Brasil: El golpe de amnistía

116

Antonio Martins

 En los últimos días, el tema más central de la agenda política del Congreso Nacional Brasileño ha sido el remedio constitucional, político y jurídico de ANISTIA.

 En realidad, el pueblo brasileño aún no se libró de un golpe que se arrastra en la historia de esta república desde hace más de sesenta y un años, porque el golpe militar de 1964 ya estaba en marcha desde el gobierno de Vargas, en 1954. Sólo se materializó en esa fecha.

}Lamentablemente, el último intento de golpe, el 8 de enero de 2023, no se llevó a cabo, debido a la retirada de los organizadores de tan trágico evento, cuya acusación recae sobre el ex presidente Jair Bolsonaro, quien se convirtió en un acusado en la acusación ofrecida por la PGR (Procuraduría General de la República) de la República de Brasil, desde marzo de este año.

Sería una tragedia para el pueblo brasileño que tal hecho ocurriera. Nos estremecemos al pensar que un grupo de políticos, empresarios, religiosos, militares y funcionarios gubernamentales de todos los niveles, desde el federal hasta el municipal, se hayan unido para conspirar contra los pilares de la democracia. Todos los implicados en esta trama conspirativa eran y son, directa o indirectamente, beneficiarios de la maquinaria administrativa del gobierno federal.

Sin embargo, otros se benefician de los proyectos del gobierno, como los empresarios y los líderes religiosos, los líderes de la iglesia evangélica que están exentos de impuestos, y muchos empresarios que son apoyados por las políticas económicas del gobierno relacionadas con las políticas de financiación, especialmente los empresarios de la agroindustria. Representantes de estas instituciones se han unido al gobierno golpista en el ataque a la democracia brasileña para no perder sus favores.

Además de estos grupos, también participaron en el golpe miembros del crimen organizado, como las milicias. Toda esta horda de matones se empeñó en intentar tomar por la fuerza el destino de la democracia brasileña.

Veja imagens dos atos da esquerda contra a anistia pelo paísPara hablar del tema, es necesario explicar qué es el remedio político de la «ANISTIA».   La amnistía es un recurso jurídico basado en la Constitución brasileña. Es un indulto concedido oficialmente por el poder ejecutivo de la presidencia de la república, después de haber sido votado por el parlamento.  Es un acto del poder legislativo en el que se extinguen las consecuencias de un delito punible y cualquier procedimiento relacionado con el mismo.

   En resumen, en su acepción actual, el acto de amnistía consiste en provocar un «olvido» de los delitos cometidos, es decir, crear una ficción jurídica, como si la conducta ilícita nunca se hubiera cometido. Este remedio político y jurídico se encuentra en las disposiciones de la ley. En Brasil, la Ley de Amnistía se rige por el Decreto-Ley 6.683, de 28 de agosto de 1979. Firmada por el Presidente João Baptista Figueiredo, todavía durante la Dictadura Militar, la Ley de Amnistía en Brasil indulta los delitos políticos cometidos entre 1961 y 1979, con excepción de los condenados por terrorismo, secuestro, asalto y atentado personal. Sin embargo, debe entenderse que esta disposición no puede aplicarse en contextos similares al que se produjo entre los años mencionados en la ley.

En aquella época, Brasil salía de un nefasto período de dictadura militar, y los crímenes cometidos durante ese período exigían la pacificación nacional, por lo que era necesario un contrato social entre el pueblo y la nueva República que estaba surgiendo con movimientos populares que exigían elecciones democráticas para la presidencia ahora y elecciones directas. El movimiento se llamó «Caras Pintadas y Redemocratización».

Manifstación por la amnistía, en la Plaza da Se en Sao Paulo, el 8 de setiembre de 1979

   En el momento actual, no hay argumentos para aplicar una amnistía que indulte a los políticos que se erigieron en golpistas para usurpar el gobierno federal. Contextualmente, por el contrario, Brasil atraviesa desde 1985 el período más largo de su historia de plena continuidad democrática, un feliz romance de estabilidad democrática, que fue interrumpido y perturbado en el momento en que un grupo elegido por el proceso de sufragio, claro, seguro y transparente, fue desafiado.

Desde entonces, los alborotadores descontentos con los resultados de las elecciones de 2022, en las que resultó elegido el presidente Luís Inácio, o Lula, han creado un contexto de inestabilidad. Desde entonces, los alborotadores del orden institucional se han sublevado a través de la violencia y la agresión verbal, en la que las personas son perturbadas por las Fake News, para que los villanos de la democracia intenten hacerse con el poder a través de la brutalidad y el salvajismo, para apoderarse del Estado a través de la violencia, con la intención de demoler el Supremo Tribunal Federal (STF).

