Con falsedades, quitan apoyo a la agencia de la ONU para refugiados palestinos
Isabella Arria
En una nueva ofensiva mediática, política y financiera, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, acusó -sin pruebas- a una docena de trabajadores de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) de haber participado en los ataques del grupo armado Hamas contra territorio israelí el pasado 7 de octubre.
Inmediatamente el gobierno de Estados Unidos anunció la suspensión de su financiamiento a la agencia, una decisipon inmediatamente seguida por Australia, Canadá, Italia, Reino Unido, Finlandia, Países Bajos y Alemania. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, urgió «a los gobiernos que suspendieron las contribuciones a, al menos, asegurar la continuidad de las operaciones de la agencia”.
Curiosamente, Israel no informó de ninguna acción concreta que hayan llevado a cabo los empleados ni presentó prueba alguna en su contra, pero la ONU cesó de inmediato a las personas señaladas. Estados Unidos y los siete países que lo secundaron usaron la versión como pretexto para cortar el financiamiento a esa instancia que provee una asistencia vital a cientos de miles de palestinos confinados y bombardeados de manera permanente por las fuerzas armadas de Israel.
Asfixiar a la agencia por los actos –no investigados ni probados– de algunos individuos representa un castigo colectivo a la población gazatí, lo cual constituye un crimen de guerra. Al sumarse al boicot contra la agencia, Washington y sus aliados envalentonan al sanguinario poresidente israelí Benjamín Netanyahu para seguir adelante con el genocidio.
Más de 50 instalaciones de la agencia para los refugiados palestinos (UNRWA) han resultado dañadas por los ataques en Gaza, incluyendo cinco por ataques directos. Tom White, el responsable de la UNRWA ya había denunciado en noviembre pasado que 38 palestinos que se refugiaban allí fueron asesinados. «La gente se refugia bajo una bandera de la ONU y ni siquiera podemos protegerlos bajo la bandera de la ONU», dijo .Unos 690.000 desplazados internos se refugiaron en 149 instalaciones repartidas por la Franja de Gaza.
White dijo que habían perdido el contacto con la mayoría de los refugios en el norte. Las condiciones en lo que antes eran escuelas son pésimas y quien ha logrado entrar “son los afortunados” pues muchas personas debieron construir sus propios refugios en la calle.
Todo indica que la embestida contra la UNRWA es una venganza del gobierno de Netanyahu: la denuncia tuvo lugar la misma semana en que la UNRWA exhibió el enésimo ataque del ejército israelí contra áreas civiles perfectamente identificadas y en que la Corte Internacional de Justicia exhortó al régimen sionista a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la franja de Gaza y tomar las medidas necesarias para prevenir el genocidio en sus operaciones militares.
Con esta embestida para expulsar a la UNRWA, Israel continúa la eliminación de todos los testigos de sus crímenes de guerra y avanza en su declarado propósito de reducir por hambre a la población palestina, volver imposible la vida humana en Gaza y culminar una limpieza étnica. El aparato propagandístico occidental y su terrorismo mediático, no podrán borrar la ignominia que mancha a los cómplices activos del genocidio y la barbarie israelí.
Hamas negó que personal de la ONU colabore con sus acciones. «Condenamos enérgicamente la campaña de incitación lanzada por la entidad criminal sionista contra las instituciones internacionales que contribuyen al alivio de nuestro pueblo, que está siendo sometido al genocidio nazi», indicó el grupo.
«Hacemos un llamado a Naciones Unidas y a las instituciones internacionales para que no cedan ante las amenazas y los chantajes de esta entidad nazi rebelde, que busca cortar todos los medios de vida para nuestro pueblo», añadió.
Por su parte, Israel agradeció a los países que tomaron la medida. «Hago un llamado a que más naciones se unan. Los vínculos de UNRWA con Hamas, la provisión de refugio a terroristas y la perpetuación de su gobierno son innegables. Los dirigentes del organismo de la ONU deben ser destituidos e investigados exhaustivamente», indicó el canciller israelí, Yisrael Katz.
Siguiendo con la política del aniquilamiento de los palestinos, Katz señaló que «llevamos años advirtiendo: la UNRWA perpetúa la cuestión de los refugiados, obstruye la paz y sirve como brazo civil de Hamas en Gaza», agregó el funcionario, al subrayar que trabajará para promover una política que garantice que la UNRWA no sea parte del funcionamiento en la Franja una vez concluido el conflicto.
De inmediarto, la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que gobierna partes reducidas de Cisjordania, criticó que estos países suspendieran la financiación antes de concluir la investigación y exigió que den marcha atrás con la decisión. «Cualquier falta por parte de algunos de los empleados de la UNRWA no refleja su política, las directivas e instrucciones de sus funcionarios, ni la credibilidad del trabajo al servicio de los refugiados palestinos», argumentó la cancillería palestina.
Esta práctica -utilizando “fake news” o noticias falsas y sin confirmación. Es parte del repertorio de represalias ilegales con que Tel Aviv busca acabar con la determinación del pueblo palestino a recuperar los territorios y la paz que le fueron arrebatados en 1948 por el colonialismo israelí.
Es usada como excusa para manifestaciones tan brutales como el arrasamiento de barrios enteros porque una persona que vivía ahí pertenecía (según las fuerzas de ocupación) a alguna facción de la resistencia.
La ultraderecha israelí tiene todo un historial de cobrarse revancha sobre civiles inermes cuando sufre un revés ante instancias multilaterales o es llamada a respetar los derechos humanos, como ocurrió cuando la Asamblea General de la ONU reconoció a Palestina el carácter de Estado observador no miembro.
Hoy, tras lanzar abiertamente la mentira sobre la actividad del organismo de Naciones Unidas, expresa abiertamente su intención de expulsar a la UNRWA de los territorios palestinos para continuar obstaculizado de manera sistemática la entrada de víveres para auxiliar a las víctimas de su masacre.
Quedaron al desnudo el doble rasero y la inmoralidad que guía la política exterior occidental: el asesinato en masa de mujeres y niños; el exterminio deliberado de periodistas; el bombardeo descarado de escuelas, hospitales y campos de refugiados; los tratos humillantes infligidos a los prisioneros y videograbados por los propios victimarios, no son tomadas en cuenta por los gobiernos estadounidense y europeos.
Tampoco las declaraciones del gobierno israelí animando a sus soldados a aniquilar a todos los gazatíes han bastado para que el presidente Joe Biden y sus colegas retiren el respaldo militar, financiero, político y diplomático a Tel Aviv, pero una denuncia proferida por un funcionario israelí y recogida por los medios hegemónicos occidentales, fue suficiente para dejar a millones de personas sin alimentos, medicinas ni combustibles.
El genocidio no es sólo de Israel, sino también de quienes lo apoyan y financian.
*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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