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Mariana Álvarez Orellana

En Perú, la corrupción y el tráfico de influencias están enquistados en el Poder Judicial, en el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y todo el sistema de administración de justicia, además que tener un Estado secuestrado por una mafia: los audios revelados por el portal IDL Reporteros, solo sacan a la luz un secreto a voces.

Los audios revelan las negociaciones entre magistrados del Poder Judicial e integrantes del CNM que son quienesevalúan y ratifican a estos jueces. En esta trama delictiva (ofrecían rebajas de condenas, fijaban tarifas por acciones turbias) están implicados el presidente de la Corte Superior del Callao, Walter Ríos, el juez César Hinostroza Pariachi y el consejero del CNM Julio Gutiérrez, entre otros personajes.

Desde el ajuste neoliberal de 1990, el llamado “capitalismo de amigotes” significó que para que las grandes empresas hicieran buenos negocios era indispensable las relaciones privilegiadas en el Estado, y el control de las instituciones democráticas. Las coimas, sobornos y otras ventajas quedaron reveladas en los últimos meses y salpican  los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. ¿Una crisis sistémica, de gobierno, régimen y estado?

“Los graves hechos conocidos en los últimos días, es una muestra del problema estructural que embarga a nuestro sistema judicial”, dijo el actual presidente Martín Vizcarra en un mensaje por televisión. El mandatario advirtió al Congreso, controlado por la oposición, a elaborar in proyecto de reforma judicial ante la urgencia de poner manos a la obra ante la “situación de podredumbre” revelada por los audios. “No hay tiempo que perder”, señaló.

La última encuesta nacional urbano-rural de El Comercio-Ipsos muestra que la corrupción es el principal problema del país: un 57% de entrevistados lo considera así. Este primer lugar no se repetía desde el 2010, durante el segundo gobierno de Alan García. La delincuencia y la falta de seguridad se ubican en segundo lugar con 55%. Le siguen una educación inadecuada con 31% y el desempleo y la falta de trabajo con 25%.

La corrupción ya tomó todas las instancias del país. Cabe preguntarse ¿qué tan infectado está el sistema de justicia?, ¿qué garantiza que los casos emblemáticos de corrupción sean procesados y sentenciados eficazmente por jueces y fiscales que están bajo sospecha?, ¿podemos confiar en la búsqueda de una justicia verdadera?, pregunta del portal La Otra Mirada.

Lo cierto es que se trata de un Estado fallido, fallado y mafioso, capturado por un sistema neoliberal que desde hace 25 años ha mermado la democracia, con sus negociados, sus puertas giratorias, poniendo y sacando autoridades, congresistas afines a sus intereses, con medios de comunicación que actúan como escuderos y los protegen de cualquier denuncia de la prensa independiente.

La corrupción pública se da la mano con la corrupción de cuello y corbata, donde el fujiaprismo (el fujimorimo más los dirigentes del APRA del expresidente Alan García) se consolida como el brazo político que interfiere en todas las instancias del país, colocando consejeros que escogen jueces “adecuados” para sus fines, donde malos empresarios promueven lobbys insanos para crear una legislación ad hoc a sus intereses, añade el portal. Resultado de imagen para alan garcia y fujimori

El alanismo no es una corriente de pensamiento, pero impera en el Gobierno que tiene cancerberos que  pugnan por el control del poder y la repartija a cualquier precio sin tener en cuenta los más elementales principios de toda persona humana, de la mano de  Javier Velásquez Quesquén, Mercedes Cabanillas, Mauricio Mulder, Jorge Del Castillo, entre los más connotados, denuncian en El Comercio.

Estas últimas revelaciones encrespan los nervios de la gente junto al alza de los precios de los combustibles y el contubernio entre alanistas, fujimoristas y upepistas para elegir al nuevo presidente del Congreso.

La reacción de Luis Nava, hombre de confianza de Alan García, luego de conocerse todos  los negocios que su empresa tuvo con Odebrecht (el Metro de Lima, entre otros), es solo una muestra de la desesperación del “alanismo” que ve como el caso Lava Jato va cerrando su cerco alrededor de ellos, sumándose la implicancia de Jorge Cuba, exviceministro de Comunicaciones, en los sobornos de la trasnacional brasileña.

