Cuba: Corregir los errores en la economía/ Corrigir os erros na economia
Elmer Pineda dos Santos- CLAE|
El V Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, presidido por Raúl Castro, quien dejará la presidencia el 19 de abril, examinó durante dos intensos días de trabajo la actualización del modelo económico y social cubano, complejo proceso emprendido en el país a partir del 2011.
El mandatario cubano, de 86 años, continuará hasta 2021 como jefe del gobernante Partido Comunista. Hace una década reemplazó en el poder a su hermano Fidel Castro y emprendió desde 2010 un programa que incluyó la apertura de pequeños negocios privados (en los que trabajan unas 580 mil personas) y la compraventa de viviendas, entre otras reformas.
Estas medidas buscaban dar mayor espacio a la iniciativa privada en el sector servicios y la apertura a la inversión extranjera, manteniendo el Estado el control de los sectores estratégicos. El Pleno reconoció que no siempre los organismos estatales se involucraron en el éxito de los negocios privados.
En la actualidad se revisan todos los procesos y entre las prioridades están el ordenamiento monetario, en particular los estudios sobre la unificación monetaria y cambiaria; la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030; así como el examen integral y el perfeccionamiento de las medidas que lo requieran, con las correspondientes propuestas.
En Cuba circulan el peso CUP, moneda en la cual se pagan la mayoría de los salarios, y el peso convertible CUC, usado en el sector turismo y para los productos importados. El gobierno sostiene que la convivencia de ambas obstaculiza el control económico.
Sobre este último asunto se ejemplificó con la política para el trabajo por cuenta propia, de la cual ya han sido firmadas las normas jurídicas de mayor rango y debe desplegarse a continuación un proceso de capacitación que incluirá a los 580.000 trabajadores por cuenta propia y a más de 30.000 funcionarios públicos.
Para este análisis global se tomó en cuenta, fundamentalmente, aquellas políticas con normas jurídicas y un plazo de ejecución suficiente para poder medir sus resultados. La meta era revisar todas las políticas para conocer a profundidad qué había salido bien, qué se debía rectificar y qué cuestiones obstaculizaban la implementación de las medidas.
Los funcionarios reconocieron que los primeros tres años se caracterizaron por un alto ritmo de implementación de políticas, que se redujo luego por la complejidad de las medidas y también a causa de errores en la planificación de los procesos y en su control. En ello incidieron además limitaciones económicas y financieras que imposibilitaron el respaldo adecuado a un grupo de medidas que requerían inversiones, añadieron.
Durante los años 2016 y 2017 los esfuerzos se dirigieron, principalmente, a perfeccionar lo logrado. Entre las causas y condiciones generales que influyeron en los resultados desfavorables se señaló que no siempre la Comisión de Implementación logró involucrar a los órganos, organismos, organizaciones y entidades para que desde la base fueran capaces de orientar, capacitar, apoyar, controlar y rendir cuentas de su gestión.
Al mismo tiempo se denunció una insuficiente integralidad, visión limitada sobre los niveles de riesgos e incompleta apreciación de los costos y beneficios. En algunos casos ha sido deficiente el seguimiento y control de las políticas, varias de las cuales se fueron desviando de sus objetivos, sin una oportuna corrección.
Los miembros del Comité Central se refirieron también a la carencia de una cultura tributaria en el país; al aún deficiente empleo de la contabilidad como herramienta fundamental para cualquier análisis económico; y a las dificultades en la comunicación de las políticas, que en ocasiones no permitieron una comprensión a fondo por la población de estos difíciles temas y generaron malas interpretaciones debido a vacíos informativos.
Castro reiteró la necesidad de ahorrar hasta lo más mínimo, ajustándonos a la realidad que vivimos. Tenemos que adelantarnos a los problemas, luchar resuelta e inteligentemente y mantener la unidad de la nación, y recordó los difíciles momentos del Periodo Especial en la década del noventa, cuando el país atravesaba una situación extrema. El escenario desde entonces ha cambiado, pero aún persiste una mentalidad derrochadora, cuando la línea a seguir tiene que ser la del ahorro y la eficiencia, dijo.
Los asistentes al Pleno analizaron en detalle el proyecto de la Política de la Vivienda en Cuba, considerando el estado actual del fondo habitacional y la conformación de una estrategia para detener el deterioro y poder avanzar en su recuperación y solución. En Cuba existen más de 3,8 millones de viviendas, de las cuales el 39% se encuentra en regular y mal estado técnico. La proyección para la recuperación del fondo habitacional del país se estima en no menos de diez años.
A la par de estas inversiones, se prevé un mayor desarrollo de la producción local de materiales, que en los últimos cinco años ha venido creciendo anualmente entre el ocho y 11 %. Al cierre del 2016 ya se producían en los 168 municipios un total de 57 renglones, a partir de las materias primas y reciclables de las localidades. Para este año se instalarán 423 minindustrias en municipios y consejos populares, que se suman a las que ya funcionan en los territorios.
Raúl Castro reiteró que esta política de la vivienda tiene que incluir y prever el respeto al ordenamiento territorial y urbanístico, empezando por las instituciones del Estado para luego exigir a la población.
Asimismo, se presentó a los miembros del Comité Central un informe aprobado por el Buró Político acerca de los estudios que se vienen realizando para una futura reforma de la Constitución, que deberá reflejar las principales transformaciones económicas, políticas y sociales derivadas de los acuerdos aprobados ya en el VI y VII congresos del Partido, al tiempo que ratificará el carácter irrevocable del socialismo y el papel dirigente del Partido Comunista en la sociedad cubana.
