianza”, que afectan significativamente al dólar estadounidense y al euro.
La militarización del dólar estadounidense por parte de Occidente tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania y los esfuerzos de desdolarización de los países del Sur Global indican que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo parecen estar cansados del orden internacional posterior a la Guerra Fría establecido por la hegemonía estadounidense. Los intentos occidentales de desacoplar o reducir el riesgo de China y Rusia están sacudiendo la hegemonía del dólar estadounidense.
Ante situaciones de conflicto con Estados Unidos y Occidente, muchos países han reconocido la necesidad de reducir su dependencia del dólar y del sistema financiero occidental. Las acciones de EEUU alarmaron a China, uno de los principales poseedores de bonos estadounidenses en dólares en sus reservas internacionales.
Hoy existe una expectativa generalizada de que los BRICS desarrollarán una alternativa al dólar estadounidense, tema que tiene sus complejidades políticas y técnicas. Una, la resistencia de EEUU a renunciar al privilegio de que su moneda nacional, emitida y gestionada según los intereses nacionales, sirviera como la principal moneda mundial. Y otra, la de unir verdaderamente a los países BRICS, con diferencias de perspectiva e intereses nacionales, en este reto, señala el economista brasileño Paulo Nogueira Batista, ex vicepresidente del Nuevo Banco de Desarrollo (2015-2017).
Los países BRICS son representantes del ascenso colectivo del Sur Global. Si estos países pueden llevar a cabo con éxito la cooperación monetaria y superar las limitaciones del dólar estadounidense, es posible que más países participen en este mecanismo de cooperación monetaria en el futuro. El sistema financiero mundial se transformará, constituyendo un aspecto importante de los “grandes cambios nunca vistos en un siglo”.
La expansión de los BRICS, que comenzó en 2024, aumentará aún más los problemas de coordinación y las vulnerabilidades políticas. Con nueve o diez países miembros (dependiendo de si Arabia Saudita acepta unirse), se puede prever un desafío aún mayor para avanzar en cualquier asunto práctico. Algunos simplemente suman los productos internos brutos (PIB) y las poblaciones de los BRICS o BRICS+ y concluyen apresuradamente que el grupo se ha convertido en una gran fuerza mundial. China y Rusia están interesados en ampliar aún más el grupo y hablan de convertirlo en un foro para el Sur Global.
El grupo BRICS incluye a países de gran importancia. Los cuatro miembros originales – Brasil, Rusia, India y China – están entre los gigantes mundiales y comparten una larga historia de insatisfacción con la actual arquitectura monetaria y financiera internacional. China ha emergido como la mayor economía, en términos de PIB en paridad de poder adquisitivo, superando a Estados Unidos por un margen considerable.
Desconociendo la realidad, Occidente no muestra señales de realizar las adaptaciones y concesiones necesarias para acomodar a los BRICS y otras naciones con mercados emergentes. La disfuncionalidad del sistema monetario internacional basado en el dólar, que se originó en la década de 1960, se hace cada vez más evidente. Si los BRICS no pueden hacerlo como grupo, la posibilidad es que China asuma el liderazgo en la desdolarización, auqnue no está claro que tenga los medios necesarios ni esté verdaderamente interesada en reemplazar al dólar estadounidense con su moneda.
¿Estaría China dispuesta e interesada en hacer del yuan una moneda completamente convertible y a aceptar la apreciación resultante del aumento de la demanda internacional de su moneda? ¿Qué efectos tendría la apreciación del renminbi sobre la competitividad de las exportaciones chinas y la cuenta corriente en la balanza de pagos?
¿No entraría en conflicto un gran aumento del papel de la divisa china con la estrategia del país, ya antigua y exitosa, de proteger cautelosamente su economía y sus sistemas financieros de las turbulencias internacionales? ¿Está China preparada para soportar el peso de la ira estadounidense contra cualquiera que se esfuerce seriamente por desplazar al dólar? Debido a estas y otras incertidumbres, es bastante difícil esperar que China lidere por sí sola el proceso de desdolarización y por eso la pelota vuelve a los BRICS.
Ante los problemas de coordinación, las vulnerabilidades políticas y la falta de personal especializado, la carga política y técnica podría distribuirse entre los países miembros. De esta manera, se compartiría la responsabilidad entre varios países. Rusia, en calidad de presidente de los BRICS en 2024, ya ha comenzado a trabajar en una revisión del sistema internacional y en posibles iniciativas del grupo en este ámbito.
