En las elecciones legislativas Milei se juega el futuro
Claudio della Croce
El próximo domingo son las elecciones legislativas en todas las provincias de la Aegentina. Como sucedió con los comicios de la provincia de Buenos Aires, Javier Milei (y ahora también Donald Trump) presentaron estas elecciones como “la madre de todas las batallas”, las que definen el futuro del proyecto político de la extrema derecha, el futuro del país, entre otras cosas.
La campaña, caracterizada por la ausencia de debates y poca propuesta pública, se centra en estrategias de polarización y en la fuerza de las marcas políticas. Las elecciones del 26 de octubre definirán no solo la representación provincial, sino también cómo se interpretará políticamente el resultado en los días posteriores.

Las señales de respaldo del gobierno de Donald Trump a Javier MIlei y su plan económico ya no sirven para generar tranquillidad y confianza en las autoridades locales, ni siquiera por un rato. El acuerdo del swap de monedas, que representaría un crédito abierto del Tesoro de EE.UU. en favor del Banco Central argentino por 20 mil millones de dólares, fue premeditadamente anunciado 40 minutos antes de que abriera el mercado de Buenos Aires, pero no tuvo el impacto psicológico esperado.
Subió el dólar y cayeron los bonos, lo cual revela que sigue pesando la sensación de debilidad del gobierno aunque tenga a Scott Bessent de «padrino». «Los argentinos se están muriendo», dijo Trump a periodistas de su país creyendo justificar así un salvataje a Argentina que genera mucho rechazo en su propio país. Crece la sensación que ni el plan económico ni el sistema de bandas cambiarias durarán mucho más del 26 de octubre si el resultado no es favorable al gobierno.
¿El peor momento de Milei?
Milei, aún en su peor momento, tras protagonizar una campaña lamentable, cruzada por todo tipo de acusaciones y errores autoinfligidos, cuenta con una poderosa arma para alcanzar este tercio tan necesario: el antiperonismo.
Lo cierto es que el Presidente no podrá seguir gobernando de la misma manera: tuvo que recurrir al neoliberal macrismo, a los gobernadores y al gobierno de Estados Unidos para sostenerse en los últimos meses de gestión. Hubo temores de que cayera el gobierno y fueron justificados. Ahora, la gestión libertaria está fuertemente condicionada por muchas variables y deberá hacer consensos con aliados para llevar adelante las llamadas “reformas estructurales” que le reclaman sus acreedores del N orte.
El domingo que viene no se define un triunfo o una derrota del Gobierno. Esa derrota ya pasó, o está aconteciendo ahora mismo. La grave crisis del país define esa derrota: pese a la intervención del Tesoro de Estados Unidos, el dólar oficial volvió a dispararse; Ni la intervención directa ni los respaldos diplomáticos y mediáticos alcanzaron para contener la depreciación persistente del peso. “Los mercados”, interpretaron el auxilio como una operación política condicionada: De hecho, Donald Trump supeditó el rescate al resultado de l
El gobierno además se juega su máquina de vetar. Si no logra reunir a los 85 parlamengtarios necesarios, luego de las elecciones, deberá abandonar la herramienta del veto y consensuar con diputados a los que ha llamado “ratas” en reiteradas oportunidades.
El uso de la facultad de veto por parte del presidente Milei se ha consolidado como una herramienta central en su estrategia de ajuste fiscal y equilibrio de las cuentas públicas. Desde el inicio de su gestión, el mandatario ha recurrido al veto total o parcial de diversas leyes sancionadas por el Congreso, argumentando que implican un «gasto desmedido e irresponsable» que pone en riesgo la estabilidad macroeconómica y el superávit fiscal.
Entre las leyes más significativas que el presidente Milei ha vetado se encuentran el proyecto de aumento a jubilados y la Ley de Movilidad Jubilatoria, buscando evitar un mayor gasto previsional. También rechazó la moratoria previsional, que permitía el acceso a la jubilación a personas que no contaban con los 30 años de aportes. Asimismo, vetó la declaración de Emergencia en Discapacidad, una norma que buscaba garantizar el financiamiento del sistema de prestaciones y servicios, y la Ley de Financiamiento Universitario, la cual proponía actualizar las partidas presupuestarias de las universidades nacionales de acuerdo con la inflación.
A estas se suma la Emergencia Pediátrica, orientada a reasignar fondos para la salud infantil, y el proyecto de asistencia para la Emergencia en Bahía Blanca tras un temporal. Para blindar estos vetos es necesario un tercio de los legisladores en una de las dos cámaras.
Alcanzar los 85 diputados propios del neoliberal PRO del expresidente Mauricio Macri es un paso crucial para el oficialismo, ya que una bancada sólida fortalece la capacidad de negociar leyes y, sobre todo, asegura que el Poder Ejecutivo cuente con los apoyos necesarios para sostener su agenda sin ser fácilmente bloqueado por la oposición.
Y aún así tendría que depender siempre con el apoyo de los diputados del PRO que podrían votar en contra y vale recordar que hasta hace unos meses La Libertad Avanza soñaba con esos 85 diputados puros sin necesidad del apoyo del PRO, que siempre va a ser condicional.
Castillo de naipes
Si Milei no lograse obtener el porcentaje necesario para blindar sus vetos, lo que el secretario estadounidense del Tesoro Scott Bessent estableció como la vara para medir el resultado, Trump ya anunció que Estados Unidos retiraría su ayuda., lo que haría caer el castillo de naipes financiero y pondría al gobierno en crisis, generado dos posibles escenarios: un gobierno de coalición en el que Milei estarpia completamente mediado por el poder de aliados y gobernadores o un juicio político que tiene en los casos de corrupción una justificación más que necesaria para iniciarse. A mayor debilidad electoral, más cercanía al impeachment final.
Milei, aún en su peor momento, tras protagonizar una campaña lamentable, cruzada por todo tipo de acusaciones y errores autoinfligidos, cuenta con una poderosa arma para alcanzar este tercio tan necesario: el antiperonismo como expresión genuina e histórica de una considerable parte del pueblo argentino. Es un lugar común que el piso histórico del antiperonismo oscila en el 30% del electorado.
El resultado influirá decidida en la interna del gobierno ultraderechista donde el hasta ahora «asesor» Santiago Caputo viene haciendo méritos para pasar al frente del Gobierno y esto implicaría un retroceso de Karina Milei, la hermana del mandatario y Secretaria General de la Presidencia, y los Menem (Martín, presidente de Diputados, y su primo Eduardo, asesor de Milei).
Una derrota por debajo de los números necesarios para recargar la máquina de vetos, implicaría un Gobierno con alianzas, algo que Caputo había promovido en contra de la hermana del Presidente en el armado de las listas que prefirió competirle a los gobernadores aliados. Además de que Barry Bennett, supuesto asesor “estrella” de Donald Trump, aunque empleado por la consultora de Leonardo Scaturicce, quien también supuestamente podría ayudar en momentos cruciales de corte del financiamiento por parte de Estados Unidos, pide que Caputo tenga un rol más determinante en el Gobierno.
*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)