Adiós al progresismo en Bolivia: dos derechistas irán por la presidencia

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Boris Acosta Reyes

Dos candidatos de derecha, el senador Rodrigo Paz Pereira y el ex presidente Jorge Tuto Quiroga Ramírez, disputarán la presidencia de Bolivia en una segunda vuelta el 19 de octubre, tras obtener las mayores votaciones en los comicios de este domingo, Después de 20 años en el poder, el progresismo, impulsad primero por Evo Morales y luego por  Luis Arce –que en 2020 triunfó con 55 por ciento de los votos– dejará el poder el 8 de noviembre.

Paz, de 57 años, postulado por el Partido Demócrata Cristiano, y cuyo sorpresivo primer lugar no fue anticipado  por las encuestas, alcanzaba 32.18 por ciento de los votos con 92 por ciento del escrutinio. Quiroga (65), de la coalición Alianza Libre, obtenía 26.85 por ciento.  Eduardo del Castillo, del MAS, había conseguido apenas 3.6 por ciento de la votación y Andrónico Rodríguez, el otro candidato progresista y quien rompió con el MAS y contendió por otra alianza política, tuvo un mejor desempeño, pero también quedó alejado con 8 por ciento de los sufragios.

Los medios especulaban con un batacazo de la derecha y la ultraderecha en Bolivia, en el marco la dura pelea intestina de los progresistas del ex presidente Evo Morales y su sucesor y exdelfín, Luis Arce, pero el ganador fue una sorpresa. Ninguna encuesta vio venir a Rodrigo Paz Pereira, quien se impuso con más del 31% frente al ex presidente y ex compañero de fórmula del dictador Hugo Banzer, Jorge «Tuto» Quiroga, quien consiguió el otro lugar en el balotaje con más del 27%,.

Si bien el primero representa a una derecha más blanda y el segundo a la más dura, ambos grafican el cambio de época que inicia en Bolivia, donde el MAS, la fuerza que acompañó los gobiernos de Morales y Arce durante casi dos décadas, quedó prácticamente disuelta con apenas un dígito de los votos. El voto nulo alentado por Evo rozó el 20%, según sus patidarios una muestra más que Morales sigue manteniendo un apoyo popular significativo.

En las comicios de este dominjgo se registran en total cuatro millones 851 mil 667 de votos válidos. Las elecciones tuvieron lugar en un contexto político, económico y social complejo. El Movimiento al Socialismo (MAS), que ha gobernado por casi dos décadas, se presentó debilitado por enfrentamientos internos, lo que abrió  las puertas al neoliberalismo para regresar al poder y desmontar logros del Estado Plurinacional.

El exvicepresidentue Álvaro García Linera fue categórico; «sin excusa alguna, un gobierno progresista o de izquierdas pierde en las elecciones por sus errores políticos. Y estos errores pueden ser múltiples. Pero hay una falla que unifica a los demás. El error en la gestión económica al tomar decisiones que golpean los bolsillos de la gran mayoría de sus seguidores». En suma, derrotas políticas, conduce a derrotas electorales, indicó.

Evo Morales y Luis Arce, responsables de una derrota

«No es extraño que el proceso de transformación democrática más profundo del continente pierda dos tercios de su votación popular a manos de vetustos vendepatrias que ofrecen botar a patadas a los indígenas del poder, regalar empresas públicas a extranjeros y enquistar, con la biblia en la mano, a las cipayas oligarquías de la tierra en la dirección del Estado. Si a todo ello sumamos el resentimiento de clases medias tradicionales desplazadas de sus privilegios por el ascenso social y empoderamiento político de las mayorías indígenas, está clara la arenga abiertamente revanchista y racializada que envuelve los discursos de las derechas bolivianas», añadió.

Morales no pudo inscribirse como candidato porque se lo impedía la Constitución boliviana y porque perdió el control de su partido en la disputa con el presidente Luis Arce, al que él mismo impulsó cinco años atrás. Y la realidad muestra que si hubiese sido candidato tampoco habría estado en la segunda vuelta. Estadísticamente, su imagen es mala, y una mayoría de los bolivianos lo culpa de la escasez de combustibles y de alimentos, por sus frecuentes cortes de las carreteras en su disputa al gobierno de Arce.

Estas elecciones marcaron la pérdida de hegemonía del Movimiento Al Socialismo (MAS) y, sobre de todo, de Evo Morales, que necesariamente abre una perspectiva a políticos de un perfil diferente, en una época en la que la política es algo distinto: el conocimiento de la  tecnología y de las nuevas formas de comunicación se convirtieron en parte esencial de la política.

Pareciera que se va el tiempo de los cultos de la personalidad y nace el de los equipos, la inteligencia artificial y la computación cuántica, en reemplazo de las formas que quedan perimidas. El evismo se fue desmoronan do, dejando un país en el que falta todo: combustibles, alimentos, divisas, además de la pérdida de la alegría, la paz y la esperanza.

Los ganadores

El festejo de Rodrigo Paz

«Tuto» Quiroga celebró  haber entrado al primer balotaje en Bolivia y afirmó que «una larga noche de dos décadas terminó. El candidato que quedó segundo centró su campaña en propuestas económicas como mayor ajuste fiscal, acceso rápido a los créditos de organismo internacionales como el Fondo Monetario Internacional y «motosierra» en el Estado.

El empresario y candidato opositor Samuel Doria Medina reconoció rápido la derrota, luego de que casi todos los sondeos previos a la elección proyectaran que estaría en el balotaje. Doria Medina, quien se jugó su cuarto intento por llegar al Palacio del Quemado, ya dio su apoyo a Paz Pereira.  De paso, llamó a Paz y a Quiroga a comprometerse a liberar al gobernador suspendido de la región oriental de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, su principal aliado detenido hace dos años en el penal de Chonchocoro, en el departamento de La Paz, por la crisis de 2019.

Hijo del ex presidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora (1989-1993) y la española Carmen Pereira, Rodrigo Paz, candidato xdemocristiano, tiene 57 años y actualmente es senador por el sureño departamento de Tarija. Nació en España y pasó su juventud en el exilio junto a su familia, debido a los sucesivos golpes militares en Bolivia. En 2002, ingresó a la política como diputado por Tarija y  en 2015 ganó la Alcaldía de Tarija.  En su campaña presidencial planteó una “agenda 50/50”, que incluya redistribuir el poder, reformar la Justicia y desconcentrar el Estado.

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En campaña, Paz Pereira prometió un salario básico femenino por trabajos no remunerados realizados; la redistribución 50/50 de los recursos públicos entre el gobierno central y las subdivisiones nacionales y medidas para formalizar el trabajo informal, entre otras.

Espero que el Parlamento «nos ayude a cambiar este modelo económico que trabaja para el Estado y no para los bolivianos», dijo Paz este domingo por la noche ante sus simpatizantes en La Paz. Prometió una incorporación de las clases medias y bajas a la vida económica del país con créditos accesibles, libre importación de productos y una reforma tributaria para incentivar la industria nacional.

«Esta es una señal de cambio, y esa señal de cambio es la grandeza del pueblo boliviano que quiere otro destino», afirmó Paz, quien también felicitó a su próximo rival, el ultraderechista Quiroga. «Hemos clasificado a una final. Aún no hemos ganado nada», advirtió.

*Sociólogo y periodista boliviano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)