A lo largo de su historia, los países de los BRICS han padecido el papel hegemónico del dólar estadounidense. Brasil ha sido explotado por el capital británico y estadounidense, con el surgimiento de diversos métodos de especulación. Tras el colapso del sistema de Bretton Woods, el dólar estadounidense ha fluctuado libremente. Para Brasil, cualquier apreciación o depreciación sustancial del dólar ha significado un desastre. El capital estadounidense también ha podido entrar y salir libremente del mercado de valores indio, aumentando los precios de determinadas acciones y luego vendiéndolas al descubierto. Las fluctuaciones del mercado bursátil de la India han sido enormes, lo que ha ocasionado que algunas importantes empresas de ese país sufran excesos y escasez de liquidez de capital, recuerda DingYifan, ex director adjunto del Instituto de Desarrollo Mundial del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China.
Al mismo tiempo, Sudáfrica, Rusia y China han sido objeto de sanciones financieras estadounidenses por presunto lavado de dinero y por violar sanciones económicas estadounidenses contra otros países. Hay innumerables ejemplos de sanciones contra el gobierno ruso y varias empresas rusas.
Tras el estallido de la guerra en Ucrania, Estados Unidos congeló y confiscó los activos en dólares que poseían varios ciudadanos rusos acaudalados. También congeló 300.000 millones de dólares en activos del Banco Central ruso y amenazó con confiscarlos para subvencionar el esfuerzo bélico de Ucrania. Como Rusia ha amenazado con tomar represalias del mismo tipo y confiscar los activos occidentales, esto se ha quedado en una guerra de palabras.
Estados Unidos ha acusado en el pasado a China de manipular divisas debido a la gran cantidad de activos en dólares estadounidenses que posee el país asiático e incluso le impuso sanciones afirmando que el fuerte aumento de las exportaciones chinas se debía a la manipulación del tipo de cambio del RMB.
Pero, en realidad, es Estados Unidos quien se beneficia desproporcionadamente de esta relación: importa un gran número de productos manufacturados chinos, beneficiándose al adquirir bienes baratos para reducir su tasa de inflación, y, China gana una gran cantidad de dólares estadounidenses pero no tiene dónde invertirlos, por lo que no tiene más alternativa que comprar letras del Tesoro estadounidense, proporcionando así capital barato a Estados Unidos.
BRICS, petróleo, dólares
A los principales países BRICS se suman los nuevos miembros de la organización, que también han experimentado muchos problemas con el dólar estadounidense. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán son productores y exportadores de petróleo y gas natural. En 1971, en plena crisis del dólar estadounidense, el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, cerró la ventana de libre convertibilidad de dólares estadounidenses en oro, de modo que el dólar pudo depreciarse bruscamente.
El dólar estadounidense es la principal moneda de fijación de precios del petróleo y su depreciación hizo que éstos se dispararan. En aquella época, los países productores de petróleo no tenían capacidad para extraerlo y refinarlo. La explotación de los yacimientos petrolíferos estaba gestionada por compañías británicas y estadounidenses, que sólo pagaban a los países productores una cuota fija anual por la extracción, cuyo precio se fijaba en dólares.
Con la depreciación del dólar y la subida vertiginosa de los precios del petróleo, el reparto de los beneficios se hizo injusto. Los países productores exigieron un nuevo acuerdo, pero las compañías petroleras británicas y estadounidenses se negaron. Tras el estallido de la guerra árabe-israelí en 1973, los países productores de petróleo lanzaron conjuntamente un embargo petrolero contra Israel y sus aliados. Sólo después de la primera crisis del petróleo los países productores recuperaron su poder de negociación frente a las compañías petroleras occidentales.
Aunque la internacionalización del yuan podrá despegar en el futuro, es poco probable que sustituya al dólar a corto plazo. Lo más probable que suceda en el futuro es que el estatus del dólar estadounidense se vea erosionado por medidas de reducción de riesgos por parte de los países del Sur Global, y que el sistema financiero internacional pase del predominio del dólar estadounidense a la coexistencia de varias divisas, incluyendo el dólar estadounidense, el yuan, el euro y la divisa de los BRICS.
GaoBai, profesor de sociología en la Universidad de Duke, señala que el mayor denominador común para que los países del Sur Global actúen conjuntamente es establecer un valor de referencia para las liquidaciones en sus monedas locales y una plataforma de intercambio que respalde dichas liquidaciones. La gran demanda de una referencia de valoración de este tipo brinda una oportunidad para la creación de una moneda BRICS.
La mayoría de los países del Sur Global buscan un mundo multipolar y la creación de plataformas internacionales más igualitarias y justas, que representen mejor sus intereses, para poder protegerse de los riesgos que plantea el actual orden económico internacional. Al abogar por la desdolarización, estos países pretenden mitigar los diversos riesgos que plantea el dólar estadounidense, no enfrentarse a él.
