Venezuela desmonta operación de «falsa bandera» de la DEA

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Victoria Korn

El ministro de Relaciones Interiores de Venezuela, Diosdado Cabello, informó este miércoles sobre el desmantelamiento de una operación de «falsa bandera», que estaría a cargo de la Administración de Control de Drogas​ (DEA, por sus siglas en inglés), para vincular al país suramericano con el tráfico de drogas. Cabello informó que las autoridades venezolanas realizaron un operativo en el que incautaron 3.680 kg de cocaína que iban a bordo de una lancha con cuatro tripulantes, que fueron capturados.

Cabello aseveró que esta operación antinarcóticos «tiene su historia». «¿Quién es el dueño de esa droga?», se preguntó y afirmó: «El operador de la droga es un señor que se llama Levi Enrique López Batis (…) es agente de la DEA, un narcotraficante, y contra Venezuela ésta iba a ser parte de una operación de falsa bandera».

Durante la operación, los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que tenían información previa de los cuerpos de inteligencia, esperaron por 20 horas el paso de una pequeña embarcación que desde La Guajira llegó a costas venezolanas del estado Falcón, con salida al Caribe. Se pretendía hacer creer que esa ‘narcolancha’, que posiblemente sería capturada por las autoridades estadounidenses en aguas del Caribe, había salido de Venezuela.

Cabello detalló que le hicieron todos los llamados de alto a los tripulantes, cumpliendo con los protocolos de interdicción de drogas, que finalmente, «al verse rodeados, se rindieron». En este operativo se detuvieron a cuatro personas y añadió que resultaba «extraño» que los «cuatro ciudadanos tuvieran lista su cédula venezolana para ser entregada». «Esa lancha con droga era una operación de falsa bandera de la DEA para acusar a Venezuela, iban a salir cuatro detenidos con cédula venezolana. Eso lo están diciendo ellos», dijo Cabello.

En el operativo se detuvieron a cuatro personas. Cabello añadió que resultaba «extraño» que los «cuatro ciudadanos tuvieran lista su cédula venezolana para ser entregada». «Esa lancha con droga era una operación de falsa bandera de la DEA para acusar a Venezuela, iban a salir cuatro detenidos con cédula venezolana. Eso lo están diciendo ellos», aseguró.

En su opinión, esta maniobra frustrada por las autoridades venezolanas  buscaba «acusar a Venezuela de cualquier barbaridad, que practica constantemente el mayor cartel de drogas del mundo que es la DEA

Entre el material incautado se encuentran 100 sacos de clorhidrato de cocaína, una embarcación tipo ‘Go fast’ con cuatro motores fuera de borda, un teléfono satelital, dos teléfonos inteligentes, dos radiotransmisores, un GPS y 2.400 litros de combustible en 28 bidones.  «Esta es la evidencia», expresó Cabello. «Así se hace una operación cuando se quiere demostrar un hecho, no bombardeamos una embarcación», dijo con referencia a la supuesta destrucción de tres botes, atribuidos sin pruebas a Venezuela, por parte de militares estadounidenses, como parte de su despliegue ordenado por la Casa Blanca «para combatir el narcotráfico» en el Caribe.

En su comparecencia ante los medios,  mostró un video donde se observa la persecución de la lancha, la actuación de los militares venezolanos, la captura y la droga incautada. «Y no hay mentiras de ningún tipo. Procedimiento, evidencia, responsables capturados, a la orden de las autoridades», afirmó.

«No es negocio sacar drogas por Venezuela»
Cabello ratificó las cifras del informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) donde se establece que 87 % de la droga producida en Colombia sale por el Pacífico y que solo 5 % pasa por el Caribe. En la rueda de prensa mostró un mapa donde se observa la ruta utilizada por la lancha de narcotraficantes que iba desde Puerto López, en La Guajira colombiana, pasó por la península de Paraguaná, en el estado venezolano de Falcón, y fue interceptada cerca del Puerto de Cumarebo, en la costa de esa entidad.

 

Cabello presentó los nombres de los detenidos: Joeluis José Rodríguez Ramos, Jesús Antonio Quilarque Carreño, Jhonny José Salazar Gutiérrez y Carlos Alberto Bravo Lemus; y acotó que este último estuvo siete años detenido en Puerto Rico por tráfico de drogas.