*Periodista cubano asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
—
EN PORTUGUES
Corrigir os erros na economia
Por Elmer Pineda dos Santos
O V Congresso Pleno do Comitê Central do Partido Comunista de Cuba, presidido por Raúl Castro – que deixará a presidência no dia 19 de abril – examinou durante dois intensos dias de trabalho a atualização do modelo econômico e social cubano, um complexo processo que vem sendo impulsado no país desde 2011.
Castro, de 86 anos, continuará sendo o líder principal do Partido Comunista até 2012. Ele assumiu o poder há uma década, substituindo seu irmão Fidel, e iniciou em 2010 um programa que incluiu a abertura a pequenos negócios privados (nos quais trabalham cerca de 580 mil pessoas) e à compra e venda de imóveis, entre outras reformas.
Estas medidas buscavam dar maior espaço à iniciativa privada no setor serviços e a abertura ao investimento estrangeiro, mantendo o controle do Estado sobre os setores estratégicos. O Pleno reconheceu que os organismos estatais nem sempre são responsáveis pelo sucesso das atividades privadas.
Na atualidade, o país está revisando todos os processos, e entre as prioridades estão o ordenamento monetário, em particular os estudos sobre a unificação monetária e cambiária; aa elaboração do Plano Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social até 2030, assim como o exame integral e o aperfeiçoamento das medidas necessárias às correspondentes propostas.
Em Cuba, circulam o peso (CUP) – moeda usada no pagamento da maioria dos salários – e o peso conversível (CUC), usado no setor de turismo e para os produtos importados. O governo sustenta que a convivência de ambas obstaculiza o controle econômico.
Sobre este último assunto, se usou o exemplo da política para o trabalho por conta própria, a qual já estabeleceu normas jurídicas de maior que devem ser implementadas durante a continuação do processo de capacitação, o qual incluirá 580 mil trabalhadores e mais de 30 mil funcionários públicos.
Para esta análise global foram considerados, fundamentalmente, as políticas com normas jurídicas e prazo de execução suficiente para poder medir seus resultados. A meta era revisar todas as políticas para conhecer com profundidade o que deu certo, o que devia ser retificado e que problemas obstaculizam a implementação das medidas.
Os funcionários reconheceram que os primeiros três anos se caracterizaram por um alto ritmo de implementação de políticas, que logo se reduziu pela complexidade das medidas, e também por causa dos erros no planejamento dos processos e em se controle. Também verificaram as limitações econômicas e financeiras que impediram que houvesse o apoio adequado a uma série de medidas que requeriam investimentos.
Entre 2016 e 2017, os esforços foram dirigidos principalmente ao aperfeiçoamento do que foi implantado. Entre causas e condições que influíram nos resultados desfavoráveis, mostrou-se que a Comissão de Implementação nem sempre conseguiu envolver os organismos, organizações e entidades para que fossem capazes de, a partir das bases, orientar, capacitar, apoiar, controlar e prestar contras de sua gestão.
Ao mesmo tempo, foi denunciado um insuficiente nível de integralidade dos trabalhos, uma visão limitada sobre os riscos e uma incompleta previsão dos custos e benefícios. Em alguns casos, o seguimento e controle das políticas foi equivocado, e várias delas foram se desviando de seus objetivos, sem uma oportuna correção.
Os membros do Comitê Central se referiram também à falta de uma cultura tributária no país, ao ainda escasso emprego da contabilidade como ferramenta fundamental para qualquer análise econômica e às dificuldades na comunicação das políticas, o que às vezes não permite uma compreensão mais profunda destes temas mais difíceis por parte da população, gerando falsas interpretações a partir dos vazios informativos.
O mandatário cubano reiterou a necessidade de economizar até o mais mínimo, como forma de se ajustar à realidade que o país vive: “temos que nos adiantar aos problemas, lutar de forma inteligente e manter a unidade da nação”. Também recordou os difíceis momentos dos Anos 90, quando o país atravessava uma situação extrema. O cenário mudou desde então, mas ainda persiste uma mentalidade baseada em que a linha a seguir deve ser pautada pela economia de recursos.
Os que estiveram presentes à reunião do Pleno analisaram detalhadamente o projeto da Política de Moradias em Cuba, considerando o atual estado do Fundo Habitacional e a conformação de uma estratégia para frear a deterioração e o poder avançar na recuperação de edifícios. Em Cuba, existem más de 3,8 milhões de moradias, das quais 39% se encontram em estado técnico considerado ruim ou regular. Se estima que a recuperação do Fundo Habitacional do país deve durar pelo menos dez anos.
Junto com estes investimentos, se prevê um maior desenvolvimento da produção local de materiais, que vem crescendo nos últimos cinco anos entre 8% e 11% anuais. No final de 2016, já havia um total de 57 pequenas fábricas distribuídas pelos 168 municípios do país, que trabalham com matérias primas e materiais reciclados das localidades. Neste ano serão instalados 423 dessas mini indústrias de materiais de construção, em municípios e conselhos populares, aumentando o número de obras funcionando em todo o território.
Raúl Castro lembrou que esta política de moradia tem que incluir e prever o respeito ao ordenamento territorial e urbanístico, começando pelas instituições do Estado, para logo exigir da população.
Ainda assim, foi apresentado aos membros do Comitê Central um informe aprovado pelo Departamento Político, sobre os estudos realizado para uma futura reforma da Constituição, que deverá refletir as principais transformações econômicas, políticas e sociais que forem derivadas dos acordos a serem aprovados nos próximos congressos do Partido, que deverão ratificar o carácter irrevogável do socialismo e o papel dirigente do Partido Comunista na sociedade cubana.
Elmer Pineda dos Santos é jornalista cubano associado ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)