GaoBai señala que el dólar estadounidense tiene varias deficiencias como moneda de reserva mundial, pero la eficiencia de liquidación y la facilidad de uso que ofrece lo convierten en una parte indispensable del sistema comercial multilateral. En un futuro sistema financiero internacional, aunque los países puedan evitar el dólar e incluso realizar transacciones en forma de trueque, no utilizarán monedas cuyo uso sea inconveniente como principal moneda de reserva. Hoy, la influencia decreciente del dólar estadounidense marca el declive de este eficiente modelo de negocios.
Mientras, las sanciones económicas occidentales contra Rusia tuvieron un impacto significativo en las economías del Sur Global. Las sanciones energéticas occidentales y el desacoplamiento de Rusia han perturbado las relaciones relativamente estables entre la oferta y la demanda. Al cesar la cooperación energética ruso-europea, la industria energética rusa se vio obligada a dirigirse al mercado de Asia-Pacífico, exportando petróleo y gas a precios bajos.
La respuesta estratégica de Rusia ejerció una gran presión en otros productores de energía, obligándolos a competir ferozmente en el mercado de Asia y el Pacífico, lo que está alterando el panorama geopolítico y el equilibrio del poder político y económico internacional.
Latinoamericanos pueden decidir las elecciones en EEUU
Los latinos en Estados Unidos son muchos, pero tradicionalmente votan poco. La participación electoral ha sido históricamente baja lo que llevó a describirlos como un “gigante dormido”. De los 32 millones de latinos que pudieron haber participado en la elección presidencial de 2020, votaron poco más de la y 34% lo hicieron por primera vez. Pero aceptar la noción de que los votantes latinos no están interesados en participar activamente del proceso político es perder de vista las barreras estructurales y culturales que limitan esa participación.
Esta aparente falta de entusiasmo es en realidad el resultado de una de las leyes electorales más restrictivas del país y del diseño de distritos electorales con los que se busca diluir el poder político de los latinos: hay impedimentos específicos para el libre ejercicio del voto. Muchos latinos no pudieron votar hasta 1975, cuando finalmente los estados fueron obligados a ofrecer boletas en español.
El tema migratorio tiene un importante impacto sobre parte del voto latino, y ante una propuesta abiertamente antimigrante del candidato republicano, Kamala Harris y los demócratas aún no han logrado definir un mensaje claro, aunque han endosado las propuestas de Biden para imponer mayores controles en la frontera con México y la anulación en gran medida del derecho al asilo, también está promoviendo una propuesta más amplia sobre migración con vías hacia la ciudadanía.
Este año los latinos serán casi 15 por ciento del electorado, cerca del doble de lo que representaban en 2000, cuando eran sólo 7.4 por ciento. Los estados con más votantes latinos son California, con una cuarta parte del total, seguido por Texas, Florida, Nueva York y Arizona.
Una nueva encuesta en los seis estados claves que podrían determinar el resultado nacional de la elección presidencial –Arizona, Nevada, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia y Carolina del Norte– registró que dos tercios de los votantes latinos ven de manera positiva el llamado de Harris a favor de crear una vía hacia la ciudadanía de inmigrantes, combinado con fortalecer la seguridad fronteriza.
El desafío más grande para Harris es convencer a los votantes de participar en las urnas, particularmente en los estados de Arizona, Nevada y Georgia, donde el voto latino podría definir el resultado. La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos (NALEO) calculó que la tasa de participación de los latinos podría llegar a 855 mil en Arizona, casi 200 mil en Georgia y 276 mil en Nevada, algo que fácilmente podría determinar la contienda presidencial en esos estados.
El caso del estado de Texas es interesante: allí han ganado los republicanos en todas las presidenciales desde 1980, pero con un margen siempre decreciente. En 2000 se impusieron por 21 puntos, y en 2020 por apenas seis puntos, caída en la que fue clave el crecimiento de latinoamericanos, que constituyen un tercio de los votantes. Por primera vez en más de 40 años, los demócratas, si logran el voto latino, podrían triunfar.
Aunque la inmigración es siempre un tema importante para el electorado latino, la economía sigue siendo el asunto más importante para este sector. Un 63 por ciento de los latinos en los seis estados claves perciben la economía y el costo de la vida como temas de mayor importancia para ellos al decidir por quién votar, según BSP Research,
El apartado de inmigración del ‘Proyecto 2025′, un guion escrito por un ‘thinktank’ ultraconservador sobre un segundo mandato del expresidente Donald Trump, explica cómo debería llevarse a cabo la expulsión de millones de personas: tolerancia cero, redadas en colegios, hospitales e iglesias: esas son las pistas de la mayor deportación de la historia (más de 20 millones de latinoamericanos) que promete Trump.