Las disposiciones de la Ley de Amnistía utilizadas por los implicados, dentro de esta ideología de intentar exonerar a los criminales, son una continuación del golpe. En realidad, este golpe sigue en marcha, tratando de sofocarlo con el pretexto de conceder la amnistía a esta horda de malhechores que querían establecer un gobierno violento y criminal. Gobernar sin un tribunal legal que interprete las leyes es querer tener libertad para cometer todo tipo de agresiones y perversidades. Fue para librarse de tales barbaridades que el pueblo universalmente, con lucha y sangre, consolidó las democracias en el curso de la historia. El gobierno viene del pueblo, por el pueblo, a través del sufragio.

La élite brasileña, en gran parte de extrema derecha declarada, a través del aparato mediático, especialmente el control de la prensa corporativa, ha venido camuflando y ocultando a las masas desinformadas la continuidad del golpe a través de la trama de la amnistía. Sin embargo, no subestimes al pueblo. No todo el mundo está desinformado, porque las masas trabajadoras no tienen tiempo, dentro de un horario laboral de seis a uno, para enterarse de la trama golpista perpetrada contra la democracia. Sin embargo, incluso dentro de un régimen en el que el trabajador vive una agotadora carga de trabajo, hay quien busca, aun con la fatiga del cuerpo y de la mente, aclaraciones sobre su ciudadanía.

   La élite rica, blanca, supremacista y esclavista brasileña tiene una historia de buscar el apoyo de generales elitistas en los cuarteles para dar un golpe político contra el pueblo cuando no son refrendados por el proceso electoral en las urnas. Si no tienen éxito en sus intentos golpistas, utilizan la amnistía para eximirse del proceso de condena y de las respectivas penas. Por lo tanto, los golpistas no pasarán. Terminó diciendo ¡no! A cualquier complot de amnistía.   

 

*Licenciado en Historia por la Universidad Leonardo Da Vinci de Santa Catarina, Feira de Santana BA, Licenciado en Música por la UEFS-BA, Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el Estudio de la Deuda Pública (RICDP – www.ricdp.org), Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). 

 

Versión en portugués

O golpe da anistía

Sem anistia: o grito que ecoa há mais de 30 anos - Revista CultNos últimos dias, o tema mais central dentro da agenda política do Congresso Nacional brasileiro é o remédio constitucional, político e jurídico da ANISTIA.

   Na realidade, o povo brasileiro ainda não está livre de um golpe que se arrasta na história dessa república há mais de sessenta e um anos, pois o golpe militar em 1964 já vinha em curso desde o governo Vargas em 1954. Tão somente se materializou na data citada. Lamentavelmente, a última tentativa de golpe de estado, em 8 de janeiro de 2023, não se consumou, por recuo da cúpula organizadora de tal evento trágico, cuja acusação recai sobre o ex-presidente Jair Bolsonaro, o qual virou réu pela denúncia oferecida pelo PGR (Procurador Geral da República) da República do Brasil, desde o mês de março do ano em curso. Seria uma tragédia para o povo brasileiro se tal evento acontecesse. }

Nos arrepia só em pensar que um grupo de políticos, empresários, religiosos, militares, funcionários de diversos escalões do governo em todas as esferas, federal aos municipais, se confederaram para conspirar contra os pilares da democracia. Todos estes que se envolveram nessa trama conspiratória eram e são, diretamente ou indiretamente, beneficiados pela máquina administrativa do governo federal.

Alguns funcionários, porém, outros(as) são beneficiados através dos projetos de governos, tal como os empresários e religiosos, líderes de igrejas evangélicas que são isentos de impostos, e muitos empresários que são amparados pelas políticas econômicas do governo, relacionadas às políticas de financiamentos, principalmente, os empresários do agronegócio. Cómo actúa la alianza entre agroindustria y congreso brasileño para  garantizar el retroceso de la legislación socioambiental - SUMAÚMA

Representantes de tais instituições se juntaram ao governo golpista para atacar a democracia brasileira, com o intuito de não perderem as suas benesses. Juntando-se a tais grupos, também participaram da empreitada golpistas integrantes do crime organizado, tais como as milícias. Toda essa horda de facínoras se empenhou na tentativa de tomarem por força o destino da democracia brasileira.

