Jair Messías Bolsonaro, pastor del Dios dinero/ Jair Messias Bolsonaro, o pastor do Deus dinheiro
Rubén Armendáriz
Los movimientos evangélicos han aumentado su influencia en la política de América Latina. Aunque Brasil es el país con más católicos del mundo, los evangélicos ya representan casi un tercio de la población. Un 26% de los fieles pentecostales y neopentecostales le confiaron a Bolsonaro su voto y tras una intensa campaña de los principales líderes de las iglesias, la adhesión llegó al 46 por ciento.
«Bolsonaro es quien mejor defiende nuestras banderas» contra el aborto y la llamada ‘ideología de género’, la defensa de la familia tradicional y de las «buenas costumbres», dijo Josimar da Silva, presidente del Consejo de Pastores Evangélicos de Brasilia.
Un 40 por ciento de los católicos del mundo están concentrados en América Latina, pero las iglesias evangélicas, que se reconocen como protestantes, atraen cada vez más fieles en el área. En 2017, un estudio sobre la religión en la región realizado por la consultora Latinobarómetro estimaba que casi uno de cada cinco latinoamericanos (19 por ciento) era protestante, con picos de 41 y 39 por ciento en Guatemala y Honduras.
En Brasil, la influyente Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada en 1977 por dos cuñados (Edir Macedo y Romildo Ribeiro Soares), con seis mil templos en todo el externso país, convocó abiertamente a respaldar en la elección al excapitán del ejército Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura (1964-1989) y puso a su disposición el oligopolio mediático de la Red Record para imponer su candidatura en el imaginario colectivo
Las políticas del Vaticano preFrancisco y los escándalos de pedofilia que afectan a la iglesia católica, conducen a que cada vez más personas se acerquen a los movimientos evangélicos.
El fenómeno no es nuevo en Latinoamérica: las recientes elecciones en Chile, Costa Rica, Colombia, Guatemala y la del domingo en Brasil revelan una polarización creciente del electorado y un giro político a la derecha. Incluso en México, el centroizquierdista Andrés Manuel) López Obrador se alió con un pequeño partido conservador, fundado por un pastor pentecostal, para asegurar su triunfo.
En Brasil el crecimiento de los pentecostales (una de las corrientes de los evangélicos) ha sido tan fuerte que este país tiene hoy la mayor población pentecostal del planeta, por encima incluso de Estados Unidos.
William Beltrán, especialista en religión y profesor en la Universidad Nacional de Colombia señala que «Las iglesias evangélicas han logrado responder mejor a las necesidades de las nuevas generaciones de latinoamericanos, especialmente en contextos de un cambio social acelerado, caracterizado por una urbanización y una globalización acelerada».
Todos estos procesos han dejado a grandes sectores de la población excluidos, o con muy escasas oportunidades, mientras las temáticas preferidas de los evangélicos están cada vez más presentes en el debate público.
«Los pastores evangélicos intervienen mucho más en la vida cotidiana de sus fieles y no tienen problema alguno de llamar a votar por alguien», destaca Gaspard Estrada, especialista de América Latina en el Instituto de Estudios Políticos (Sciences Po) de París. Los escándalos de corrupción, la carencia de liderazgos y la falta de crecimiento económico han llevado a que haya «una radicalización del electorado que es conducido hacia los extremos y los candidatos alternativos», dice.
«Esta afirmación del voto evangélico y conservador es una reacción al avance del voto feminista y de la sociedad civil», considera Estrada. Las iglesias evangélicas han logrado constituirse en un nuevo actor político cuyo papel y poder debe considerarse cada vez que se plantea la lucha electoral.
Bolsonaro, católico formal, aunque evangélico por conveniencia política, hasta tiene un segundo nombre bíblico: Messias. Su religiosidad a medida rindió sus frutos. En mayo de 2016, el pastor y líder del Partido Social Cristiano (PSC) Everaldo Dias Pereira, lo sumergió en el río Jordán durante una visita a Israel.
Antes de terminar el bautismo le preguntó: “¿Usted cree que Jesús es hijo de Dios?”. “Creo” respondió el diputado y militar retirado que hizo campaña basándose en su credo xenófobo, misógino, homofóbico y tan reaccionario, que podría haber sido parodiado por Charles Chaplin en su célebre “El gran dictador”, señala el analista argentino Gustavo Veiga.
