Bolivia: La derecha tampoco logra unirse
Boris Acosta Reyes
Jorge “Tuto” Quiroga, el expresidente, que completó el mandato de Hugo Bánzer en 2002, quien había acordado con los tres principales líderes de la autocalificada “oposición democrática” buscar un candidato común y de consenso para derrotar en 2025 al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), aseguró que presentará su candidatura de manera «irreversible
La jugada amenaza con dividir y debilitar a la oposición de cara a las elecciones de agosto de 2025. Los expresidentes Carlos Mesa y Jorge Tuto Quiroga, además del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho y el empresario Samuel Doria Medina habían anunciado la conformación de un bloque común para competir en las elecciones presidenciales del año que viene.
La derecha boliviana pretende aprovechar la ruptura en el MAS que terminó expulsando a Evo Morales del movimiento que fundó, para quedar en manos del presidente Luis Arce. El acuerdo contaba con las metas de terminar con el ciclo del MAS y contar con un programa que «cambie radicalmente el actual rumbo de la catástrofe o hacia la catástrofe», con “una economía abierta y un país sin perseguidos ni presos políticos”.
Hasta el momento, no había un candidato definido pero el objetivo ras evitar la atomización para lograr lo que consideran una victoria segura. La alianza de derecha había nacido a dos meses de la fecha límite (15 de febrero de 2025) previsto por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para oficializar las candidaturas rumbo a las elecciones del 10 de agosto próximo.
De los cuatro referentes de derecha, Camacho está detenido por la causa que investiga el golpe de estado contra Evo Morales en 2019 y está preso a pesar de ser gobernador de Santa Cruz.
En el documento conjunto leído por Mesa dice que «Bolivia está en un momento decisivo de su historia» puesto que vive una de sus peores crisis económicas, sociales y políticas, producto de «18 años de desgobierno del MAS, conducido irresponsablemente por Evo Morales y Luis Arce». Añadía que «las elecciones de 2025 definirán el futuro de Bolivia, razón por la cual los políticos del bloque opositor acodaron sellar el acuerdo el cual nace de escuchar la voz popular».
«Nos comprometemos a hacer realidad la unidad que garantice una sola candidatura de oposición en las elecciones presidenciales, que incluya a todas las fuerzas y liderazgos democráticos sin ningún tipo de exclusión. Estamos convencidos de que ese candidato o candidata debe contar con el apoyo de todos», señala el documento. Quiroga rompió el acuerdo.
«Yo soy candidato a presidente irreversiblemente. Voy con todo, voy con fuerza», dijo tras haber firmado el acuerdo con los otros tres referentes de la derecha y «renunciar a aspiraciones personales en favor de un bien común». Quiroga está convencido de tener la oferta de «claridad» y «firmeza» y no cerró ninguna puerta a todas aquellas fuerzas que quieran trabajar en torno a su candidatura.
Uno de los principales dirigentes del pacto, Samuel Doria Medina, consideró que es un “error” la postura de Quiroga. «Firmar un documento en la mañana y en la noche decir ‘no lo voy a cumplir’ es sepultarse políticamente», dijo. «La unidad es un proceso difícil, frágil. Ha sido una demanda de la sociedad, hay que cuidarla día a día», afirmó, tras pedir a la población que no vote a los “grinch” que buscan «sabotear» este proceso.
Doria Medina recordó que el acuerdo no definía quién sería el candidato, sino el compromiso a apoyarlo una vez fuera elegido, para lo cual se barajan diferentes fórmulas, ya sea por encuestas o elecciones primarias. «Lo importante es la voluntad de no dividir el voto», afirmó.
El miércoles pasado Quiroga, Doria Medina, el también expresidente y excandidato en 2020, Carlos Mesa, y Efraín Suárez -en representación del encarcelado Luis Fernando Camacho- presentaron un acuerdo de unidad con el que esperan derrotar al MAS, que lleva en el poder casi 20 años y vive su propia lucha interna entre Luis Arce y el expresidente Evo Morales.
Las primeras grietas del pacto de derecha comenzaron a aparecer con la alianza de Quiroga con el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), rompiendo así su tradicional alianza con Comunidad Ciudadana de Carlos Mesa.
Camacho, gobernador electo de Santa Cruz y acusado como partícipe en el caso Golpe de Estado por terrorismo, cohecho activo, uso indebido de bienes del Estado y otros delitos cometidos en noviembre de 2019 que forzaron la renuncia de Morales y abrieron paso al gobierno de facto de Jeanine Áñez, había celebrado eufóricamente el acuerdo en redes sociales.
Desde la prisión pidió coordinar y conversar sobre la unidad, y asumió el compromiso de terminar la “histórica fragmentación de la oposición” para derrotar al MAS. Señaló que “se trata de un acuerdo firmado por cuatro fuerzas políticas y sus respectivos líderes, pero es un proceso abierto a todos los líderes y fuerzas que sean opositoras al masismo que quieran participar en esta gran cruzada para recuperar la democracia”.
Y agregó que “no se trata de una Alianza Política con fines electorales. (…) Lo que hemos firmado es un acuerdo, pedido por la gente, para que llegado el momento, podamos presentar un candidato único de la Oposición Democrática y derrotar en las ánforas al masismo y sacar al país de la crisis”, señaló. Un deseo que ahora se pone en duda con la jugada solista de Quiroga.
Mientras, subsiste la crisis en el MAS, con el enfrentamiento entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario Luis Arce: ambos quieren la candidatura presidencial. Morales tiene orden de captura, pero la Policía aún no recibió la orden de detenerlo, pese a que el jueves la fiscalía emitió una alerta migratoria y un pedido de captura por un supuesto delito de trata de personas al haber mantenido una relación con una menor en 2015.
Arce endureció el discurso contra el flamante armado de derecha y denunció que quieren «volver a privatizar todo». El presidente habló como eventual candidato y dijo que el MAS es la única alternativa de izquierda, en un tiro por elevación a Morales, que queda sin la posibilidad de competir por el movimiento que fundó, pero insiste a pesar del impedimento judicial, mientras algunos de sus seguidores están cruzando la vereda para alinearse con Arce.
Entre ellos, el presidente del Senado y vicepresidente de la Federación de los Trópicos de Cochabamba, Andrónico Rodríguez. El panorama para Evo es complejo en términos políticos pero al mismo tiempo avanzan graves causas judiciales que pueden complicarlo como la de abuso contra una menor cuando era presidente.
El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, pidió el viernes a Evo que dejara “de victimizarse” y respondiera “ante la Justicia”. Para Ríos, “no se trata de una persecución política, o de un proceso político, sino de un delito que tiene como víctima a una menor de edad. Además, se presume que existen otras víctimas. Debe responder de manera personal ante la Justicia”, dijo.
*Sociólogo y periodista bolivano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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