Salida al mar de Bolivia: chovinismo de la izquierda y el progresismo chileno/O chauvinismo vergonhoso da esquerda chilena no conflito com a Bolívia

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Cecilia Vergara Mattei-CLAE

 Dada la naturaleza del conflicto que originó la mediterraneidad boliviana, resulta en verdad patética la miseria política que reina entre las distintas expresiones de la izquierda y del progresismo chileno, especialmente aquellas con representación institucional, frente a la demanda altiplánica de salida soberana al mar, señala Maximiliano Rodríguez en Correo de los Trabajadores.

 El historiador Javier Portales recordaba en Punto Final que si bien el Tratado de Lima de 1929, le restituyó Tacna a Perú, le permitió a Chile “reintegrarse” al escenario latinoamericano y dejar de ser “la Prusia de Sudamérica”, como fue motejado a comienzos del siglo XX, una cláusula de dicho tratado le ha permitido a Chile seguir demostrando un hegemonismo decimonónico con Bolivia hasta el día de hoy.

 Pero en lugar de aprovechar positivamente dicha cláusula para resolver de manera satisfactoria para los tres países el que Bolivia obtenga una salida soberana al mar, y que terminemos con los resabios que enturbian nuestras relaciones, el Estado chileno prefiere el camino inmovilista de perpetuar la humillación y el resentimiento boliviano. Y con ello, indirectamente, continúa también preservando el resquemor peruano, añadía el historiador.

 Las posiciones hasta ahora oscilan entre la adscripción acrítica a las cruzadas de unidad nacional impulsadas por el gobierno de turno y el remedo vergonzante de excusas y silencio cómplice, mientras que miserable ha sido hasta ahora la actuación del Frente Amplio, en el sentido de no poder (o querer) alzar una posición única, clara y firme frente a la cuestión.

 Rodríguez recuerda que en el contexto de las elecciones primarias sus dos precandidatos presidenciales se habían pronunciado sobre el tema en un debate televisivo. El supuestamente más izquierdista Alberto Mayol era de la idea de canjear kilómetro cuadrado por kilómetro cuadrado de territorio con tal de otorgarle a Bolivia una salida soberana al mar.

 Se apuraba, en todo caso, en tranquilizar a su audiencia aclarando que el territorio que eventualmente se le cedería a Bolivia bajo ninguna circunstancia se emplazaría en el territorio que le fue arrebatado, sino que estaría en el límite con Perú. Así, su solución consistía a fin de cuentas en azuzar las rencillas nacionales entre países, en donde Chile, cual Poncio Pilatos, se terminaba desentendiendo de su responsabilidad histórica.

ch beatriz sanchez 2 Quien terminaría siendo la candidata presidencial, Beatriz Sánchez, simplemente evitó referirse al tema, señalando que «Por responsabilidad política, no puedo contestar esa pregunta». Tras obtener el 20% en la primera vuelta presidencial, el 18 de marzo señaló: «Yo aquí yo no me pierdo, ¡ah! Cuando hay una resolución de Estado, como lo que está pasando hoy día,… que atraviesa gobiernos además, la posición de Estado es una sola. Y ahí se respalda también».

Cabe recordar que a excepción del breve paréntesis de la Unidad Popular, los únicos gobiernos que la historia de Chile conoce desde que el país se anexionara los territorios norteños son de naturaleza oligárquico-burguesa.

El Partido Comunista (PC), que tuvo en sus filas a destacados historiadores que investigaron los reales intereses detrás del conflicto bélico que dejó a Bolivia sin salida al mar, sus dirigentes de hoy repiten todos los lugares comunes de la realpolitik burguesa. Dos parlamentarios comunistas fueron invitados a seguir el primer día de alegatos por televisión en el palacio de La Moneda (Camila Vallejo y Daniel Núñez), pero no asistieron .

 El presidente del PC, Guillermo Teillier (quien se excusó de no acompañar al canciller Ampuero a La Haya por razones particulares, no por las políticas), dijo que no tenía problemas en asistir. «Nosotros estamos con la política de Estado». «Nosotros [los comunistas] consideramos que este [la demanda boliviana] es un tema de Estado y nosotros vamos a estar siempre presente».Resultado de imagen para guillermo teillier

 Durante el pasado gobierno de Nueva Mayoría, Tellier fue parte de la delegación que en 2015 acompañó al ex canciller Heraldo Muñoz a la anterior ronda de alegatos en La Haya, independientemente de que el origen de la privación de salida al mar de Bolivia siguiera siendo el mismo: una guerra de rapiña capitalista.

 Carmen Hertz, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados y del Comité Asesor del ministro en la demanda boliviana, dijo al portal de El Siglo, que el PC apoyaba «sin matices y sin ninguna limitación en forma clara» la posición oficial chilena, y agregaba que «tenemos que privilegiar la unidad nacional y no las rencillas domésticas».

 Ante el desolador paisaje que deja la miseria de los principales referentes institucionales de izquierda, las clases populares chilenas quedan a la deriva política, abandonadas a su suerte y sin defensa posible ante la inoculación de todos los venenosos prejuicios nacionalistas de la burguesía, señala Maximiliano Rodríguez.

*Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


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O chauvinismo vergonhoso da esquerda chilena no conflito com a Bolívia
Cecilia Vergara Mattei

A natureza do conflito que originou a mediterraneidade boliviana torna patética a miséria política que reina entre as distintas expressões da esquerda e do progressismo chileno, especialmente aquelas com representação institucional, com respeito à demanda do pais altiplânico por uma saída soberana ao mar.

O historiador Javier Portales, em recente edição da revista Punto Final, recordava que embora o Tratado de Lima (de 1929) tenha devolvido a cidade de Tacna ao Peru, permitindo ao Chile se reintegrar ao cenário latino-americano, e deixar de ser “a Prússia da América do Sul” – como se dizia naquele começo de Século XX –, uma cláusula do mesmo tratado, que estabelece a fronteira peruana com a cidade chilena de Arica, faz com que o país transandino mantenha vigente até hoje esse castigo anacrônico à Bolívia.

Porém, em vez de aproveitar positivamente a cláusula para resolver a questão de maneira satisfatória para os três países, e que a Bolívia obtenha uma saída soberana ao mar, terminando de uma vez com as desavenças que prejudicam nossas relações, o Estado chileno prefere o caminho imobilista de perpetuar a humilhação e o ressentimento boliviano. “E com isso, indiretamente, continua também preservando a desconfiança peruano”, agrega o historiador.

As posições até agora oscilam entre aceitação acrítica das cruzadas de unidade nacional impulsadas pelo governo de Sebastián Piñera e o arremedo vergonhoso de desculpas e silêncios cúmplices, enquanto tem sido miserável até agora a atuação da Frente Ampla (FA), no sentido de não poder (ou querer) alçar uma posição única, clara e firme a respeito da questão.

O jornalista Maximiliano Rodríguez, em artigo para o Correo de los Trabajadores, recorda que, no contexto das eleições primárias, seus dois pré-candidatos presidenciais se pronunciaram sobre o tema num debate televisivo. O candidato supostamente mais à esquerda, o sociólogo Alberto Mayol, defendeu a ideia de uma troca de quilômetros quadrados por quilômetros quadrado de território, visando dar à Bolívia uma saída soberana ao mar. Ao mesmo tempo, se apurava em tranquilizar a sua audiência, explicando que o território que eventualmente cederia à Bolívia não se trataria, em nenhuma circunstância, do território que o país roubou dos bolivianos na guerra, e sim o que estaria no limite com o Peru – justamente o que está protegido pelo já mencionado Tratado de Lima. Assim, sua solução, no fim das contas, consistia em reforçar os rancores nacionais dos países vizinhos, e se colocar tal qual um Poncio Pilatos, que se omite diante de sua responsabilidade histórica.

Beatriz Sánchez, a jornalista que terminou sendo a candidata presidencial da FA, simplesmente evitou se referir ao tema, alegando que “por responsabilidade política, não poderia responder a pergunta”. Após obter 20% dos votos no primeiro turno presidencial, ela tomou uma posição: “neste caso eu não me perco, pois quando há uma resolução de Estado, como a que está se discutindo hoje, que reúne diferentes setores, a posição de Estado deve ser uma só. E é preciso respaldá-la”.

Vale recordar que a exceção do breve parêntesis da Unidade Popular, o único governo chileno que foi capaz de reconhecer que o país se anexou os territórios nortenhos através de uma iniciativa de natureza oligárquico-burguesa.

O Partido Comunista (PC), que já teve entre suas fileiras alguns destacados historiadores, que investigaram os reais interesses por trás do conflito bélico que deixou a Bolívia sem saída ao mar, hoje é dirigido por político que repetem todos os clichês da realpolitik burguesa. Dois parlamentares comunistas (Camila Vallejo e Daniel Núñez) foram convidados ao Palácio de La Moneda para um evento em que o governo pretendia mostrar unidade nacional, com a presença de todos os setores políticos apoiando a postura chilena e assistindo juntos, por televisão, a apresentação da tese do país na Corte Interamericana de Justiça, em Haia. Mas eles não compareceram – tampouco os convidados frenteamplistas participaram

O presidente do PC, Guillermo Teillier (que não acompanhou o chanceler Roberto Ampuero em sua viagem a Haia alegando razões particulares, e não políticas), disse que “nós (os comunistas) estamos a favor da política de Estado, consideramos que quando há um tema dessa envergadura nós temos que estar sempre presentes”.

Durante o governo de Michelle Bachelet, Tellier formou parte da delegação que acompanhou o ex-chanceler Heraldo Muñoz à anterior rodada de alegações em Haia. Suas declarações na ocasião ignoraram o fato que os famosos historiadores comunistas chilenos afirmam: que a origem da privação de uma saída ao mar à Bolívia foi uma guerra de rapina capitalista. Por sua parte, Carmen Hertz, membro da Comissão de Relações Exteriores da Câmara dos Deputados e do Comitê Assessor do ministro na demanda boliviana, disse ao portal da revista El Siglo que o PC apoia “sem condições e de forma clara” a posição oficial chilena, agregando que “temos que privilegiar a unidade nacional e não as diferenças domésticas”.

“Diante dessa decepcionante paisagem que expõe a miséria dos principais referentes institucionais da esquerda, as classes populares chilenas ficam à deriva política, abandonadas e sem defesa possível contra a inoculação de todos os venenosos preconceitos nacionalistas da burguesia”, conclui Maximiliano Rodríguez.

Cecilia Vergara Mattei é jornalista chilena e analista do Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

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