Alianzas electorales en Argentina: ¡peronistas son todos!
Juan Guahán|
Esta semana se definieron las alianzas políticas: ya están inscriptos los siete agrupamientos que disputarán en las PASO (elecciones Primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), del 11 de agosto, su derecho a intervenir en la primera vuelta de los comicios presidenciales del 27 de octubre próximo.
La mayor parte de las candidaturas, cuyo plazo de presentación vence el próximo 22 de junio, ya son conocidas. Salvo decisiones impredecibles o de último momento, la duda más significativa tiene que ver con Sergio Massa. Allí “parece” inamovible la fórmula que tiene a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, como integrantes de la fórmula presidencial. De todos modos no está totalmente definido el rol de Massa en la alianza.
Él insiste en formar parte de una fórmula presidencial, como el cambio de nombres –en la fórmula anunciada- es muy difícil, si insiste en su candidatura presidencial, solo le quedaría el camino de presentarse en las PASO como una opción que confronte con el dúo de “los Fernández”.
Como la aspiración de esa alianza es presentar una sola lista de legisladores, se está discutiendo esa conformación de listas –que podría estar encabezada por Massa para la Provincia de Buenos Aires- y se debate sobre algunas candidaturas de municipios del Gran Buenos Aires. El cristinismo le quiere dar poco y nada. Circula una frase que habría dicho Cristina respecto de Massa: “si quiere venir que venga solo”, lo que estaría complicando las negociaciones.
Lo cierto es que cinco candidatos de los tres binomios que aparecen con mayores posibilidades (Macri-Pichetto, “Juntos por el Cambio”; Fernández-Fernández, “Frente de Todos” y Lavagna–Urtubey, “Consenso Federal”) son afiliados al peronismo. El sexto, Mauricio Macri, también aspiraba en su momento llegar a una senaduría nacional como candidato del PJ de Misiones, en los tiempos que su amigo Ramón Puerta dirigía la provincia y al peronismo.
Quedan por fuera de esta abrumadora “peronización” de las candidaturas cuatro agrupamientos con posibilidades muchos menores, dos de la izquierda próxima al trotskismo y los dos restantes pertenecen a la derecha liberal o son cercanos a la misma.
Por izquierda tenemos dos alianzas, una integrada por el acuerdo del FIT (Frente de Izquierda de los Trabajadores) y el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), las fuerzas mayoritarias de la izquierda electoral, que dieron nacimiento al “Fit-Unidad”, cuyas candidaturas estarán encabezadas por Nicolás del Caño y Romina del Plá. El restante grupo de izquierda, será “Nuevo MAS” con la candidatura a la presidencia encabezada por la única mujer que aspira a esa función, Manuela Castañeira.
Las fuerzas que competirán por un espacio liberal serán el “Frente Despertar”, que lleva como candidato a José Luis Esper y está integrado por la alianza de la UCD con el UNIR. El líder ese Partido es Alberto Asseff, el mismo que dirigía el Partido Constitucionalista Nacional, de cuyas fuerzas juveniles formaba parte Alberto Fernández. La otra fuerza de este espacio es el “Frente Nos”. Su candidato presidencial será el ex titular de la Aduana Juan José Gómez Centurión, un ex combatiente de Malvinas.
Algunas evaluaciones provisorias
Lo que pueda decirse es bastante provisorio porque recién el próximo sábado, cuando se confirmen los nombres de los candidatos a participar en estas PASO se podrá hablar con mayor solvencia. Si bien los candidatos no están confirmados los nombres anunciados dan mucha tela para cortar.
Entre las cuestiones más candentes están los temas del peronismo, junto a la evolución de “la grieta” y el giro al “centro” de las fuerzas más importantes, junto a la situación de la “ancha avenida del medio” y el qué hacer de varios gobernadores. Vamos por parte.
Después de ver los acuerdos y candidaturas que aparecen en las tres fuerzas principales viene a la memoria aquella frase de Perón: “ahh… peronistas son todos”. Ha pasado más de medio siglo de esa afirmación y cuando se miran los nombres de los precandidatos se podría decir que Perón tenía razón. Es muy probable que, en las próximas PASO, salvo alguna hecatombe imprevisible, tres de cada cuatro votos vaya a alguna de esas fuerzas y esos candidatos.
Esta sólida “peronización” de las principales fuerzas no puede menos que llamar la atención, particularmente el “pase” de Pichetto. Algunos datos abonan lo anterior. Santiago Kovadloff, un filósofo de pensamiento liberal dijo: “Pichetto es la primera expresión de abrirse al porvenir”, de lo que se deduce que, para ese modo de ver las cosas, eso no es el pasado, sino los primeros síntomas del futuro.
De un futuro que Pichetto puso en palabras diciendo: “Hay que ubicarse definitivamente con un perfil occidental y volver a la relación histórica con EEUU”. En línea con lo dicho, los sectores del poder reaccionaron muy positivamente (subió la Bolsa, bajaron dólar y “riesgo país). Frente a este Macri negociador el sistema de poder parece restablecerle una confianza que le estaba retaceando.
Esa es una tendencia que hace que desde la “derecha” vean con buenos ojos un acuerdo con cierto peronismo que le dé mayor “gobernabilidad” al sistema. Desde la otra “punta del peronismo electoral”, con Cristina como protagonista, hacen un movimiento convergente y también –buscando “gobernabilidad”- se corren al centro.
Allí se encuentran con Alberto Fernández y Massa. Por allí camina Roberto Lavagna, quien se quiere presentar como una “alternativa” a la “grieta” y ahora su fuerza se encuentra en una ruta muy transitada. Desde las dos puntas se corrieron y hoy ¡todos son…peronistas! El “macrismo se peroniza” y los “K se moderan”, aún más. No está claro si este peronismo posmoderno es lo que puede llamarse un “peronismo líquido”, o es el “peronismo del futuro” o un “peronismo decadente”.