Todos los caminos de las denuncias de corrupción que implican a personajes del partido aprista, terminan siempre vinculándose al exmandatario, pero también terminan en la impunidad.

La mafia no cayó con la dictadura del genocida Alberto Fujimori, sino que sin siquiera agazaparse se ha reacomodado, mostrando todo su poderío, burlándose de la ciudadanía y amedrentando a los medios independientes que osan atisbar alguna denuncia. Resultado de imagen para peru jueces corruptos

El caso de los sobornos de Odebrecht  involucra al prófugo ex presidente Alejandro Toledo; a funcionarios del segundo gobierno de Alan García; al expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, ambos con prisión preventiva; y al renunciante expresidente Pedro Pablo Kuczynski. O sea, los últimos cuatro presidentes, más allá de todos la corrupción durante la anterior dictadura de Alberto Fujimori (1990-2000).

Hoy el sistema vuelve a mostrar su peor rostro, amparado en la impunidad y en el blindaje, y se hace necesario refundar el país, armar una coalición en contra de la corrupción, con aquellos grupos y movimientos sociales que luchan por el cambio estructural, empresarios limpios, medios de comunicación independientes del contubernio mafioso.

Cambios estructurales que debieran partir de un adelanto de las elecciones y una nueva Constitución para todos los peruanos, que no ampare, como hasta ahora, a las mafias corruptas enquistadas por cinco lustros en la dirección de los destinos del Perú.

* Antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


EN PORTUGUÉS

CorruPeru

Por Mariana Álvarez Orellana

No Peru, a corrupção e o tráfico de influências estão incrustados no Poder Judiciário, no Conselho Nacional dos Juízes (CNM, por sua sigla em espanhol) e em todo o sistema de administração da Justiça, o que ajuda a manter este cenário onde o Estado se vê sequestrado por uma máfia.

Recentemente, uma série de áudios revelados pelo portal IDL Reporteros mostraram ao país mais um desses muitos segredos. Os grampos revelam as negociações entre juízes e integrantes do CNM, que são os que avaliam e ratificam o desempenho desses juízes – similar ao CNJ (Conselho Nacional de Justiça) no Brasil. Nesta trama, os magistrados ofereciam diminuições nas sentenças e davam os preços que supostamente seriam cobrados para realizar manobras a favor de certos interesses. As gravações envolvem o Corte Superior do departamento de Callao, Walter Ríos, o juiz César Hinostroza Pariachi e o conselheiro do CNM Julio Gutiérrez, entre outros personagens.

Desde o ajuste neoliberal de 1990, o chamado “capitalismo de compadres” significou que para que as grandes empresas poderem fazer seus bons negócios era indispensável as relaciones privilegiadas com o Estado e o controle das instituições democráticas. As propinas, subornos e outras vantagens que foram descobertas nos vários escândalos surgidos nos últimos meses atingem todos os níveis, os poderes Executivo, Legislativo e Judiciário. Uma crise de todo o sistema, do governo, do regime e do Estado.

“Os fatos graves conhecidos nos últimos dias são uma mostra do problema estrutural que embarga o nosso sistema judiciário”, disse o atual presidente Martín Vizcarra, em uma mensagem pela televisão. O mandatário alertou o Congresso, controlado pela oposição, a elaborar um projeto de reforma judicial, devido à urgência em atuar para enfrentar a “situação de podridão” exposta nos áudios. “Não há tempo a perder”, assegurou.

A última pesquisa nacional urbano-rural do jornal El Comercio, em parceria com o instituto Ipsos, mostra que a corrupção é o principal problema do país para a população: 57% dos entrevistados a consideram assim. Este primeiro lugar não se repetia desde 2010, durante o segundo governo de Alan García (2006-2011). A criminalidade e a falta de segurança estão em segundo lugar, com 55%. Depois estão a educação inadequada, com 31% e o desemprego com 25%.