“Bolsonaro tiene un pensamiento cristiano: defiende la familia tradicional, está contra el aborto, la ideología de género y es un candidato honesto. Después de toda la corrupción de los últimos años, ese es un factor de peso”, dijo Ulisses de Almeida, pastor de la Asamblea de Dios. La iglesia evangélica ha conseguido avanzar a expensas de la iglesia de Roma en el país del mundo con más fieles católicos.
El error político de sus adversarios fue haberlo subestimado cuando no superaba el dígito en la intención de voto. Tanto a él como a las poderosas agrupaciones religiosas que lo respaldan. La Iglesia Universal del Reino de Dios es una maquinaria poderosísima de recaudar dinero que controla la segunda cadena de televisión del país, Record, que entrevistó a Bolsonaro a la misma hora en que los demás candidatos debatían sus propuestas electorales por TV.
Esta iglesia tiene su propia tropa uniformada, los llaman Gladiadores del altar, que marchan a paso marcial. En 2015 irrumpieron en parques y plazas de Porto Alegre, Goias y Fortaleza con camisetas verde musgo y pantalones oscuros, más una inscripción en el pecho que decía: “Yo positivo”. Son soldados de la fe que siguen hoy a Bolsonaro, inoculando el virus de la intolerancia y el racismo.
“Brasil por encima de todo, dios por encima de todos”, es su slogan principal. Sería como el “cristofascismo” a la brasileña, un término que acuñó la teóloga de la liberación alemana Dorothee Steffensky-Sölle en la década del 70, recuerda Veiga.
Mientras Mauricio Macri debió disfrazar su programa verdadero para ganarle a Daniel Scioli en las elecciones argentinas de 2015, Bolsonaro fue premiado por presentarse tal cual es. Macri ocultó la devaluación que se vendría, negó eventuales aumentos de tarifas y prometió eliminar el impuesto a las ganancias para los de mayores ingresos.
Las iglesias electrónicas (Pare de sufrir, entre ellas) controlan una quinta parte de la Cámara de Diputados. Los pentecostales o neopentecostales, bautistas, presbiteranos orillan el 29% de la población. Los fieles tienen fijado un diezmo que se calcula en el 10% de sus ingresos. Llegaron a tener un par de ministros en el gabinete del Partido de los Trabajadores (PT): el pastor George Hilton en Deporte y Marcelo Crivella, sobrino de Macedo- en Pesca: Hoy es cuestionado como alcalde de Río de Janeiro.
La alianza que había tejido la Iglesia Universal con el PT se terminó después del juicio politico a la ex presidenta Dilma Rousseff. El Partido Republicano Brasileño (PRB) de Macedo y ligado a su propia iglesia apoyará a Bolsonaro en la segunda vuelta. Había coqueteado con el derechista Geraldo Alckmin (favorito del establishment) primero, pero se acomodó de nuevo detrás de Bolsonaro.
La puñalada que recibió el 6 de setiembre lo tuvo postrado durante 23 días en los que evitó debatir con sus adversarios, victimizándose, mientras las cadenas Globo y Record se valieron de su internación para hacerle campaña. Por él hablaron su candidato a vicepresidente, general Hamilton Mourao, y su postulante a ministro de Hacienda, Paulo Guedes, formado en la escuela de Chicago; el aguinaldo es una excentricidad que tendrá que ser eliminada junto con las empresas del Estado, entre ellas Petrobras y el Banco do Brasil, dijeron.
El fenómeno de un militar ultraderechista convalidado por el voto de 49 millones de brasileños (en un total de 247 millones de electores que mostró más de un 20% de abstención), con otro militar golpista y fascista de vice en la fórmula, apoyado por las iglesias neopencostales, es inédito. Y muy preocupante para la democracia.
