La brújula estratégica de Washington apunta al Sur

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Fernando Ayala

El presidente Donald Trump, desde sus inicios en este segundo mandato, dejó claro que deseaba reordenar el decaído Orden Internacional, fortalecer el poder duro de Estados Unidos y cambiar las prioridades para proteger el  interés nacional que siente amenazado por el crecimiento de la República Popular China, que en las últimas dos décadas ha expandido su presencia, comercio, inversiones e influencia en prácticamente todo el planeta, es percibido como una amenaza a la hegemonía estadounidense.

Asimismo, el desarrollo militar de Rusia en armas estratégicas y misiles hipersónicos, son otra preocupación para Washington. El choque de intereses entre los tres grandes poderes militares pudría darse en el Ártico, la Antártica, los océanos, África y el espacio, entre otros. Por ello los estrategas del Pentágono han desarrollado un plan de mediano plazo compuesto de diversas etapas que hemos ido conociendo.

Lo primero fueron los mensajes del presidente Trump a aliados, vecinos, rivales y enemigos. A Canadá le dijo que podrían pasar a ser un estado más de la Unión; a Dinamarca que estaba interesado en adquirir Groenlandia; a Panamá que podrían recuperar el Canal construido por ellos, a México, donde el golfo que baña la costa mexicana, estadounidense y cubana, le cambió el nombre sin consultar a nadie, a Golfo de América.

Un segundo mensaje fue para sus amigos de la Unión Europea (UE): si quieren la protección militar de Estados Unidos, deben pagar por ella. Del 2% al 5% del PIB, aumentarán los gastos de defensa los 27 países más lo socios de la OTAN, donde el Reino Unido es un socio privilegiado o el “caballo de Troya de los americanos” como lo llamó el general de Gaulle, quien en 1963 y 1967, vetó su ingreso a la entonces Comunidad Económica Europea.

El presidente Trump estableció que, si la UE desea continuar apoyando militarmente a Ucrania, Estados Unidos pondrá las armas, pero deben ser pagadas por los europeos. Ello porque estima que Ucrania no vencerá ni recuperará los territorios conquistados por los rusos.

Asimismo, dio carta blanca a Israel -otro socio privilegiado- para demoler Gaza sin considerar las pérdidas humanas ni materiales. Israel puede bombardear el Líbano, Siria, Yemen y de manera conjunta con EEUU planificaron el ataque a Irán para destruir parte de su capacidad nuclear. La dura realidad es que Israel goza de impunidad y la UE sufre una creciente soledad al aceptar las condiciones impuestas por Estados Unidos, limitando su capacidad de desarrollar una política autónoma y renunciando a tener un papel como un actor de primera línea en la política mundial.

Ante la Asamblea General de Naciones Unidas, el pasado 23 de septiembre, el presidente Trump indicó que había puesto fin a siete guerras: Camboya con Tailandia; Serbia con Kosovo; República Democrática del Congo con Ruanda; India con Paquistán, Israel con Irán, Egipto con Etiopía, Armenia con Azerbaiyán. También se jacta de que detuvo la de
Israel con los palestinos en Gaza, que en la práctica no ha terminado.

En casi todas las guerras citadas, los actores principales, salvo en el caso de Paquistán y Gaza, niegan un rol primordial a Estados Unidos. Sin ruborizarse, el presidente Trump ha reclamado el Premio Nobel de la Paz.

La brújula estratégica de Washington apunta por ahora a reordenar el Medio Oriente eliminando los regímenes de Irán y Yemen, así como legitimar a Israel antes los países árabes y Turquía., lo que no será tan fácil.

Abu Mohammad al-Julani, leader of the Headquarters for the Liberation ...El presidente Trump ha recibido en la Casa Blanca al ex terrorista de Al Qaeda y hoy presidente de Siria, Ahmad al Shara, prometiendo levantar las duras sanciones que pesan sobre su país y exigiendo la reanudación de relaciones con Israel. Veremos si el presidente al Shara puede primero desarmar y alinear a las diversas facciones internas que se mantienen en el país. Además, ha prometido a Rusia que podrán mantener la base naval y aérea que mantienen en Siria.

En América Latina, Washington ha decido retomar el papel hegemónico que tuvo en el pasado por la riqueza en
materias primas estratégicas, el avance de la presencia de China y la cercanía de países como Chile y Argentina del continente antártico. El presidente Trump ya tiene aliados incondicionales en la región en El Salvador, Paraguay, Ecuador y Argentina, pero sabe que no es suficiente.

Ridrigo Paz, nuevo presdente boliviano

Sin duda que Bolivia será un nuevo aliado, mientras que México no es fácil de doblegar, pero depende absolutamente de la economía de su vecino del norte. Brasil es el único país autónomo en política exterior, como lo demuestra en su activo liderazgo en los BRICS, y no ha vacilado en enfrentar al presidente Trump, quien ha presionado por la liberación del expresidente Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por intentar un golpe de estado. Brasil enfrentará elecciones presidenciales en octubre de 2026 donde el Luis Inácio Lula da Silva, de 80 años, buscará su reelección.

En Chile, probablemente asumirá un gobierno de derecha dura en marzo de 2026 y Colombia tendrá elecciones el próximo mes de mayo, donde no se contempla la reelección por lo que el actual mandatario, Gustavo Petro, no podrá participar. También ahí podría vencer un candidato de derechas.

Lo países enemigos y que Trump busca derrocar en la región son Cuba, Nicaragua y Venezuela, donde el despliegue naval en el mar Caribe y en el Pacífico, bajo el pretexto del narco tráfico, es parte de la brújula que busca derrocar al gobierno de Caracas primero.Versión de que la lancha destruida por Trump había cambiado su rumbo ...

A la fecha, 20 lanchas que supuestamente llevaban drogas han sido destruidas, 11 en el Caribe y 9 en el Pacífico, dejando 80 personas asesinadas. Este despliegue de fuerza dejó ya de ser un simple acto de disuasión y no sería extraño que se produzcan hechos mayores.

El derecho internacional ha dejado de existir para la administración del presidente Trump. En realidad, para las grandes potencias nunca ha sido considerado, como lo demuestran las violaciones a la Carta de Naciones Unidas. El respeto a los tratados, como lo vemos con el rompimiento unilateral de acuerdos solemnes firmados con Estados Unidos, perdió vigencia y se imponen de manera unilateral aranceles de acuerdo con la conveniencia del país más fuerte.

El secretario de Estado, Marco Rubio, lo dijo de manera categórica con relación a operar militarmente y contradijo a la Alta Comisionada de la UE, Kaja Kallas, por las críticas ante los ataques en el Caribe y en el Pacífico: “No creo que la Unión Europea pueda determinar lo que es la ley internacional.

Desde luego no pueden determinar cómo Estados Unidos defiende su «seguridad nacional», agregando que su país tienen todo el derecho a operar militarmente en su hemisferio y de pasó los humilló al señalar que nos “piden misiles Tomahawk con capacidad nuclear para defender Europa, pero cuando Estados Unidos posiciona portaviones en nuestro hemisferio entonces eso es un problema”.

Todas las señales, declaraciones y acciones del gobierno estadounidense son más que un aviso, es prueba evidente de la firme voluntad de imponer una hegemonía completa en la región.

* Embajador, economista de la Universidad de Zagreb, Croacia, y Máster en Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. Ex Subdirector de asuntos estratégicos de la Universidad de Chile y ex Subsecretario de Defensa.