Rubén Armendáriz
La relación entre el presidente libertario Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel está irremediablemente rota, y el mandatario expone esta tirantez como un mensaje disciplinador hacia el resto del universo libertario. Villaruel es la Presidenta del Congreso, pieza fundamental para que se aprueben las propuestas del gobierno.
La pelea entre Milei y Villarruel no es nueva, sino que se viene desde antes del triunfo de la fórmula libertaria en las elecciones, cuando, según el entorno de Milei, Villarruel empezó a reclamar lugares en las listas bajo amenaza de retirarse de la campaña.
Fue una cuenta de Twitter que maneja el principal asesor presidencial Santiago Caputo desde las sombras la que salió a instalar esta transgresión originaria: «Tal vez extorsionar amenazando con bajarse el día de cierre de listas no haya sido el mejor curso de acción», deslizó la cuenta «MileiEmperador» poco después de las críticas presidenciales.
Desde entonces, Villarruel fue meticulosamente apartada de todos los lugares de toma de decisiones, donde cada vez aparece con más fuerza Karina Milei, hermana del mandatario y Secretaria de la Presidencia. Pero Villarruel sigue con su armado territorial, apostando a un espacio de derechas (no de ultraderecha) para disputar las listas de cara a las elecciones del año próximo. En su entorno sostienen que intenta representar a los votantes moderados del oficialismo.
Pero la pelea Milei-Villarruel no es la única en la puja de poder. Fernando Luis Mengo no llegó a cumplir un año como jefe de la Fuerza Aérea Argentina (FAA). Salió eyectado antes entre acusaciones de que usaba los aviones para ir a visitar a su pareja y de supuestos casos de abuso o acoso contra integrantes de la Aeronáutica. En el mundo político escuchan con desconfianza las versiones que dio el ministro de Defensa, Luis Petri, y apuestan a una puja de poder dentro de las Fuerzas Armadas.
El Gobierno argentino volvió a demostrar su alineamiento con el genocidio que el Estado genocida de Israel, que viene protagonizando una masacre contra la población de Gaza desde hace más de un año. Luego de que se conociera el pedido de detención de la Corte Penal Internacional contra Benjamin Netanyahu, el presidente Javier Milei anunció en las redes sociales su apoyo al primer ministro de Israel.
¿Sólo candidatos de los ricos?
Mientras, Manuel Adorni, vocero presidencial, anunció que el gobierno envió al Congreso dos proyectos para eliminar las PASO (elecciones primarias, abiertas y simultáneas), eliminar el financiamiento estatal de las campañas electorales aumentando el aporte privado y reformar el sistema de partidos, entre otras medidas.
Obviamente, trata de aplicar un fenomenal ajuste que beneficia sólo a los más poderosos del país, solo los ricos podrán hacer política y privar a los electores de su derecho democrático a escuchar en igualdad de condiciones todas las propuestas.
Espionaje social
Mientras, Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, creó una unidad especial para impulsar el uso de los agentes encubiertos a lo largo y ancho del país. intentado habilitar la infiltración en organizaciones sociales , lo que vienen sucediendo desde diciembre del año pasado. La resolución no contempla controles democráticos para evitar que las fuerzas terminen haciendo espionaje por razones políticas, para lo que –pareciera- son creadas.
La Policía Federal de Brasil acusó al expresidente Jair Bolsonaro y otras 36 personas de planificar un golpe de Estado contra Lula Da Silva, tras las elecciones de 2022. Ellos figura el argentino Fernando Cerimedo, asesor de Javier Milei y que ahora es investigado por formar parte de una organización criminal, que incluye a militares de alto rango, por los delitos de abolición violenta del Estado Democrático y golpe de Estado.
Cerimedo es especialista en marketing político, dueño de medios digitales, entre ellos La Derecha Diario, y está vinculado con las ultraderechas latinoamericanas. Desde el Partido de los Trabajadores (PT) hablan de un “despacho del odio, una industria de desinformación financiada por el aparato del Estado brasileño””, comandado por Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente, y Cerimedo.
El FMI al rescate
En esta Argentina de gobierno libertario, mientras el gobierno profundiza la desregulación económica, las áreas de gestión son ocupadas por funcionarios directamente vinculados con firmas privadas en las que integran el directorio, son socios o representantes.
“Hoy, los argentinos estamos muy desorientados (dominados por la incertidumbre), angustiados, ansiosos, impotentes, temerosos y paralizados por un presente tan cambiante que nos empuja a la vera del camino de nuestras vidas. Estamos encerrados en una encrucijada patológica: el presente es un terremoto y el futuro absolutamente incierto”, señala un informe del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Ujniversidad de Buenos Aires.
Al menos 55 los funcionarios de alto rango (ministerios y secretarías) registran 180 participaciones en más de un centenar de sociedades comerciales y empresas de diferentes sectores de actividad sobre los que, a su vez, ellos mismos toman decisiones desde el Estado. El Ministerio de Economía tiene 23 funcionarios de rango superior con posibles conflictos de intereses, incluyendo al propio titular de la cartera, Luis Caputo.
Mientras, el Fondo Monetario Interncional (FMI) confirmó la apertura de las negociaciones con el gobierno argentino para un nuevo acuerdo de asistencia financiera que entrará en vigencia después de que finalice el actual, en diciembre de este año. En el marco de la cumbre del G20, la directora del FMI, Kristalina Georgieva y Milei mantuvieron una reunión, el martes en Río de Janeiro. La jefa del FMI señaló que “estamos listos para apoyar a Argentina y a su pueblo”.
El actual acuerdo de facilidades extendidas entre las partes, que permitió al gobierno cubrir los vencimientos por el
préstamo otorgado al expresidente neoliberal Mauricio Macri en 2018 (en realidad un refinanciamiento), está prácticamente terminado: sólo queda una auditoría de rutina por parte del FMI y un último desembolso de 1.100 millones de dólares.
Si bien se estima que en los últimos meses Argentina no cumplió algunas de las metas estipuladas, como la unificación cambiaria y el crecimiento de las reservas internacionales, se descuenta que el staff técnico del Fondo dará por aprobada la revisión pendiente, alegando el fuerte superávit fiscal y financiero que logró el gobierno de Javier Milei y el cese de la emisión monetaria.
Para el gobierno argentino, las prioridades de un nuevo acuerdo pasan por conseguir dinero fresco y en efectivo para asegurar el pago de los vencimientos de deuda del año que viene (sólo los bonos soberanos insumirán 5.800 millones de dólares, entre amortizaciones e intereses) y reforzar las reservas con vistas al demorado levantamiento del cepo cambiario.
El staff del FMI está preocupado por su elevada sobreexposición a la Argentina, que le debe 44.000 millones de dólares.
*Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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