* Periodista y politólogo uruguayo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
VERSIÓN EN PORTUGUÉS
Jair Messias Bolsonaro, o pastor do Deus dinheiro
Por Rubén Armendáriz
Os movimentos evangélicos aumentaram sua influência na política da América Latina. Embora o Brasil seja o país com mais católicos no mundo, os evangélicos já representam quase um terço da população. Após uma intensa campanha dos principais líderes das igrejas, a adesão dos setores pentecostais e neopentecostais à candidatura de Jair Bolsonaro passou de 26% a 46%, e explicam seus resultados neste primeiro turno.
“Bolsonaro é quem melhor defende as nossas bandeiras” contra o aborto e a chamada “ideologia de gênero”, a defesa da família tradicional e dos “bons costumes”, disse Josimar da Silva, presidente do Conselho de Pastores Evangélicos de Brasília.
Cerca de 40% dos católicos do mundo estão concentrados na América Latina, mas as igrejas evangélicas, que se reconhecem como protestantes, atraem cada vez mais fiéis. Um estudo sobre a religião no continente, realizado em 2017 pela consultora Latino Barômetro, estimava que quase um de cada cinco latino-americanos (19%) era protestante, com destaque para os 41% na Guatemala e 39% em Honduras.
No Brasil, a influente Igreja Universal do Reino de Deus, fundada em 1977 pelos dois cunhados (Edir Macedo e Romildo Ribeiro Soares), com seis mil templos em todo o extenso país, convocou abertamente os seus seguidores a votar pelo ex-capitão do Exército, um nostálgico da ditadura (1964-1985), e colocou seus meios de comunicação, especialmente a Rede Record de televisão, à disposição da sua candidatura, trabalhando para impor o seu imaginário coletivo.
As políticas do Vaticano anteriores a Francisco e os escândalos de pedofilia que afetam a Igreja Católica, fazem com que cada vez mais pessoas se aproximem dos movimentos evangélicos.
O fenômeno não é novo na América Latina: as recentes eleições no Chile, Costa Rica, Colômbia, Guatemala e a deste domingo (7/10) no Brasil revelam uma polarização crescente do eleitorado e uma guinada política à direita. Inclusive no México, o centro-esquerdista Andrés Manuel López Obrador se aliou com um pequeno partido conservador, fundado por um pastor pentecostal, para assegurar seu triunfo.
No Brasil, o crescimento dos pentecostais (uma das correntes dos evangélicos) foi tão forte que este país tem hoje a maior população pentecostal do planeta, mais até que a dos Estados Unidos.
William Beltrán, especialista em religião e professor da Universidade Nacional da Colômbia afirma que “as igrejas evangélicas conseguem responder melhor às necessidades das novas gerações de latino-americanos, especialmente em contextos de uma mudança social acelerada, caracterizada por uma urbanização e uma globalização acelerada”.
Todos esses processos fazem com que grandes setores da população sejam excluídos, ou tenham pouquíssimas oportunidades, enquanto as temáticas preferidas dos evangélicos estão cada vez mais presentes no debate público.
“Os pastores evangélicos atuam muito mais na vida cotidiana dos seus fiéis e não têm nenhum receio em pedir votos para os seus candidatos”, destaca Gaspard Estrada, especialista em América Latina do Instituto de Estudos Políticos (Sciences Po) de Paris. Os escândalos de corrupção, a carência de lideranças e a falta de crescimento econômico levaram a “uma radicalização do eleitorado, que é conduzido aos extremos, e aos candidatos alternativos”, diz.
“Esta afirmação do voto evangélico e conservador é uma reação ao avanço do voto feminista e da sociedade civil”, considera Estrada. As igrejas evangélicas conseguiram se constituir em um novo ator político, cujo papel e poder deve ser considerado cada vez que se planteia a luta eleitoral.
Bolsonaro, católico formal, embora evangélico por conveniência política, tem até um segundo nome bíblico: Messias. Sua religiosidade na medida certa rende frutos. Em maio de 2016, o pastor e líder do Partido Social Cristiano (PSC), Everaldo Dias Pereira, o submergiu no rio Jordão, durante uma visita a Israel.
Antes de terminar o batismo, perguntou: “você crê que Jesus Cristo é o filho de Deus?”. “Creio” respondeu o deputado e militar da reserva, que fez campanha baseando-se em seu credo xenófobo, misógino, homofóbico e tão reacionário que poderia ter sido parodiado por Charles Chaplin em seu célebre filme “O Grande Ditador”.
