Argentina: Un acuerdo para futuras concesiones neocoloniales a EEUU

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Matías Caciabue

La experiencia libertariana, bajo conducción del JP Morgan, finalmente presentó el anverso de la asistencia electoral y financiera del trumpismo. Presentado como “histórico”, este “entendimiento” con EEUU es, en realidad, algo más grave que un Tratado de Libre Comercio: es un marco general diseñado para habilitar futuras concesiones neocoloniales, un paraguas amplio sin obligaciones equivalentes para Washington, pero con compromisos inmediatos y profundos para Argentina.
Mientras EEUU sólo menciona como apertura concreta la carne argentina (sin especificar cupos ni condiciones, y sin incorporar mejoras sobre acero o aluminio), casi todo lo demás son exigencias hacia Argentina: desmantelar barreras no arancelarias, aceptar estándares estadounidenses y ceder soberanía regulatoria.

Mientras el canciller Quirno se reunía con Marco Rubio, la Casa Blanca anunció el acuerdo comercial
El texto señala compromisos como: – Normas de conformidad alineadas con criterios de Estados Unidos; – Aceptación de certificaciones de ese país para vehículos, dispositivos médicos y productos farmacéuticos; – Fortalecimiento del régimen de propiedad intelectual, desde controles contra falsificaciones hasta mecanismos para resolver disputas de patentes, etc; – Eliminación de licencias, registros, impuestos y requisitos sanitarios para exportadores norteamericanos.
A cambio, Washington sólo elimina aranceles sobre ciertos insumos minerales que no produce y mantiene la discrecionalidad de “considerar” mejoras futuras. Este marco presiona sobre sectores sensibles de nuestra economía: alimentos, medicamentos, vehículos y minerales estratégicos. Además, deteriora seriamente el margen de negociación regional. La aceptación de normas externas y la apertura unilateral golpean el corazón del Mercosur y anticipan una deriva que puede fracturar su política comercial común.
El acuerdo firmado por los cancilleres Pablo Quirno y   Marco Rubio es, sencillamente, un pacto neocolonial, que entrega capacidades regulatorias, debilita la integración regional y recoloca a la Argentina en una posición de vasallaje político y económico. Frente a semejante retroceso, el coloniaje sellado en 1933 por el Pacto Roca-Runciman termina pareciendo, aunque duela mucho admitirlo, una defensa de la soberanía.

* Licenciado en Ciencia Política (UNRC), estudiante de la Especialización en Pensamiento Nacional y Latinoamericano (UNLa), redactor-investigador argentino del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la).