Argentina exporta su plan golpista a Venezuela y el FMI presiona sobre la economía local

459

Emilia Trabucco

La política internacional del gobierno de Javier Milei y sus aliados refleja con claridad cuáles son sus prioridades, y por ende, cuál es el proyecto político estratégico que comanda la realidad nacional, desde los centros de poder fronteras afuera.

El viaje de Milei a Francia y el de su ministro de Economía Luis Caputo a la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, sucedieron en medio de un gran protagonismo de la derecha argentina en el plan de desestabilización e injerencia internacional sobre Venezuela, en el marco de su proceso electoral para elegir presidente este 28 de julio.

Desde las filas de La Libertad Avanza y el PRO, se montó un espectáculo mediático a través de los relatos de deportación por parte del gobierno venezolano de sus diputados y senadores que decían llegar como veedores, obviando, claro, que violaron todas los códigos diplomáticos que exige cualquier país en sus procesos electorales.

Ello en el marco de acciones planificadas previamente que constituyeron a la Embajada argentina en Caracas como un búnker de la derecha, con el “asilo” de líderes opositores de Machado responsables de digitar y ejecutar un plan de violencia.

Vuelve también a aparecer el centro de control extranjero al cual se subordina el armado regional golpista: Elon Musk, el multimillonario dueño de la red social X, retuiteó un posteo de María Corina Machado, la referenta de la derecha venezolana -procesada por la Justicia-, donde ella agradece su llamada de apoyo a Javier Milei.

Mientras tanto, el Ejecutivo argentino, aunque parezca tener el tiempo y los márgenes para ocuparse del “combate al socialismo” en otro país,  la realidad es que tiene graves problemas internos que resolver, producto del escenario de crisis económica que ellos mismos generan y la ofensiva de los actores a los que responden.

La necesidad de financiamiento para engrosar las reservas del Banco Central y bajar las presiones para la liberación del cepo cambiario, sosteniendo la inflación en los valores actuales, viene siendo tema constante de la agenda de discusión de Milei y Caputo. Los sectores concentrados que apoyaron su triunfo, empiezan a mostrar con mayor claridad los quiebres internos ante las decisiones de la cartera económica, en base a quien obtiene mayores beneficios.

En este escenario, Milei se embarcó junto a su hermana Karina rumbo a Francia, en principio sin una agenda diplomática, pero con el objetivo de concretar una cumbre con Emmanuel Macron, en el marco de los Juegos Olímpicos.

Finalmente  Milei obtuvo la reunión, donde el argentino agradeció el apoyo de Francia frente al directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI), y Macron lo felicitó por las reformas que se están emprendiendo en Argentina. Posteriormente se reunió con un grupo de importantes  empresarios, que concluyó nuevamente sin confirmar ninguna inversión concreta.

Mientras tanto en Brasil, el ministro Caputo participó de la cumbre del G20, en búsqueda de reuniones con el FMI, el Tesoro de EEUU y otros organismos internacionales, como el Banco Mundial o el BID, para intentar soluciones a la falta de reservas y el endeudamiento. La agenda fue un fracaso, ya que “el rey de las finanzas” volvió sin los dólares buscados.

El encuentro con la directora del FMI, Kristalina Gioegieva se dio en el marco de las tensiones desatadas por  las críticas de Milei a Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental del FMI, quien es acusado por el presidente de “malas intenciones” para con Argentina en las negociaciones con el organismo. Si bien Giorgieva tuiteó “Estamos comprometidos en respaldar los esfuerzos del Gobierno para dar vuelta la economía en beneficio de los argentinos”, ninguna asignación concreta de financiamiento fue anunciada.

Caputo también se reunió con la presidenta del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, con quien esperaba lograr su apoyo El ministro de Economía, Luis Caputo, se reunió con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.en las negociaciones con el Fondo. Sin embargo, el único anuncio de Yellen fue: «Se discutió el progreso de la desinflación y el esfuerzo para atender a los más vulnerables», en sintonía con Georgieva.

A pesar de que el gobierno argentino sigue sumando millas para atender los intereses internacionales que sostienen su plan, lo cierto es que en el marco del recrudecimiento de la crisis global, no la tiene fácil. Milei y su ministro intentan lograr la estabilidad económica que les permita sostener la gobernabilidad, tarea nada fácil ante las consecuencias nefastas que sufren cotidianamente millones de argentinos y argentinas.

Para ello necesitan desviar la atención y seguir construyendo el relato. En este marco, Argentina está protagonizando la ofensiva articulada de la derecha regional sobre Venezuela, donde la Revolución Bolivariana y su democracia participativa, resulta la realidad efectiva de un proyecto popular que le resulta incómodo a la derecha en la región.

Un proyecto político que a pesar de los bloqueos y las medidas coercitivas internacionales, ha logrado estabilizar su economía, encabezar el ranking de crecimiento en la región, producir nacionalmente su alimento y reactivar el consumo. Ello acompañado por políticas de justicia social, ejecutadas por un gobierno cuya columna vertebral es la organización del poder popular, logrando profundizar el proyecto comunal, el principal legado de Hugo Chávez.

Y no solo parece ser incómodo el ejemplo de Venezuela solo a la derecha. Cabe una mención al rol lamentable de Alberto Fernández, ex presidente argentino, quien con su «progresismo» de cartón,  terminó abonando el relato reaccionario contra el proceso democrático y popular que el pueblo venezolano protagoniza nuevamente este 28 de julio yendo a las urnas. Una acción de mucha ingratitud con una Venezuela que encabezó, desde la llegada de Chávez, la mayor muestra de solidaridad con nuestro país.

Se sigue poniendo en evidencia que los centros económicos operan con poder de fuego, manipulando la opinión pública con el cerco comunicacional operado por los ejércitos de troll en redes sociales y con la complicidad de los actores políticos regionales e internacionales que se prestan para el show mediático.

Pero como expresó el presidente Nicolás Maduro el sábado 27, “los votos vencen a los bots, los bots no votan, el pueblo vence a los bots”, luego de encabezar una marcha de más de un millón de personas en su cierre de campaña. Una muestra de que a la ofensiva del entramado económico, mediático y judicial se la enfrenta con más poder popular y la ocupación de la calle, la columna vertebral de la continuación del proceso con Nicolás Maduro como presidente.

Las elecciones en Venezuela son un punto de inflexión en la política regional, y tienen especial importancia para la posibilidad de articular una fuerza popular de oposición al gobierno de Milei en Argentina.  Son tiempos de grandes definiciones. De lo que se trata es de fortalecer las alianzas regionales que permitan enfrentar la estrategia articulada de la derecha y superar la profunda crisis que golpea sobre los sectores populares, profundizando y defendiendo los proyectos de soberanía, autodeterminación y justicia social.

*Psicóloga, Magíster en Seguridad. Analista del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE) en Argentina. Directora del Área de Universidad, Género y Trabajo del IEC-CONADU. 

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.