El ecosistema de medios ultras que sostiene la realidad alternativa de Trump

Trump activa su 'muera la inteligencia'

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Antònia Crespí Ferrer-Público

La irrupción de los ‘new media’ nacidos al albor del trumpismo amenaza con deteriorar la función fiscalizadora de las ruedas de prensa de la Casa Blanca.

 El acoso y derribo al que Donald Trump está sometiendo a los medios estadounidenses en gran parte descansa sobre la seguridad de que ya existe otro ecosistema mediático con el que llegar a sus bases. En su retorno a la Casa Blanca, el magnate no solo se ha cuidado de rodearse de leales que no le pongan palos a las ruedas –corrigiendo errores de su primera administración–, sino que también se ha encargado de hacer un hueco en la sala de prensa para todos esos podcasters y new media ultraconservadores que han crecido al albor del trumpismo.
Imagen de archivo de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante una rueda de prensa..
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt
Un grupo de personas protesta en Nueva York ante la sede de The Walt Disney Company, durña de la cadena ABC, contra la retirada del 'late night' de Jimmy Kimmel.

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El presentador de televisión estadounidense Jimmy Kimmel.
El presentador de televisión Jimmy Kimmel.

El emponzoñamiento contra las voces críticas en los medios de comunicación empezó poco antes de que Trump dejara la Casa Blanca en su primer mandato. La extrema derecha estadounidense ha ido construyendo durante estos años de impasse un sistema de medios alternativos – new media, como los ha bautizado el mismo presidente- que simpatizan con la causa, y que auparon a Trump de vuelta al poder el pasado cinco de noviembre.

Influencers con millones de seguidores como el difunto Kirk, y podcasters con grandes audiencias como Joe Rogan, jugaron un papel decisivo a la hora de disolver los titulares críticos de los periódicos con el republicano. Por no hablar del algoritmo dopado de Elon Musk, que en la recta final de los comicios daba mayor visibilidad a los discursos polarizantes y a las teorías conspiranoicas sobre un posible fraude electoral. Desde el asesinato de Kirk, el timeline de X se ha convertido en una catarata de acusaciones contra la izquierda y señalamientos públicos de personas anónimas por sus críticas al activista de extrema derecha.

*Graduada en periodismo en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, corresponsal de Público.es en Estados Unidos