López Obrador, Alberto Fernández, la integración regional y la comunión de ideas

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Gerardo Villagrán del Corral

A poco más de un mes de asumir como presidente de Argentina, Alberto Fernández realizó su primer viaje al exterior a México, para reunirse por tres horas con quien apuesta será un aliado, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, para hablar de complementación comercial, inversiones, política exterior y, en especial, sobre la integración regional.

«Un encuentro, más que formidable; un gran punto de arranque, con la idea de que tenemos muchas cosas en común qué hacer», con López Obrador, con quien dijo tener «una comunión de ideas y de conceptos total sobre cómo ver el mundo». Promotor de la visita fue el subsecretario para Latinoamérica de la Cancillería mexicana, Maximiliano Reyes Zúñiga, quien consideró el encuentro «un parteaguas en la relación bilateral».El presidente electo habló de Chile. Pero no se mencionó a Bolsonaro.

“Argentina fue deteriorando su vínculo comercial con México por cosas que me cuesta entender. Seguramente Argentina prestó atención a otros mercados y a México le pasó lo mismo. Pero espero poner foco en el vínculo con México porque no es cualquier país. Es un país por el que sentimos un enorme cariño y gratitud. En la dictadura miles de argentinos fueron acogidos aquí”, señaló Fernández

De la reunión participaron el jefe de asesores de AMLO, Lázaro Cárdenas y el canciller Marcelo Ebrard. Fernández ingresó con Felipe Solá y Cecilia Todesca. López Obrador ofició de guía por los salones y pasillos del Palacio, donde visitaron los murales de Diego Rivera con paisajes de la historia mexicana. Fernández llevó de regalo un libro y un busto de Evita y recibió un pin de la presidencia de México y una artesanía.

Antes de hablar con Fernández, AMLO había anunciado en la conferencia mañanera que contribuirá a solucionar la crisis económica que atraviesa Argentina. “Vamos a procurar ayudar en la adquisición de bienes que se producen en Argentina, para que su pueblo –con su nuevo gobierno– pueda enfrentar la crisis económica y pueda haber crecimiento y bienestar. Todo lo que podamos nosotros ayudar, lo vamos a hacer”.

Fernández se declaró muy contento con los resultados, ya que se habló de «poner al día» el mermado intercambio comercial entre ambos, especialmente en importaciones de carne, frijol negro y autopartes argentinas, y se conversó sobre el apoyo que puede brindar México a Argentina frente a sus negociaciones de la deuda externa.

Política exterior

Fernández señaló que “América Latina construyó muchos bloques y subbloques que degeneraron en una enorme desintegración y en los últimos años los que gobernaron hicieron que esos bloques fueran cada vez más débiles. Estoy empecinado en que América Latina vuelva a unir esfuerzos para su integración y para eso hace falta el aporte de todos. Para mí es un tema central”.

Y eso pasa con el Acuerdo del Pacífico, el Pacto Andino, el Mercosur, Unasur, y la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que México presidirá pro tempore el año próximo), señaló.

Alberto Fernández y López Obrador. | Foto:Cedoc.Fernández habló de Chile, donde «está visto lo que pasa cuando se olvidan» los sectores más pobres y marginados. «Tenemos que ayudar a Chile a encontrar la paz lo más pronto posible. Todo lo que pueda ayudar, ayudaré», dijo tras informar sobre una reciente conversación telefónica «buena y larga» con el presidente Sebastián Piñera.

En su visita, el presidente electo fue dando pinceladas de lo que sería su política exterior, ante las expectativas y especulaciones respecto a la posibilidad del retorno de políticas progresistas en América Latina, a través de un eje Buenos Aires-México. López Obrador reafirmó el irrestricto respeto a la soberanía de otros países. En el caso argentino, los analistas observan divergencias entre posiciones de Alberto y de su mentora y quien será su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Incómodos –por la posibilidad de que afecten las relaciones con Estados Unidos- se mostraron ambos ante las declaraciones del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien señaló que «Un segundo frente que se levanta, brillante, en el horizonte de América Latina. Es el hermano frente progresista encabezado por dos líderes que van a jugar un papel determinante en los próximos años: el presidente de México, López Obrador, y el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández».

