El megaincendio de los Ángeles y el negacionismo climático

53

Beverly Fanon-Clay

Las imágenes apocalípticas de los incendios en Los Ángeles, la segunda ciudad más grande de Estados Unidos demuestran que este desastre natural, el más costoso y de mayor escala en la historia del país un evento sin precedente en Estados Unidos.

Como suele suceder con los desastres, los noticieros y las imágenes en las redes dan la impresión de que toda la ciudad está en llamas –algo en parte nutrido por el hecho de que los dañados incluyen estrellas de Hollywood sólo multiplica la atención–; la mayoría de esa gran metrópolis no está afectada de manera directa. Sin embargo, sí son más de 10 mil estructuras dañadas, hay decenas de miles de desplazados y la zona devastada es algo así como el tamaño de Manhattan y aún no se han controlado todos los incendios.

Los incendios dejaron un saldo parcial de 24 muertos y 23 desaparecidos, más de 150 mil evacuados, arrasado 160 kilómetros cuadrados y quemado miles de viviendas. Son alimentados por condiciones meteorológicas intensificadas por el cambio climático provocado por el hombre y alimentado por el negacionismo de las autoridades.

Los noticieros y las imágenes en las redes dan la impresión de que toda la ciudad está en llamas –quizá porque los damnificados incluyen estrellas de Hollywood–; la mayoría de la población no está afectada de manera directa, aun cuano más de 10 mil estructuras fueron dañadas, hay decenas de miles de desplazados y la zona devastada es algo así como el tamaño de Manhattan.

Este infierno angelino tiene implicaciones nacionales, ya que no se puede desvincular del manejo político –o más bien, irresponsabilidad política– ante la crisis del cambio climático y los modelos de desarrollo urbano. Los Ángeles no sólo es la segunda ciudad estadunidense, eje de California, el estado más rico del país, y por sí solo, es equivalente a la quinta economía mundial. También la segunda ciudad con mayor cantidad de mexicanos en el mundo.

Este desastre en el estado más rico del país más rico del mundo revela el nivel de irresponsabilidad, avaricia y arrogancia de las cúpulas políticas y empresariales al ignorar los peligros relacionados con el cambio climático y las consecuencias de construir sobre zonas frágiles. No es la primera llamada en esos mismos lugares, aunque los desastres anteriores no fueron de esta magnitud.

Los bomberos observan cómo se arroja agua sobre el incendio de Palisades en Mandeville Canyon el sábado 11 de enero de 2025, en Los ÁngelesTambién muestra el nivel mediocre y peligroso del juego político en esta coyuntura. Desde que los incendios empezaron a salirse de control, Donald Trump, el primer presidente electo condenado como criminal, y su gente, usaron la emergencia como oportunidad política al acusar al gobernador de California y la alcaldesa de Los Ángeles –ambos demócratas– de ser los responsables del desastre.

Y arremetieron con un torrente de desinformación culpando a las regulaciones ambientales de los demócratas y a sus jefes de bomberos y otros servicios de emergencia incompetentes, contratados para cumplir con requisitos de empleo de diversidad racial y sexual. Todo, mientras arden partes de la ciudad, desviando la atención del desastre que produjo sus políticas.

Desde Colorado hasta California y Hawái, las reactivaciones de incendios anteriores han sido la causa de algunos de los incendios forestales más catastróficos y mortales del país. Este verano, las autoridades de California lanzaron una campaña en redes sociales para advertir a los residentes que terrenos quemados pero aparentemente apagados pueden originar nuevos incendios mortales semanas después, ya que el fuego puede permanecer latente casi de forma imperceptible bajo tierra o en la madera. Los investigadores sólo están empezando a buscar la causa del incendio de Palisades, el primero y más grande de lo que se convirtió en una aterradora serie de incendios de varios días de duración que afectó a casi todos los rincones de la extensa región de Los Ángeles.

El proyecto ClimaMeter, financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), publicó un para analizar la influencia de la crisis climática en esta catástrofe natural. La conclusión es que, en comparación con el pasado, las condiciones meteorológicas en enero de 2025 en el área afectada por el fuego son hasta 5 °C más cálidas, hasta un 15 % más secas y un 20 % más ventosas.