   Para falar sobre o tema, é necessário explicar o que é o remédio político da “ANISTIA”.   Anistia é um recurso jurídico com base na Constituição Brasileira. É o perdão oficialmente concedido pelo executivo da presidência da república, após ser votado pelo parlamento.  É um ato do legislativo em que ficam extintas as consequências de um fato punível e qualquer processo sobre ele.

   Resumindo, no significado atual, o ato de anistiar é provocar um “esquecimento” das infrações cometidas, isto é, criar uma ficção jurídica, como se as condutas ilícitas nunca tivessem sido praticadas. Tal remédio político e jurídico se encontra no dispositivo da Lei. No Brasil, a Lei da Anistia é regida pelo Decreto-lei n.º 6.683, de 28 de agosto de 1979. Assinada pelo presidente João Baptista Figueiredo, ainda durante a Ditadura Militar, a Lei da Anistia no Brasil perdoa os crimes políticos cometidos de 1961 a 1979, à exceção dos que foram condenados por terrorismo, sequestro, assalto e atentado pessoal.

EntLa dictadura en Brasil en ocho escenas: la represión, los indígenas, la  presidenta, Camões o el error de Globo | EL PAÍS Américaretanto, é necessário entender que o tal dispositivo não pode ser aplicado em contextos parecidos com o que ocorreu entre os anos citados na lei. Naquele momento, o Brasil estava saindo de um período nefasto de ditadura militar, os crimes cometidos no período exigiam uma pacificação nacional, para tanto, se fazia necessário um contrato social entre o povo e a nova República que estava surgindo com os movimentos populares que exigiam eleições democráticas para a presidência já e diretas. O movimento era denominado “Caras Pintadas e a Redemocratização”.

   No atual momento, não há argumentos para que se aplique a anistia para perdoar políticos que se arvoraram em uma trama golpista para que usurpassem o governo federal. Contextualmente, pelo contrário, o Brasil vinha atravessando o período mais longo em toda a sua história de continuidade plena democrática, desde 1985, um romance feliz de estabilidade democrática, conturbado e perturbado no momento em que um grupo eleito pelo processo do sufrágio, claro, seguro e transparente, foi contestado.

Desde então, se criou um contexto de instabilidade por baderneiros insatisfeitos com os resultados das eleições de 2022, em que foi eleito o presidente Luís Inácio, o Lula. Desde então, os baderneiros da ordem institucional se insurgem pela violência e agressões verbais, em que as pessoas são conturbadas com Fake News, para que os vilões da democracia tentem se apoderar pela força da brutalidade e selvageria, tomarem o Estado pela violência, com o intento de demolirem o STF. (SUPERIOR TRIBUNAL FEDERAL).

   O dispositivo da Lei da Anistia usado capciosamente pelos envolvidos, dentro dessa ideologia que tentamLula entra em campo para conter crise com STF e recebe ministros no Alvorada - Estadão inocentar criminosos, se configura a continuidade do golpe. Na realidade, esse golpe continua em curso, tentando abafar pelo pretexto de se anistiar essa horda de malfeitores que queria implantar um governo violento e criminoso. Pois, governar sem uma corte jurídica que interprete as leis é querer ter a liberdade para se cometer todo tipo de agressões e perversidades. Foi para se livrar de tais barbaridades que a população, universalmente, com luta e sangue, consolidou as democracias no curso da história. O governo emana do povo, pelo povo, por meio do sufrágio.

   A elite brasileira, em grande parte de extrema direita declarada, através dos aparatos midiáticos, principalmente do controle da imprensa corporativa, vem camuflando e escondendo da massa desinformada a continuidade do golpe através da trama da anistia. Entretanto, não subestimem o povo. Nem todos são desinformados, pois a massa trabalhadora não tem tempo, dentro de uma escala de serviço de seis por um, para se informar sobre a trama de um golpe perpetrado contra a democracia. Porém, mesmo dentro de um regime em que o trabalhador vive uma exausta carga de trabalho, há aqueles que buscam, mesmo com o cansaço do corpo e da mente, esclarecimentos sobre a sua cidadania.

   A elite rica, branca, supremacista, escravocrata brasileira tem o histórico de que, quando não é referendada pelo processo eleitoral, nas urnas, busca nos quartéis o apoio de generais elitistas para golpear o povo politicamente. Caso não tenham êxito em seus intentos golpistas, se valem do recurso da anistia para se isentarem do processo condenatório e das respectivas penas. Portanto, golpistas não passarão. Termino dizendo não! A qualquer trama de ANISTIA.   

**Editor de Outras Palabras