OMC: Incertidumbre en torno a la política comercial
Eduardo Camín
El comercio mundial de mercancías se mantuvo estable durante el cuarto trimestre de 2024 y todo parecía indicar que seguiría creciendo durante los primeros meses de 2025, después de que el Barómetro sobre el Comercio de Mercancías de la OMC alcanzara un valor de 102,8, prácticamente sin cambios con respecto a la cifra de 102,7 registrada el pasado diciembre. Sin embargo, el aumento de la incertidumbre en torno a la política comercial y la perspectiva de nuevos aranceles podrían lastrar el comercio a mediano plazo.
El Barómetro sobre el Comercio de Mercancías apenas registra cambios a principios de 2025, aunque se cierne la incertidumbre en torno a la política comercial. El Barómetro del Comercio de Mercancías es un indicador adelantado compuesto del comercio mundial que proporciona información en tiempo real sobre la trayectoria del comercio de mercancías en relación con las tendencias recientes. Los valores del barómetro por encima de 100 se asocian con volúmenes de negociación por encima de la tendencia, mientras que los valores del barómetro por debajo de 100 sugieren que el comercio de mercancías ha caído por debajo de la tendencia o lo hará en un futuro próximo.

La última lectura de 102,8 para el índice del barómetro (representado por la línea azul en el gráfico) es superior tanto al índice de volumen de comercio trimestral (representado por la línea negra) como al valor de referencia de 100. Normalmente, esto significaría que el comercio de mercancías ha sido superior a la tendencia, con una aceleración del crecimiento.
Sin embargo, la creciente incertidumbre sobre la política comercial podría haber impulsado temporalmente el comercio, ya que las empresas y los consumidores prevén importaciones antes de posibles medidas, lo que podría reducir la demanda más adelante en el año. Por lo tanto, el índice del barómetro debe interpretarse con cautela.
En el tercer trimestre de 2024 —el último período para el que se dispone de datos de la OMC—, el volumen del comercio mundial de mercancías siguió recuperándose de la caída comercial de 2023, aumentando un 3,3% interanual. La evolución de los tres primeros trimestres del año pasado coincidió en líneas generales con las últimas previsiones comerciales de la OMC del 10 de octubre, que esperaba un crecimiento del volumen comercial del 2,7 % para el conjunto de 2024.
importaciones de Europa fueron mucho más débiles de lo esperado, mientras que las exportaciones asiáticas y las importaciones norteamericanas superaron las expectativas. La publicación del próximo informe de la OMC sobre Perspectivas y estadísticas del comercio mundial, está previsto para abril de 2025.
Todos los índices que componen el índice están actualmente en línea o por encima de la tendencia. Los pedidos de exportación (101,0), los componentes electrónicos (102,3) y las materias primas (101,6) mantienen una tendencia, mientras que los índices de productos automotrices (105,5), transporte de contenedores (103,7) y carga aérea (102,7) están por encima de la tendencia en diversos grados. Las órdenes de exportación, que suelen ser el elemento más predictivo del barómetro, se mantienen cerca del valor de referencia de 100. Este indicador debe ser monitoreado de cerca para detectar cualquier signo de una desaceleración comercial incipiente.
Una liturgia imprescriptible
Asistimos día tras día al vergonzoso espectáculo del capitalismo neoliberal, tal vez por eso nos interesan la crisis del capitalismo. Hace mucho tiempo que nos vendieron la idea que la OMC era la solución para resolver la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Recordemos que China lleva mucho tiempo siendo el chivo expiatorio del occidente, acusada de prácticas ilegales de todo tipo.
De ahí que en su primer mandato del gobierno de Donald Trump decidió empezar una guerra comercial “fácil de ganar” según sus dichos de la época, para proteger unilateralmente sus intereses nacionales e incluso se profundizo bajo el mandato del presidente Joe Biden. En este segundo mandato de Donald Trump nos convoca a más de lo mismo, y aunque la OMC esta advertida, en realidad su poder de decisión como organización es casi nulo, apenas actúa como un espejo retrovisor del lobby empresarial guiado por un neoliberalismo cada vez más exigente.
Que justifica robos saqueos por doquier y aunque la OMC y sus acuerdos estén anclados en el derecho internacional nada los detiene a la hora de saquear recursos y comprometer el destino de la humanidad.
Por su parte la Comisión Europea -en plena crisis existencial- está valorando denunciar las medidas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). En Bruselas consideran que las medidas son «ilegales» ya que estas vulneran las normas de la OMC, aunque primero quieren conocer la «imagen completa», esto es, las posibles tarifas adicionales de la administración Trump o al menos, los posibles nuevos aranceles que imponga en el corto plazo.
Esta diatriba, se podría haber escrito, casi palabra por palabra, en 2018, por ejemplo, cuando Bruselas había impugnado las medidas de Trump ante la OMC por las tarifas que aplicó al acero y al aluminio. Igualmente describe la situación actual, en febrero de 2025, después de que Trump haya anunciado que los nuevos impuestos del 25% a estos dos materiales entrarán en vigor en marzo, o abril. Y el desenlace seguirá los mismos derroteros, porque, aunque finalmente se acuda a la Organización, la capacidad de la OMC como ya lo dijimos está muy limitada.

Ya que la anterior Administración Trump bloqueó el organismo en 2019 paralizando la renovación del órgano de apelación, esta misma situación se mantuvo bajo el mandato del presidente Joe Biden y el arlequín de la Casa Blanca no parece dispuesto, a desbloquearlo. Es más, en el pasado insinuó con la que China ha anunciado que impondrá a Estados Unidos por el mismo motivo.
Y de forma paralela, Bruselas trabaja ya en las «contramedidas firmes y proporcionadas» lo que evidentemente supuso una amenaza o al menos el primer ataque directo a Trump, un paso muy notable para los estándares europeos y la constatación de que Europa impondrá también aranceles a productos estadounidenses. Es obvio que los aranceles son impuestos malos para las empresas, no obstante, peores lo son para los consumidores.
Hoy la OMC navega en las agitadas aguas de un mundo fragmentado, aquella fase de la globalización asentada en la creación reciente OMC se ha agotado y se vive en la desilusión. No hay crecimiento imparable sino crisis económica, no hay futuro cierto, sino inestabilidad e incertidumbres generalizadas. Mientras tanto azora la guerra, convivimos con la violencia, y en la evidencia de una nueva oligarquía mundial organizada en el reparto de zonas de influencia económicas para asegurarse parte del botín. La indecencia del capital implica adueñarse de ciertos sectores estratégicos y la explotación del petróleo, gas, agua, tierras raras y el oro verde de la biodiversidad.
Cambiar el mundo no es una esperanza …es simplemente el camino.
*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la