Decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en todo Brasil en rechazo a dos proyectos parlamentarios: uno, una propuesta de enmienda constitucional conocida como el “proyecto de blindaje”, que ampliaría la inmunidad de los legisladores, mientras que la otra plantea una amnistía para beneficiar al expresidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro, condenado a 27 años de prisión por el Supremo Tribunal Federal por intentar un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 ante Luiz Inacio «Lula» da Silva.

Las manifestaciones en todo el país indican un regreso de la izquierda a las calles, después de años de dominio de la extrema derecha. Las movilizaciones en São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia, Salvador, Recife, Curitiba, Belém, Natal, entre otras capitales y ciudades –en total, 35 localidades– congregaron a más personas que las últimas manifestaciones de extrema derecha.São Paulo (SP), 21/09/2025 Manifestantes participam de ato contra a PEC da Anistia e da Blindagem, no MASP. Foto: Paulo Pinto/Agência Brasil

En Brasilia, la capital, miles de personas se concentraron frente al Congreso para protestar, acompañados de un muñeco inflable gigante del exmandatario, adornado con un particular bigote y sangre en las manos. La convocatoria a manifestaciones, iniciada en las redes sociales por artistas y rápidamente retomada por frentes y movimientos sociales, repudió la burla a la aprobación urgente del Proyecto de Ley de Amnistía, que pretende salvar la cara de Bolsonaro y los generales, en un intento de dejar impunes, una vez más, a los habituales golpistas.

El Congreso, en manos de la derecha y ultraderecha, aprobó un escandaloso escudo para los crímenes actuales y futuros de parlamentarios de Centrão y la extrema derecha. No defienden prerrogativas para ejercer cargos públicos, sino la creación de su propio estatuto de protección e impunidad. En otras palabras, privilegios para cometer, con impunidad, más crímenes contra el pueblo, señala el sociólogo Milton Alves, quien afirma que una agenda política más asertiva entusiasma y saca a las calles las fuerzas motrices capaces de derrotar a la extrema derecha y a los neoliberales, y reelegir a Lula en 2026.

Manifestación contra la amnistía en Curitiba

La retórica de «pacificación» mediante la «PEC» (Propuesta de Enmienda Constitucional) de los partidarios de Bolsonaro y la vieja derecha neoliberal —que designó a delincuentes políticos golpistas como Michel Temer (MDB) y Aécio Neves (PSDB), así como a desertores como Paulinho da Força (SDD), Aldo Rebelo (MDB) y similares— no funcionó. A pesar de los esfuerzos del presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, el plan generó una fuerte repulsa pública, exacerbando la polarización social.

Mientras la mayoría de derecha y ultraderecha intenta impulsar el golpe y la impunidad, la agenda popular sigue paralizada en la Cámara de Diputados, que sólo vota medidas contra los trabajadores.  El principal lema de las manifestaciones fue claro: Sin amnistía.

Desde Río de Janeiro hasta Brasilia, pasando por San Pablo, miles de ciudadanos expresaron su descontento en las calles de ciudades de los 26 estados del país. En Río, los manifestantes se congregaron en la emblemática playa de Copacabana, donde artistas como Caetano Veloso, Gilberto Gil y Chico Buarque, junto a otras figuras representativas de la cultura brasileña, se unieron al clamor en contra de los proyectos legislativos.Foto

La jornada de protestas se desató a raíz de la sentencia histórica contra Bolsonaro, quien fue condenado a 27 años de prisión por su participación en la planificación de los altercados sociales que llevaron al ataque a las sedes democráticas el 8 de enero de 2023. En ese contexto, los ojos de la sociedad brasileña se posaron sobre el Congreso, en su mayoría conservador, al que acusan de anteponer los intereses de los parlamentarios a los problemas sociales y económicos que atraviesa el país.

Se ha creado una nueva situación política debido a la interferencia directa del gobierno esgtadounidense en la situación económica del país, con el aumento de aranceles y las sanciones impuestas por Donald Trump contra Brasil. La defensa de la soberanía nacional, junto con las demandas populares, está en el centro de la disputa por el futuro del país

Las últimas encuestas de opinión indican que la mejor política para que el gobierno y la izquierda acumulen poder es la confrontación abierta y la polarización con los enemigos del país: Trump, Jair Bolsonaro, ahora condenado, y la mayoría reaccionaria y neoliberal del Congreso.

Ni blindaje, ni amnistía

Uno de los focos de la indignación fue la reciente aprobación por parte de la Cámara de Diputados del «proyecto de blindaje». Esta propuesta, que exige que el Congreso autorice mediante un voto secreto cualquier acusación penal contra diputados y senadores, fue presentada como una medida para «proteger a los legisladores» de posibles abusos del sistema judicial. Sin embargo, sus detractores la califican como un intento de autoprotegerse y de garantizar la impunidad para los legisladores involucrados en casos de corrupción y otros delitos.

El presidente de la Cámara, el derechista Hugo Motta, defendió el proyecto argumentando que se trata de una medida para evitar posibles persecuciones políticas. Por otro lado, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se mostró en contra de la propuesta. Su ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, expresó su preocupación de que esta ley pueda abrir las puertas al crimen organizado en el Parlamento, debilitando aún más las instituciones democráticas del país.

La propuesta desató una oleada de críticas, especialmente desde el ámbito artístico y en redes sociales, donde figuras de la cultura como la cantante Anitta cuestionaron la legitimidad de una ley que blindaría a los políticos de la justicia. «Imaginen que alguien los asesine y el asesino no pueda ser procesado sin la autorización de sus colegas», escribió Anitta en su cuenta de Instagram.

El clima de tensión se intensificó cuando, al día siguiente de la aprobación del proyecto de blindaje, la Cámara de Diputados aprobó el trámite urgente de un proyecto de ley que busca otorgar amnistía a los cerca de 700 bolsonaristas condenados, incluso el propio Bolsonaro, por su participación en el intento de golpe de Estado. Flavio Bolsonaro, diputado e hijo del exmandatario, fue uno de los principales promotores del proyecto, y justificó la amnistía como una forma de “pasar página” sobre lo ocurrido en los días posteriores a la derrota electoral de su padre.

*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)