“No estamos promoviendo un polo progresista en contra de nadie», ni en el supuesto frente ni en el Grupo Puebla, un foro de debate en el que participan ex presidentes y personalidades latinoamericanas ideado –según dijo- por el propio Fernández hace años.

Ante una pregunta, el presidente electo negó que tuviera previsto viajar a Estados Unidos en lo inmediato, aunque es sabido que tiene una invitación de la petrolera Chevron para exponer sus planes sobre el yacimiento petrolífero de Vaca Muerta en su sede de Houston.

Frente interno

Fernández insistió en que le tocará recibir con una economía con alto endeudamiento y 40 por ciento de pobreza. «Ningún país se recupera en la pobreza. Hay que volver a poner en marcha la economía argentina y ver de qué modo podemos cumplir nuestras obligaciones que queremos cumplirlas pero no a costa de más deterioro social».

Reiteró su reclamo al FMI para que reflexione sobre el estado en el que se encuentra Argentina -del que lo considera corresponsable-, y que comprenda que «no se puede seguir ajustando a la sociedad argentina» y desmintió un supuesto aval a nuevos aumentos. «No puede ser que las tarifas sigan dolarizadas cuando el resto de la economía no lo está. Eso he dicho que desde el primer día debe ser revisado», subrayó.Alberto Fernández llegó a México y el lunes se reunirá con AMLO

«Lo que Argentina vive en materia de dólares es lo que Mauricio Macri creó. El 10 de diciembre no es una fecha mágica. Ese día sabremos cuántos dólares quedaron en las arcas del Banco Central, resultado de una política que dejó que migren decenas de miles de millones de dólares a destinos desconocidos. No se convirtieron en obras, en ahorro, en pago de deuda; se convirtieron en fuga de divisas», aseveró ante periodistas.

Sobre cómo encarará el alto nivel de endeudamiento de su país con el Fondo Monetario Internacional (FMI), después de que en el periodo presidencial de Cristina Kirchner se habían logrado reducir y renegociar los llamados fondos buitre, Alberto Fernández aportó estos datos: a diciembre de 2015 la deuda argentina con el FMI era de 38 por ciento del producto interno bruto; 13 por ciento de ésta pactada en dólares. Este año aumentó, hasta alcanzar 95 por ciento del PIB, y en dólares representa 70 por ciento.

«No es que no queramos pagar», ya que se trata de una deuda concertada por un gobierno democráticamente electo y que él, en su gobierno, no va a desconocer sus obligaciones. Lo que no podemos hacer es cumplirlas pidiéndole más sacrificio a nuestra gente», dijo.

Frente empresarial

En la noche, Fernández recibió al empresario multimillonario Carlos Slim, propietario de Telmex, en la Argentina accionista mayoritario de la companía de celulares Claro (a quien conocía desde el gobierno de Néstor Kirchner, de quien fue Jefe de Gabinete), y luego a una decena de hombres de negocios, todos también de buen vínculo con el gobierno de AMLO a través de su secretario general y empresario, Alfonso Romo.

«Todo lo que signifique mayor oferta en transmisión de imágenes, telefonía, todo lo que sea ampliar la oferta es muy bueno. Eso está un poco concentrado hoy en día», consideró Alberto Fernández.

Entre los empresarios que se aercaron a conversar con Alberto Fernández, estuvieron Carlos Salazar, presidente del influyente Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el dueño de Femsa, José Antonio Fernández Carbajal, Germán Larrea Mota (Grupo México), Alberto Bailleres González (Grupo Bal), Daniel Servitje (Bimbo), Ricardo Salinas (TV Azteca) y Rogelio Zambrano (Cemex)..

. * Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

 

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