Kamala enfrenta el sexismo y la homofobia de los republicanos

Mirko C. Trudeau

La realidad, única verdad según Aristóteles, muestra que Donald Trump se ha quedado de golpe sin verso de campaña: ahora el geronte es él y todo cuanto ha dicho contra Joe Biden se puede aplicar a su persona y no a su “joven” contrincante, la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien ni siquiera fue confirmada por la Convención del Partido Demócrata.

Este 21 de julio el presidente Joe Biden hizo historia al abandonar la carrera por la reelección para un segundo mandato, un hecho que no había ocurrido desde 1968. También es la primera vez que un presidente abandona la competencia tan tarde, ante la votación del 5 de noviembre. Biden anunció, además, su apoyo para que tome su lugar, como candidata presidencial demócrata, la actual vicepresidenta Kamala Harris, quien logró atraer aire fresco a una contienda que hasta entonces era entre dos gerontes.

Todas las dificultades que parecían volver imposible, temerario, suicida o imprudente cambiar de candidato a cuatro meses de la recta final de la carrera presidencial en Estados Unidos se han evaporado en apenas días. Parece que ni Jill Biden, la esposa de Joe, era la versión moderna de la madrastra de Blancanieves, ni el Partido Demócrata se había sumido en el caos y la pelea fratricida. Y tampoco los donantes huyeron, ni andaba tan corto el stock de candidatos capaces de mejorar los dígitos de Biden.

En política, como en la vida, la realidad siempre acaba abriéndose paso. En apenas una semana la opción de Kamala Harris ha ocupado con naturalidad la candidatura presidencial en un Partido Demócrata que la ha acogido aliviado y con entusiasmo: los donantes pasaron el dinero destinado a la reelección de Biden a las cuentas de la campaña de Harris.

Un video de una entrevista que J.D. Vance, candidato republicano a la viepresidencia, concedió en 2021 al canal Fox News, se ha vuelto viral. En la entrevista, pone de manifiesto su sexismo y homofobia de manera explícita:

“En este país estamos efectivamente gobernados, ya sea a través de los demócratas o de los oligarcas corporativos, por un montón de señoras sin hijos y amantes de los gatos, que se sienten miserables con sus propias vidas y las decisiones que han tomado y por eso quieren hacer que el resto del país también se sienta miserable. Y eso es solo un hecho básico. Miren a Kamala Harris, Pete Buttigieg, Alexandria Ocasio-Cortez: todo el futuro de los demócratas está controlado por personas sin hijos”.

Tuiteros republicanos la llamaron Mamala. Harris no tiene hijos biológicos, aunque ha criado a dos de su esposo, quien afirmó en su defensa que es una madre amorosa. En cambio, JD basa su campaña en apelaciones a favor de la natalidad. Incluso ha elogiado un programa que aplicó en Hungría el gobernante ultraderechista Viktor Orban, de créditos al matrimonio y la reproducción, que se alivian y hasta convierten en subsidios según la fertilidad de la pareja.

Por su parte, en un mitin que se celebró el miércoles por la noche en el estado de Carolina del Norte, Donald Trump prometió que “no va a ser amable” con Kamala Harris, a quien calificó de “tonta”, en una entrevista, y de “tonta como una piedra”, en redes sociales.

El racismo y el sexismo no solo son tóxicos, también pueden causar muertesse han registrado tres resonantes casos de muertes de personas negras a manos de policías y guardias de seguridad en Wisconsin e Illinois, los estados anfitriones de la Convención Nacional Republicana y de la Convención Nacional Demócrata, respectivamente.

Republicanos descolocados con Harris

Trump describió a su rival como una candidata de extrema izquierda. Dijo además que Harris “está loca” y que, en su defensa del derecho al aborto, quiere matar a fetos de ocho y nueve meses, “e incluso cuando ya han nacido”. “Eso es una ejecución”, dijo Trump. Remató señalando que la aún vicepresidenta es “la fuerza impulsora ultraizquierdista detrás de cada catástrofe de Biden”. Seguramente no ganó un solo voto atacando tan groseramente a Harris.

“Ella sería la extremista de extrema izquierda más radical que jamás haya ocupado la Casa Blanca”, y  Biden “falso progresista”, pero Harris es una radical de izquierda “es más izquierdista que Bernie Sanders (senador que se dice socialista)”, dijo Trump.

La sucesión de pronunciamientos luego de que quedara en evidencia la avanzada senilidad del Presidente mostró que ni sus partidarios más decididos creían en la eventualidad de una victoria. Hasta desaparecieron del análisis los temores acerca de las consecuencias de un segundo mandato de Biden, porque nadie lo consideraba posible.

Una evaluación objetiva de su gestión arroja un saldo económico y social favorable. Distinto sería si en las evaluaciones electorales también se tomaran en consideración las cuestiones de política internacional, que interesan quizá no a los estadounidenses, sino al resto del mundo.

