Argentina: Default encubierto
Horacio Rovelli
Antes de las PASO y del default del día 28 de agosto de 2019, los capitales fugados en la Argentina de Cambiemos, desde el 1 de enero de 2016 al 31 de julio de 2019 alcanzaron los 73.170 millones de dólares[1]; mientras los alarmantes niveles de desinversión bruta fija perforaron este año el piso del 13% del PIB (no alcanza a generar fondos para la amortización de las máquinas y equipos) y el consumo descendió fuertemente fruto de la desocupación y los bajos salarios.
El resultado de las PASO fue el fiel reflejo de la situación, el 68% (sesenta y ocho por ciento) de los sufragantes votaron contra la política del gobierno de Cambiemos.
Tras las PASO las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) que al día 9 de agosto 2019 ascendían a 66.039 millones de dólares descendieron al 28 de este mismo mes a 56.713 millones. Es cierto que se pagaron REPO (seguro) por 2.639 millones de dólares para rescatar los BONAR dados en garantía, pero 6.687 millones se fueron por compra de divisas, lo que significaba, día tras día, un drenaje imposible de soportar hasta el fin del gobierno de Mauricio Macri, el 10 de diciembre.
A eso se le suma que el total de títulos públicos en pesos y en divisas que vencen de agosto a diciembre de este año, que suman el equivalente a 23.500 millones de dólares, de los cuales eran LETES (Letras del Tesoro) en dólares 11.807 millones, en tres licitaciones por mes. El 28 de agosto 2019 la licitación de LETES en dólares se declaró desierta porque antes de las PASO el roll over rondaba el 88% y, en la licitación del día 16 de agosto 2019 solo se renovó el 5% de la licitación y obviamente fue una repartición estatal la que lo hizo.
Quiere decir que por más que el índice riesgo país que elabora el banco JP Morgan llegó a 2.225 puntos ese día, en realidad refleja solo el descenso promedio del valor de los títulos públicos y privados, pero ni a esa tasa de 22,25% mayor que la de los EEUU están dispuesto a prestarle dinero a la administración de Cambiemos.
El principal indicador del Mercado de Valores de Buenos Aires, el S&P Merval de Bolsas y Mercados Argentinos (BYMA) acumula una pérdida del 42,6% desde las PASO, mientras los bonos cayeron cerca de un 14%. De los bonos en dólares, el Bonar 2024 retrocedió un 7,4%; el Bonar 2020 un 13,95%; y el Discount un 6,3%. En EEUU fue peor, las acciones de seguro de YPF (ADR de NYSE) se cotizaban a 8,78 dólares, la mitad del valor que en diciembre de 2015. Y lo mismo sucede con todas las empresas argentinas que cotizan en Wall Street.
En ese marco el ministro Hernán Lacunza anuncia que el 90% del stock de deuda (en pesos y en divisas) que están en poder de bancos, fondos de inversión y organismos institucionales, que vence en los próximos cuatro meses (por el equivalente a unos 23.500 millones de dólares) serán cancelados 15% al vencimiento, 25% a los 90 días y el 60% restante a los 180 días, respetando las demás condiciones originales del crédito y el capital[2].
Al no poder cumplir en forma y plazo se incurre en un default técnico, que incluso hace que se deban pagar los contratos CDS (Credit Default Swaps), que al 28 de agosto, alcanzaban los.517,7 millones de dólares
El Ministerio de Hacienda afirma también que a la extensión de plazo de los títulos referidos, el Poder Ejecutivo enviará al Congreso de la Nación un proyecto de Ley con el objetivo de incorporar a los títulos públicos bajo Ley Argentina cláusulas de acción colectiva que le permitan un ordenado “reperfilamiento” de los vencimientos, en forma similar a los títulos bajo ley extranjera.
Finalmente informa que el Ministerio de Hacienda, a través de la Secretaría de Finanzas estará contactando a bancos internacionales para recibir propuestas de diagramación y ejecución de un “reperfilamiento” como denominan la nueva reestructuración de vencimientos y de pagos, de los títulos públicos regidos por jurisdicciones externas que vencen en los próximos 10 años.
Paralelamente el BCRA -con la firma de su presidente Guido Sandleris- emitió un comunicado en el que admite que las decisiones fueron una “rápida respuesta” a la falta de renovación de la deuda de corto plazo y sostiene que de esa manera se limita el uso de las reservas internacionales para preservar la estabilidad monetaria y financiera, en desmedro de los grandes inversores en deuda pública.
Esto es, no ponen ningún límite a la compra y fuga de divisas, cuando es obvio que los que puedan van a tratar de comprar dólares acelerando la conversión de plazos fijos en pesos a divisas y de que se retiren de los bancos los depósitos en dólares (rondaban los 32.000 millones de dólares) ante la pasividad del BCRA.
En síntesis
El gobierno de Cambiemos podrá presentar el default en que incurre como un “reperfilamiento” de la deuda, pero es una decisión arbitraria por no contar con los recursos para poder afrontar los pagos de los títulos de deuda a que irresponsablemente incurrió. El capital financiero y la política de endeudamiento hace que cada siete años promedio la sociedad argentina deba vivir el derrape de su moneda (con ello el valor de sus trabajo y de sus activos).
En 1975 fue con el “Rodrigazo”, en 1982 con la guerra de las Malvinas, en 1989 con el fin anticipado del gobierno de Raúl Alfonsín, en 1995 con el Efecto Tequila, en 2001 con el fin del gobierno de Fernando De la Rúa y tras los 12 años de administración kirchnerista, en que no solo no se endeudó el país sino que se logró reestructurar la deuda heredada con fuerte quita y con prolongación en el tiempo de su pago., se vuelve a incurrir en endeudamiento y destrucción de la moneda con la actual administración
Nos esperan horas aciagas para beneficio de una minoría que se enriqueció y fugó capitales, el tibio apoyo del FMI solo busca condicionar al gobierno que viene para asegurar su dependencia y con ellos un ajuste sobre las cuentas públicas cuyo principal gasto es el previsional por más que la mayoría de los trabajadores en pasividad perciban una suma menor de 15.000 pesos por mes (250 dólares).
El “vacío de poder” hace estéril cualquier medida y más esta que es un default encubierto y de consecuencias severas para nuestra sociedad. El único camino posible es la renuncia anticipada de este gobierno, nombrar un gobierno transitorio y llamar inmediatamente a elecciones.
Notas
[1] En el Balance Cambiario del BCRA se denomina FAE – Formación de Activos Externos de residentes argentinos en el exterior. Obviamente nuestra burguesía se benefició de dichas compras, lo que hasta ahora no se puede saber porque el BCRA se niega a decir quienes compraron amparándose en el secreto bancario
2 El 10% restante está en poder de personas humanas y se le respeta las condiciones acordadas
* Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica. Analista senior asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).