Destacó que producto de los trabajos de inteligencia que vienen realizando, recibieron la información sobre esta operación y los organismos de seguridad se desplegaron en un lugar, con una espera de más de 20 horas, hasta que pasaron estas personas en una lancha en la madrugada del lunes. Las autoridades los persiguieron e hicieron todos los llamados para que se detuvieran hasta que los sujetos se rindieron.

«Esa lancha llevaba cuatro motores, de 300 caballos cada uno, y no les quedó de otra que rendirse porque estaban rodeados», precisó. El dueño de la droga incautada, agregó, es un hombre identificado como Levi Enrique López Batis, un agente de la DEA, que tiene un estrecho vínculo con Jercio Parra Machado, quien opera desde La Guajira colombiana. El ministro declaró que esta operación fue dirigida por un individuo identificado como alias «Cirilo», detenido en Puerto Rico, y quien puso a la DEA en contacto con López Batis para hacer la operación de falsa bandera.

«Si fuese la razón el combate al narco, estarían en el Pacífico», dijo con referencia al despliegue militar estadounidense en el Caribe. «No les es negocio sacar su droga por aquí, probablemente les sea negocio con aquellos que quieren entregar el territorio venezolano para que sea de libre tránsito de drogas. Por aquí no van a pasar, los estamos combatiendo», dijo al referirse a las 60 toneladas de drogas que se han incautado en Venezuela en lo que va de año.

Referencial
Venezuela incautó 60 toneladas de drogas

«Una operación limpia, clara, transparente y con resultados», reiteró el  ministro y cuestionó las informaciones de Trump sobre el tráfico de fentanilo en la última embarcación destruida, atribuida a Venezuela, donde supuestamente fueron asesinadas tres personas. Frente a las autoridades de seguridad del Estado, Cabello preguntó: «¿Aquí se ha capturado fentanilo alguna vez?», a lo que todos respondieron de manera negativa.

El ministro del Interiores cuestionó que, mientras la operación militar estadounidense en el Caribe cuesta más de 10 millones de dólares al día, según expertos, un sobre con dos dosis del medicamento naloxona, que sirve para prevenir la muerte por opioides, vale unos 45 dólares. «¿Cuántos de esos pudieran comprarse con el despliegue estrafalario de tropas frente al Caribe?», cuestionó.

Cabello concluyó su alocución con un llamado a la unidad popular: “El pueblo está preparado para resistir cualquier agresión, y hasta sectores opositores se han sumado a esta causa”. Aunque para algunos analistas los movimientos de Washington son persuasivos y psicológicos, los gobiernos latinoamericanos no descartan una posible agresión a Venezuela, teniendo en cuenta el largo historial de Estados Unidos en esta materia.
El pasado fin de semana, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, hizo otro ultimátum al presidente venezolano para que renuncie al poder mientras visitaba una base militar en Puerto Rico, país usado como el centro de operaciones contra Venezuela. Mientras, el Pentágono mantiene la operación en el Caribe Sur que incluye más de 15 buques de guerra, una decena de aeronaves y unos 7.000 efectivos, en lo que constituye una de las mayores movilizaciones navales de Estados Unidos en la región desde la década de 1980.

Miliciano venezolano en alerta: un país movilizado ante las amenazas de EEUU

Por su parte, Venezuela dijo que Estados Unidos busca crear un falso positivo al atentar contra sus propios helicópteros en territorio venezolano y calificó como: «El tradicional libreto de guerra de los Estados Unidos destinado a crear escenarios ficticios como condición previa para intervenciones armadas; en este caso, bajo la fútil excusa de lucha contra el narcotráfico».

La invasión militar estadounidense directa más reciente en el continente fue la captura del presidente de Panamá Manuel Noriega en 1989, a quien acusaron de cometer fraude en las elecciones y por narcotráfico. En un comunicado firmado por 21 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) expresó la preocupación por la creciente presencia militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, región proclamada “Zona de Paz” en 2014, un compromiso que incluye el respeto a la soberanía, la solución pacífica de controversias y la no injerencia en asuntos internos. Y, obviamente, la llegada de tropas y aviones de combate estadounidenses contradice esos principios.

El presidente colombiano Gustavo Petro dijo esta semana: «Debemos unirnos por Venezuela o nos tiran bombas en Bogotá».

**Periodista venezolana, analista de temas de Centroamérica y el Caribe,  asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)