A corrupção já tomou todas as instâncias do país. Então, cabem algumas perguntas: o quão afetado está o sistema de justiça? Que garantias existem para um processo correto e eficaz dos casos mais emblemáticos de corrupção, se até os promotores e investigadores estão sob suspeita? Podemos confiar na busca de uma verdadeira justiça?

A verdade é que se trata de um Estado falido, falacioso e mafioso, capturado por um sistema neoliberal que vem sucateando a democracia há 25 anos, com seus balcões de negócios, suas portas giratórias judiciais, com autoridades que saem e voltam aos cargos sem nenhum pudor, congressistas que sequer disfarçam mais as ações a favor de seus interesses, e meios de comunicação que atuam como escudos, protegendo os poderosos de qualquer denúncia da imprensa independente.

A corrupção pública de mãos dadas com corrupção de terno e gravata. O fujiaprismo –a dicotomia entre o fujimorimo e os líderes da velha APRA (Aliança Popular Revolucionária), do ex-presidente Alan García – se consolida como o braço político que interfere em todas as instâncias do país, colocando conselheiros que escolhem juízes “adequados” para seus fines, e onde os maus empresários promovem lobbys insanos para criar uma legislação à sua medida.

O alanismo não é uma corrente de pensamento, mas impera no atual governo, embora este também sofra com os que brigam internamente pelo controle do poder e da hegemonia a qualquer preço, sem se importar sequer com os mais elementares de toda pessoa humana, como se vê no comportamento de parlamentares como Javier Velásquez Quesquén, Mercedes Cabanillas, Mauricio Mulder, Jorge del Castillo, entre os mais conhecidos.

Estas últimas revelações despertaram uma feroz indignação de uma população já insatisfeita com as altas nos preços dos combustíveis e as brigas entre alanistas e fujimoristas para escolher o novo presidente do Congresso.

A reação de Luis Nava, homem de confiança de Alan García, após a divulgação dos casos envolvendo os negócios da sua empresa com a Odebrecht, incluindo as obras do Metrô de Lima, e o envolvimento de Jorge Cuba, ex vice-ministro de Comunicações de García, com a mesma empreiteira brasileira, são duas situações que mostram o medo que o “alanismo” tem de que as investigações o coloque mais e mais em problemas.

Todos os caminhos das denúncias de corrupção que envolvem personagens do partido aprista terminam sempre vinculando o ex-mandatário, e também terminam em impunidade.

A máfia não caiu com a ditadura do genocida Alberto Fujimori, e se reacomodou aos novos tempos, mostrando todo o seu poderio, se burlando da sociedade e amedrontando a imprensa independente, a que ousa investigar e denunciar.

O caso das propinas da Odebrecht também respinga no ex-presidente e prófugo da Justiça Alejandro Toledo (2001-2006), a funcionários do segundo governo de Alan García (como Jorge Cuba), o ex-presidente Ollanta Humala (2011-2016) e sua esposa Nadine Heredia, ambos em prisão preventiva, e o renunciado ex-presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). Ou seja, os últimos quatro presidentes, sem contar toda a corrução que o país bem conhece durante a ditadura de Alberto Fujimori (1990-2000).

Hoje, o sistema volta a mostrar seu pior rosto, amparado na impunidade e na blindagem dos líderes dos esquemas. Por isso se faz necessário um movimento de refundação do país, criar uma coalizão contra a corrupção, com aqueles grupos e movimentos sociais que lutam pelas reformas estruturais, e também os empresários limpos e os meios de comunicação independentes.

Mudanças profundas que devem partir de uma eleição presidencial adiantada – já que o mandato tampão de Vizcarra, que assumiu após a renúncia de Kuczynski, vai até 2021, e o país não pode esperar tanto – e uma nova Constituição para todos os peruanos, que não ampare as máfias corruptas, como faz a atual, que condiciona os destinos do Peru aos interesses de um único setor.

Mariana Álvarez Orellana é antropóloga, docente e investigadora peruana, analista associada ao Centro Latino-Americano de Análise Estratégica (CLAE)

www.estrategia.la

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