México: presidencia con perfume de mujer
Gerardo Villagrán del Corral
En una elección muy importante para el futuro de América Latina y el Caribe, la científica Claudia Sheinbaum arrasó en todo el país frente a la candidata neoliberal Xóchitl Gálvez y se convirtió en la primera mujer presidenta en la historia de México, y sucederá a Andrés Manuel López Obrador. Su partido se quedó con la decisiva Ciudad de México y con siete de las ocho gobernaciones en disputa.
Claudia tiene 61 años, es científica reconocida en el mundo académico y se autodefine como “humanista”. Estudió y se recibió en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo el título de Licenciada en Física. En 1994, obtuvo el grado de Maestría en Ingeniería Energética, siendo la primera mujer en ingresar al doctorado de esta carrera. Además, fue la primera mujer electa para desempeñarse en el cargo de jefa de gobierno de Ciudad de México, cargo que ocupó entre 2018 y 2023.
“Por primera vez en 200 años de la República, habrá una mujer presidenta y será transformadora. Gracias a todas y todos los mexicanos. Hoy demostramos con nuestro voto que somos un pueblo democrático”, señaló Sheinbaum en su redes asociales.
Resignada, difuminada por los esfuerzos para mantener una sonrisa, Xóchitl Gálvez salió casi de madrugada del lunes a aceptar que los resultados no le favorecieron en los comicios, y deseó suerte a Claudia Sheinbaum, a quien reconoció como la futura presidenta del país. “Es momento de dejar atrás el encono propio de las campañas para pasar a un fase de reconciliación en el que se privilegie lo que nos une como habitantes de nuestra casa común, que es México”, dijo.
El conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE) muestra tendencias favorables para que Sigamos Haciendo Historia cuente con mayoría calificada en la Cámara de Diputados –lo que les permitiría aprobar reformas constitucionales, el llamado Plan C– y, en el escenario más favorable, en la Cámara de Senadores.
Siempre Claudia Sheinbaum estuvo primera en las encuestas, prevaleciendo sobre una gigantesca maquinaria de falsedades mediáticas que la derecha mexicana y mundial puso a funcionar en estos meses de precampaña y campaña electoral, incluyendo supuestas complicidades de López Obrador con el crimen organizado sin ninguna prueba, a la que se sumaron “prestiosos” medios estadounidenses, monitoreados por la DEA, la CIA y el FBI.
El respaldo a la Cuarta Transformación
La celebrada el domingo 2 de junio fue una elección histórica por las dimensiones, la extensión, las y los contendientes, las propuestas que se pusieron en juego y el resultado: Claudia Sheinbaum Pardo será la primera presidenta en la historia de México.
Los mexicanos asistieron masivamente a sufragar por uois 20 mil cargos (entre el presidencial, los y legislativos con ocho estatales y un sinfín de municipales) en 170 mil casillas electorales. Fueron comicios que dieron el apoyo al gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), tras siete décadas de administraciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PAN, y las primeras elecciones donde las principales contenientes eran mujeres.
El partido del presidente Andrés Manuel López Obrador obtuvo el respaldo a la continuidad de su programa de la mano de Claudia Sheinbaum a la cabeza, mientras opositora Xóchitl Gálvez insistía en poner fin a la llamada Cuarta Transformación (4T) y sacar de Palacio Nacional el proyecto de nación en curso.
Claudia Sheinbaum, “va a ser la primera presidenta de México en 200 años, desde 1824, desde la primera República federal, desde que gobernó Guadalupe Victoria, el primer presidente de México, pero también la presidenta con más votos obtenidos en toda la historia de nuestro país”, dijo en un videomensaje el presidente.
La abanderada de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, organizada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y Partido del Trabajo (PT), impuso también a Clara Brugada sobre Santiago Taboada –de la coalición de derechas-, en la jefatura de gobierno de capital, a la que renunciara Sheinbaum para participar de las elecciones.
Sheinbaum ofreció que su gobierno será “honesto, sin influyentísimo, sin corrupción, ni impunidad. Será un gobierno con austeridad republicana, disciplina financiera y fiscal y con autonomía del Banco de México. No habrá aumentos reales a los combustibles ni a la electricidad; mantendremos división entre el poder financiera no habrá aumentos reales a los combustibles y electricidad mantendremos la obligada división entre el poder económico y el poder político.
“Siempre defenderemos y trabajaremos por el interés supremo del pueblo de México y de la nación, y actuaremos apegados a leyes y al derecho. Garantizaremos las libertades de expresión, de prensa, de reunión, de concentración y de movilización”, aseguró
Somos demócratas, subrayó, “y por convicción nunca haríamos un gobierno autoritario ni represor. Respetaremos también la libertad política, social, cultural y religiosa; la diversidad de género y sexual. Seguiremos luchando siempre contra cualquier forma de discriminación, respetaremos la libertad empresarial y facilitaremos la inversión privada nacional y extranjera para el desarrollo nacional que fomente el bienestar social y el desarrollo nacional, garantizando siempre el respeto al medio ambiente”, afirmó.
*Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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