Lo cierto es que –por ahora- no parece ser el “hecho maldito del país burgués”, que anunciaba John William Cooke, ni tampoco ofrece alternativas al actual sistema. Pasó a ser un componente imprescindible del poder, más que un Partido, se va transformando en el “Movimiento del poder”. Por eso hasta parece “natural” la ubicuidad de Massa o Alberto Fernández, largamente superados por la maniobra del tránsfuga Miguel Ángel Pichetto.
Es muy interesante lo que está pasando con algunos administradores del territorio, los gobernadores. Desde hace un tiempo se sabía que el macrismo intentaría ejercer presión sobre esas administraciones, para buscar sus favores, particularmente en aquellos distritos vinculados al peronismo.
Lo que no se sabía es de qué modo lo podría hacer, dado que Macri venía desbarrancándose y no abría el juego a nadie. Ahora, llamando a un peronista como Pichetto de fuertes vínculos con los gobernadores por su rol como jefe de la bancada opositora de senadores, esa perspectiva encontró viabilidad.
Son cuatro las provincias, en manos de la “oposición”, donde el gobierno centra sus tareas para lograr el objetivo que manifiesten su voluntad de “dejar libertad de acción” a sus votantes para la decisión nacional. Eso lo harían presentando una “boleta corta”, solo para legisladores, con los nombres de sus candidatos partidarios.
Las provincias en las cuales eso es factible son Córdoba, Misiones, Neuquén y Río Negro. En esos cuatro distritos vota el 14,46% del padrón nacional. Si se le agregan los cinco distritos gobernados por fuerzas afines al gobierno (Buenos Aires, Capital Federal, Corrientes, Jujuy y Mendoza) que suman el 50,74% del padrón, tendremos que en los 2/3 de los votantes se podrá hacer sentir esa influencia de los gobiernos locales.
De esta perspectiva se puede concluir que hay dos tendencias en desarrollo: Una, que el interés provincial se está colocando por encima del nacional. Dos, que el abanico de tendencias peronistas se puede expresar de un modo no solo ambiguo, sino contradictorio, ante la ausencia de una estrategia, conducción y organización hegemónica que determine las políticas de conjunto.
El domingo pasado siguió la ronda de elecciones provinciales. Se votó en cincoprovincias, que suman el 13,98% del total del padrón nacional. En cuatro de ellas (Chubut, Entre Ríos, Jujuy y Tucumán) se eligieron autoridades y en la restante (Mendoza) se votó en unas PASO provinciales. En todos los casos se reiteraron varias “lógicas” que se vienen reproduciendo: La victoria de las fuerzas provinciales que están en el gobierno; la pérdida de votos del macrismo; los avances de las fuerzas opuestas al macrismo, particularmente del peronismo unido.
El repetitivo triunfo de fuerzas oficialista se puede fundar en la combinación de varios elementos: Las elecciones se están realizando en provincias donde sus gobiernos optan por separarlas de las políticas nacionales para aprovechar mejor las ventajas del oficialismo.
Elecciones, “deuda eterna” y caminos en construcción
Por el Estrecho de Ormuz, en el Golfo de Oman, transita el 35% del petróleo que se comercializa en el mundo. Allí, día a día, crecen los ataques marítimos y se están concentrando fuerzas militares cuyos presagios son los peores, pero el mundo trata de mirar para un costado. De un modo semejante la dirigencia argentina, como el ñandú, oculta su cabeza ante temas que son cruciales para todos nosotros: La deuda, que ha sido llevada a niveles insoportables, es impagable e injusta.
El pensamiento de la dirigencia, totalmente ocupada en alianzas, cierres, candidaturas y vericuetos electorales, no repara que –gane quien gane- las cuentas del 2020 no cierran. Lo que más se les ocurre son dos cosas: hay que “honrar las deudas” y a lo sumo negociar los vencimientos. Prácticamente todos le esquivan al bulto de decir lo que se debe decir: Que ella es la forma bajo la cual nos siguen dominando y que en algún momento habrá que parar esa bola de nieve que viene rodando y no para de crecer.
Las ofertas de negociación tienen como contrapartida entregas de soberanía. Si queremos parar la descomposición nacional que viene asomando habrá que cambiar esas reglas de juego. Parar y decir “así no juego”.Y decir la verdad, son “deudas odiosas”, que fueron contraídas contra el pueblo y -por el bien de todos- no las debemos pagar.
Es interesante y llamativo que los principales analistas coinciden que la candidatura de Pichetto tiene que ver con su reciente visita a los centros mundiales del capital financiero. Desde allí provienen las “buenas ondas” que hicieron que -esta semana- 22 empresas de primer nivel ganaran cinco mil millones de dólares por la suba en el valor de sus acciones.
Entre las que más ganaron están las prestadoras de servicios. Señalaremos algunos casos porque ellos reflejan esta renovada confianza en “este” Macri peronizado: las acciones de Metrogas (subieron un 23,74%); Pampa Energía (22,07%); Distribuidora de Gas Cuyano (19,92%); Edenor 14,50%.
Además, eso ocurrió en simultáneo con declaraciones de Pichetto, que a diferencia del resto sí pronuncia definiciones. En ellas sostuvo que «compartía con el Gobierno una visión capitalista, un tema que no se discute más en el mundo”. Para que no queden dudas agregó su adhesión a: “la continuidad de los actos del Estado, la previsibilidad, el cumplimiento de las obligaciones, no hacer ruptura de obligaciones de manera unilateral, alejarnos de situaciones extremas que nos vuelvan a poner en el aislamiento”. Todos quedan notificados del futuro al que apunta “Macri-Pichetto”
*
*Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)