“Atribuimos estas condiciones al cambio climático provocado por el hombre. La variabilidad climática natural probablemente jugó un papel menor”, sentencian los investigadores Greta Cazzaniga y Davide Farand, autores del estudio.

Un edificio que albergaba restaurantes y cafeterías, entre otros negocios, aparece destruido por el incendio de Palisades en Pacific Palisades, California, el 12 de enero de 2025.
Un edificio con restaurantes y cafeterías destruido por el incendio en Pacific Palisades

En su análisis, los científicos describen una serie de “anomalías” respecto a situaciones meteorológicas similares para esta época del año observadas décadas atrás, como temperaturas superficiales más elevadas, la falta de precipitaciones y la velocidad el viento, con rachas muy fuertes que soplan desde las cadenas montañosas de California hasta el océano Pacífico, provocadas por la baja presión (depresión superficial) de toda la zona.

Las condiciones climáticas extremas, advierte el estudio, como las olas de calor, las sequías y las fuertes precipitaciones, “contribuyen a las condiciones que favorecen los incendios forestales” y hay una “creciente influencia” del cambio climático en la frecuencia y extensión de estos eventos.

Los autores citan los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sobre cómo éste, inducido por la quema de combustibles fósiles ha aumentado significativamente las áreas quemadas por incendios forestales en ciertas regiones, alargado las temporadas climáticas de incendios – entre junio y noviembre en California- y extendido el fuego a regiones anteriormente no expuestas a tal riesgo.

se ve una casa de dos pisos incendiada por completoAñade que “las fuentes de variabilidad climática natural” ((baja humedad, altas temperaturas y fuertes vientos) están influyendo de forma “parcial” en el fenómeno. “Esto significa que los cambios que observamos en el fenómeno en comparación con el pasado pueden deberse principalmente al cambio climático provocado por el hombre”, subrayan los científicos.

Es frecuente, entre quienes niegan el cambio climático, la acusación de invención de la misma por parte de tendencias políticas de Izquierda, aunque el cambio climático es advertido por numerosas corrientes políticas y sociales, así como por estudios científicos que los respaldan.

Ni hablar de los defensores ambientales (quienes en su inmensa mayoría perteneces a pueblos originarios), quienes presencian las consecuencias de primera mano, siendo que son los responsables de cuidar el 80% de la biodiversidad que aún queda en el planeta y quienes son mayormente asesinados por hacerlo (en el 2023 fueron asesinadas 193 personas por ser defensoras de la tierra, según la Global Witness. Aún no están los datos del 2024).

El actor James Woods, quien niega enfáticamente el cambio climático e incluso otros fenómenos mundialmente conocidos (como el genocidio en Gaza), el 9 de enero perdió su hogar durante los incendios en Los Ángeles. Se suma a la larga lista de «celebridades» que han perdido sus mansiones, devoradas por el fuego, como Paris Hilton, Diane Warren, Jamie Lee Curtis, entre otros. Como contracara, la banda Bad Religion tiene una canción llamada Los Ángeles se incendia publicada hace mas de 20 años.

En su historia de Los Ángeles, City of Quartz, publicada en 1990, Mike Davis escribió que “el significado histórico mundial final… de Los Ángeles es que ha llegado a tener el doble papel de utopía y distopía para el capitalismo avanzado”.

“Los Ángeles se ha colocado en peligro de manera deliberada. Por generaciones, la urbanización impulsada por el mercado ha transgredido el sentido común ambiental… Como resultado, el sur de California ha cosechado tragedias de inundación, incendio y sismos…”, señaló en 1998. Agregó que vista desde el espacio, la ciudad que en algún momento se alucinó como una con un futuro sin límites naturales o límites sociales ahora deslumbra a los observadores con la inquietante belleza de un volcán en erupción.

* Socióloga estadounidense, profesora universitaria, colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). Traducción de Victoria Korn

 

Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.