Tuiteros republicanos la llamaron Mamala. «Es una pena que el país esté gobernado por una de esas señoras enamoradas de los gatos y sin hijos, que no son felices en su vida por las elecciones que tomaron y que quieren que el resto del país también sea infeliz», dijo JD Vance en una entrevista con Fox News en 2021. Harris no tiene hijos biológicos, aunque ha criado a dos de su esposo

Vance pone de manifiesto su sexismo y homofobia de manera explícita. Basa su campaña en apelaciones a favor de la natalidad. Incluso ha elogiado un programa que aplicó en Hungría el gobernante ultraderechista Viktor Orban, de créditos al matrimonio y la reproducción, que se alivian y hasta convierten en subsidios según la fertilidad de la pareja.

De acuerdo con Trump, candidato casi octogenario, la prensa, con sus “noticias falsas” está pintando a Harris como si fuera “la salvadora de EEUU” y bromeó al preguntar si los demócratas también la van a reemplazar si no remonta en las encuestas. Añadio que el Partido Demócrata fue el que obligó a Biden a retirarse de la carrera a la Casa Blanca porque él le estaba ganando en las encuestas.

“Ahora bien, si empezamos a ganar (a Harris) en las encuestas por 10 o 15 puntos, ¿van a presentar a un tercer candidato?”, aseguró a los asistentes de Charlotte. Trump anunció que si gana las elecciones de noviembre, una de sus medidas será cerrar la frontera y para “terminar” con la “invasión” de inmigrantes que han venido por las políticas del equipo demócrata, según opinó.

“En Venezuela el crimen ha bajado un 72% porque están enviando a todos sus criminales a Estados Unidos”, dijo Trump, ya sin vendaje en la oreja.Y añadió que si gana el Partido Demócrata el año que viene será más seguro tener el mitin en Caracas que en Carolina del Norte.

Las espaldas de Kamala

El respaldo del expresidente Barck  Obama y su esposa Michelle –que pretendía alzarse con la candidatura- se suma al creciente impulso detrás de la campaña de Harris. “En este momento crítico para nuestro país, haremos todo lo que podamos para garantizar que ella gane en noviembre”, dijo el expresidente demócrata.

Harris, de 59 años, entró en la carrera por la presidencia cuando Biden, de 81 años, anunció que no buscará un segundo mandato en noviembre tras un pésimo desempeño en un debate contra Donald Trump, que encendió todas las alarmas sobre su estado físico y sobre todo intelectual.

Hasta ahora Hariis no ha tenido definiciones importantes, mientras la dureza con la que Trump está tratando el tema migratorio afecta no solo la relación con México sino con toda Centroamérica (acusó a El Salvador y a Venezuela de estar enviando a sus “criminales y enfermos mentales Estados Unidos), buena parte del Caribe, Sudamérica y más allá.

La idea de Trump de una intervención militar pasó de ser una fantasía del Despacho Oval a algo parecido a la doctrina del Partido Republicano, señala el New York Times. Y Harris no ha dicho nada al respecto.

El perfil bajo que logró mantener Harris como vicepresidenta de Biden permiten desmarcarse del gobierno y ponerle un sello propio, pese a abstenerse de cuestionar el genocidio israelíe en Gaza, las políticas migratorias o el financiamiento sostenido de la guerra en Ucrania, en beneficio de las empresas de armamentos.

El mutis por el foro de Biden logró que los que se habían descolgado de la mayoría demócrata, volvieran al redil. Las encuestas de CNN y The New York Times indican que Harris, la candidata aun no designada oficialmente, logró emparejar las preferencias por Trump y muestran que Kamala recuperó el claro liderazgo demócrata entre las mujeres, los jóvenes y los electores de todas las minorías y ubicó nuevamente a Trump a su hábitat natural: el hombre blanco y mayor de edad.

Para su canción de campaña eligió «Freedom», de Beyoncé, un himno edificante y sincero inspirado en la historia del activismo por los derechos civiles. El mensaje demócrata es prácticamente el mismo. Aunque Harris le ha dado su propio giro, gran parte de los temas en los que se ha centrado en los últimos días –defender la libertad reproductiva de las mujeres, rechazar las «políticas económicas de goteo», defender las normas y los valores democráticos– reflejan lo que Biden había defendido en campaña.

Es demasiado pronto para sacar muchas conclusiones sobre cómo el ascenso de Harris cambia una carrera que durante mucho tiempo había parecido una revancha entre Biden y Trump. Y Harris y Trump podrían debatir, para atraer decenas de millones de espectadores que podría cambiar la trayectoria de la carrera. Harris aún no eligió compañero de fórmula y faltan pocas semanas para la Convención Nacional Demócrata.

Harris ha pasado cada día dirigiéndose metódicamente a sectores clave de la base demócrata, incluidos los partidarios en una parte crucial de un estado indeciso el martes, las mujeres negras el miércoles y los profesores el jueves.

Intentó movilizar a las mujeres negras —un electorado demócrata clave que ayudó a Biden a asegurar la candidatura demócrata en 2020— en un discurso ante la hermandad Zeta Phi Beta en Indianápolis y acusó a Trump de respaldar «un plan para devolver a EEUU a un pasado oscuro» .Argumentó que parte de la agenda del Proyecto 2025, incluido el recorte del Departamento de Educación y Medicare, «representa un ataque descarado contra nuestros hijos, nuestras familias y nuestro futuro».

*Politólogo y analista estadounidense, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)