Malvinas: para el gobierno argentino, la soberanía no es negocio
Rubén Armendáriz
Mientras el presidente Javier Milei no ocultaba su admiración por Margaret Thatcher, una entre los grandes líderes de la humanidad, la vicepresidenta Victoria Villarruel, “referente de la familia militar”, quien expresa una tradición de derecha nacionalista que recela del globalismo de los libertarios, desplegaba el relato de la Malvinas como una gesta autónoma del marco del terrorismo de Estado en el que tuvo lugar.
Milei insistió en la revisión negacionista del terrorismo de Estado. Sin mencionar el contexto de una dictadura genocida, sin ninguna alusión a la decisión de invadir Malvinas tomada por una junta militar, desacreditada, resucitó la consigna de la “reconciliación con las fuerzas armadas”, e hizo apología del delito al reivindicar ese accionar de las fuerzas armadas y criticar a los organismos de derechos humanos.
El 10 de diciembre pasado, Milei se convirtió en el primer presidente desde 1983 que en su discurso de asunción omitió la reivindicación de la soberanía sobre Malvinas. El 2 de abril, en el 42 aniversario del inicio de la Guerra de las Malvinas, montó una puesta en escena rodeado de uniformados en la que leyó: “nuestro reclamo inclaudicable por las islas”, sin siquiera mencionar a Gran Bretaña. En ese marco, apeló como buen negacionista a la “reconciliación”, sin mayores detalles.
Entre todos los políticos en la historia, Milei suele quedarse con Thatcher, la Dama de Hierro británica que ordenó la destrucción del crucero ARA General Belgrano y la muerte de 323 argentinos, por el ataque del submarino nuclear británico HMS Conqueror, aún cuando la neve argentina no estaba en la zona del conflicto.
Ya el año pasado había señalado que «Yo me siento muy identificado, en términos históricos, básicamente con Churchill, con Reagan y con Margaret Thatcher». Quizá por ello olvidó -al menos- criticar al Reino Unido por la ususrpación de las Malvinas ni los crímenes de guerra perpetuados por el ejército invasor. Y destacó que el reclamo puede hacerse sólo si en una economía “no hay déficit”. ¿Será su definición de soberanía?
La canciller Diana Mondino y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también minimizaron el reclamo por Malvinas y hasta piden «entregarlas» por un puñado de vacunas de Pfizer cuando la pandemia de Covid, y/o hablaron de la autodeterminación de los kelpers, los británicos que habitan en las islas.
Bullrich aseguró que sería capaz de entregar las Malvinas con tal de que la estadounidense Pfizer desembarque en Argentina. Por su partee, el ministro de Economía Luis Caputo pretendió homenajear a los soldados de Malvinas… con una imagen de una serie estadounidense.
Antes de asumir, la banquera Mondino avaló en varias oportunidades la “autodeterminación” de los habitantes de las Malvinas, en línea con la histórica postura británica. En una entrevista concedida al británico The Telegraph, Mondino manifestó que «no se puede imponer ninguna decisión a otras personas, ni a los argentinos ni a nadie. Ya no se pueden imponer decisiones, eso tiene que terminar».
Ante la consulta de una periodista sobre las acciones de la Cancillería ante el viaje de David Cameron -ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido- a las Malvinas, la canciller dijo que «no había muchas opciones» porque «no pasan por territorio argentino para ir», sin aclarar que, justamente, el canciller británico aterrizó en suelo argentino.
Alicia Castro, exembajadora argentina en el Reino Unido, destacó el cinismo de Milei y Villarruel hablando de soberanía.”Promueven un régimen neocolonial servil a los intereses geopolíticos y económicos de Estados Unidos e Israel. Milei, admirador de Margaret Thatcher, hoy propicia los intereses del usurpador británico en nuestro Atlántico Sur”, añadió. Milei habaía tuiteado:“Somos el primer gobierno que tiene un rumbo claro para ser un país soberano”
Reivindicando genocidios
“Milei se referencia con quienes desde 1833 usurpan ilegalmente parte del territorio argentino e idolatra a Margaret Thatcher, responsable de la muerte de 634 soldados, que es enemiga de la Argentina”, apuntó el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata
Simuló un homenaje a los caídos en Malvinas para reivindicar al genocida Julio Roca, que entregó el país al imperialismo inglés y masacró pueblos originarios, y llamó a la ‘reconciliación’ con las fuerzas armadas que los torturaron. Nunca más, Milei”, lo repudió la abogada María del Carmen Verdú, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional.
Por su parte, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) señaló que las alianzas y el discurso oficial apoyan la revisión negacionista del terrorismo de Estado, y destacó que, “mientras un sector del Ejecutivo adula al colonialismo, otro incorpora a toda una camada de veteranos de la guerra en puestos claves de la administración pública”.
“Malvinas es una fractura expuesta para un gobierno integrado por diferentes derechas, con evidentes contradicciones entre su vertiente neoliberal extranjerizante y la línea nacionalista”, resume el CELS. Malvinas se presenta como un vector de reivindicación del rol de los militares durante la dictadura, en una operación que pretende recortar el conflicto bélico del contexto del terrorismo de Estado, e incluso honrar a represores condenados como héroes de la guerra contra los ingleses, añadió.
“Milei usó el 2 de abril para justificar el ajuste y proponer la reconciliación con las Fuerzas Armadas ejecutoras del genocidio. Mala fecha eligió, los soldados también fueron torturados en Malvinas por esos mismos genocidas. Juicio y castigo”, señaló la diputada Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT)
Lila Lemoine, exmaquilladora de Milei y ahora diputada, también pidió por la soberanía argentina de las Islas del Atlántico Sur. Pero, al igual que su jefe político, aconsejó «separar» el reclamo de Malvinas y destacar el accionar de Thatcher que «salvó» a Inglaterra del «socialismo».
Las expresiones que minimizan a Malvinas no son exclusiva de La Libertad Avanza, el partido ultraderechista de Milei. Mauricio Macri, siendo presidente en 1997, cuestionaba el reclamo: «Nunca entendí los temas de soberanía en un país tan grande como el nuestro. Nosotros no tenemos un problema de espacio como tienen los israelíes». Y agregó: «las Islas serían un déficit adicional para la Argentina».
*Periodista argentino, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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