“Bolsonaro tem um pensamento cristão: defende a família tradicional, é contra o aborto, a ideologia de gênero e é um candidato honesto. Depois de toda a corrupção dos últimos anos, esse é um fator de peso”, disse Ulisses de Almeida, pastor da Assembleia de Deus.
O erro político de seus adversários foi tê-lo subestimado quando não alcançava nem dois dígitos nas intenções de voto. Tanto ele quanto as poderosas agrupações religiosas que o apoiam. A Igreja Universal do Reino de Deus é uma maquinária poderosíssima de arrecadar dinheiro, que controla a segunda rede de televisão do país, a Record, e que entrevistou Bolsonaro exclusivamente na mesma hora em que os demais candidatos confrontavam suas propostas eleitorais no debate da Rede Globo.
Esta igreja tem sua própria tropa uniformizada, os chamados Gladiadores do Altar, que marcham em ritmo marcial. Em 2015, eles invadiram parques e praças de Porto Alegre, Goiânia e Fortaleza com calças escuras e camisetas verde musgo com a inscrição “FJU Positivo” – em referência à Força Jovem Universal, grupo ligado à Igreja Universal que trabalha com programas voltados à juventude. São soldados da fé que hoje seguem Bolsonaro, espalhando o vírus da intolerância e do racismo.
“Brasil acima de tudo e Deus acima de todos” é o seu slogan principal. Seria como a versão brasileira do “cristofascismo”, um termo criado pela teóloga alemã Dorothee Steffensky-Sölle nos Anos 70.
Enquanto Mauricio Macri teve que disfarçar seu verdadeiro programa para vencer Daniel Scioli nas eleições argentinas de 2015, Bolsonaro foi premiado por se apresentar exatamente como é. Macri negou que seu projeto levaria à desvalorização do peso argentino e eventuais aumentos de tarifas dos serviços básicos (água, luz, gás), e também prometeu diminuir a alíquota do imposto de renda, mas fez exatamente o contrário após chegar ao poder.
No Brasil, as igrejas evangélicas controlarão uma quinta parte da Câmara dos Deputados. Os pentecostais ou neopentecostais, batistas e presbiterianos juntos são cerca de 29% da população. Os fieis são obrigados a pagar o dízimo, que representa 10% de suas rendas. Chegaram a ter dois ministérios no gabinete do governo de Dilma Rousseff, do Partido dos Trabalhadores (PT): o dos Esportes, com George Hilton, e o da Pesca, com Marcelo Crivella, sobrinho de Edir Macedo – o mesmo que hoje está sendo bastante questionado como prefeito do Rio de Janeiro.
A aliança que havia entre a Igreja Universal e o PT se terminou depois do juízo político à ex-presidenta Dilma Rousseff. O Partido Republicano Brasileiro (PRB), ligado a Macedo e à sua igreja, apoiará Bolsonaro no segundo turno. Havia flertado antes com o direitista Geraldo Alckmin (favorito do establishment), mas depois mudou de ideia, vendo que Bolsonaro era uma opção mais segura.
A punhalada que recebeu no dia 6 de setembro manteve o candidato prostrado durante 23 dias nos quais ele evitou debater com seus adversários, vitimizando-se, enquanto os canais Globo e Record usaram sua internação para promover sua campanha. Os que falaram por ele nesse período foram seu candidato a vice-presidente, o general Hamilton Mourão, e seu já escalado ministro da Fazenda, Paulo Guedes, formado na escola de Chicago. Para eles, o 13º salário é uma excentricidade que terá que ser eliminada, junto com todas as empresas do Estado, entre elas a Petrobras e o Banco do Brasil, que serão privatizados, segundo o seu projeto.
Este cenário de um militar de ultradireita convalidado pelo voto de 49 milhões de brasileiros (em um total de 247 milhões de eleitores que mostrou mais de 20% de abstenção), com outro militar golpista e fascista como vice na mesma chapa, ambos apoiados pelas igrejas neopentecostais, é um fenômeno inédito. E muito preocupante para a democracia.
Rubén Armendáriz é jornalista e cientista político uruguaio, analista do Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)
*Publicado em estrategia.la | Tradução de Victor Farinelli