La mayor deportación ocurrió en 1954, la OperationWetback, e implicó la expulsión de entre 350 mil y dos millones de mexicanos de EEUU a México, aunque se estima que entre el 40 y el 60% eran ciudadanos estadounidenses. Ese episodio ni siquiera sirve de referencia para vislumbrar cómo se verá la promesa de Trump, que apunta a la implantación de un estado policial y la eliminación de derechos fundamentales.
Hasta la llegada de Harris, los sondeos daban como claro vencedor a Trump, gracias a la creciente impopularidad de Biden. En las elecciones presidenciales de 2016 y 2020, los latinoamericanos votaron dos a uno contra Trump. Primero para apoyar a Hillary Clinton, que ganó con 38 puntos de margen sobre el magnate, y luego votando por JoeBiden, que aunque retrocedió, todavía se impuso por 33 puntos.
Los latinos con derecho al voto pasaron de 14.3 millones en 2000 a más de 36 millones, según el PewResearch Center, y en la contienda presidencial de 2024 una vez más su participación podría definir quién gana la Casa Blanca. Hasta julio pasado los sondeos planteaban un escenario muy diferente: la ventaja de Biden sobre Trump entre los latinos casi se había desvanecido hasta reducirse a tres puntos. Y entonces, llegó Kamala. La disputa por este voto será vital para ambos candidatos.
Un análisis de Axios evaluando datos de los últimos 50 años señala que cuando los candidatos presidenciales obtienen menos de 64 por ciento del voto latino, casi siempre pierden. El nivel de apoyo latino para Harris, según los sondeos más recientes, está en 55 por ciento o poco más –mucho mejor que el de Biden–, pero es un claro indicador de que se requiere más que anuncios en español en los próximos 80 días antes de la elección para obtener el apoyo necesario –y tal vez esencial– de los latinos.
El papel potencialmente determinante de los latinoamericanos tiene que ver con dónde están concentrados. Son casi un cuarto de la población de Nevada y Arizona, dos de los llamados estados claves que determinarán la elección presidencial; entre 4 y 6 por ciento de otros cinco estados claves, o sea, suficiente como para ser la diferencia entre el triunfo o derrota de los aspirantes presidenciales. Mal negocio para Trump, seguir amenazando a los migrantes.
Trump había acumulado mayor apoyo entre latinos, sobre todo por su mensaje de sus políticas económicas y algunas posiciones socialmente conservadoras que atraen a parte de la comunidad latina. Pero la campaña de Kamala Harris, difundió su primer espot de televisión en español y recibió el respaldo de la organización electoral latina más antigua del país: LULAC.
Donald Trump narró su intento de asesinato con vívidos detalles, y prometió la deportación más grande en la historia de Estados Unidos durante su regreso el 12 de agosto a la red social anteriormente conocida como Twitter, en una conversación con el propietario de la red social X, ElonMusk, que se vio plagada de fallas técnicas.
«Los demás países expulsan a los malos, a toda la gente improductiva y la envían a Estados Unidos. Si ganan los demócratas, vendrán 50 o 60 millones de personas de todo el mundo. Ya estamos desbordados. Conmigo tendremos la mayor deportación de nuestra historia», afirmó.
El tema migratorio
Harris promueve una propuesta más amplia sobre migración, con vías hacia la ciudadanía, en la idea de que los que están ya en EEUU (sin documentos) merecen una oportunidad para ganársela, así como tener una frontera segura. Precisamente en Arizona Kamala reafirmó los compromisos de los demócratas de fortalecer la seguridad con más agentes de la Patrulla Fronteriza para frenar el cruce de indocumentados desde México. “Fui procuradora general de un estado fronterizo (California). Perseguí a las pandillas trasnacionales, los cárteles de droga y los traficantes de humanos. Los enjuicié en caso tras caso, y gané”, señaló. En su video de campaña en inglés y español, Harris se compromete a contratar a miles más de agentes de la Patrulla Fronteriza para combatir el tráfico de fentanilo y la trata humana.“Sabemos que nuestro sistema migratorio está descompuesto y sabemos lo que se requiere para componerlo: una reforma integral. Eso incluye mayor seguridad fronteriza y una vía hacia la ciudadanía que se gana”, declaró Harris en el acto en Glendale, Arizona.
Por su parte, Donald Trump, ya ha manifestado en más de una oportunidad su rechazo a la migración por la frontera del río Bravo. Es más, hace tiempo que amenaza con enviar tropas e incluso llevar adelante una guerra contra México para perseguir los cárteles de la droga. La crisis sanitaria por el extensivo uso del fentanilo es un elemento importante del discurso de ambos candidatos, pero es Trump el que acusa a México de ser el principal responsable del contrabando de esta droga.
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