Incautaciones récord de cocaína en Europa pasan por el puerto de Montevideo.
Nicolás Centurión
Otra vez el puerto de Montevideo es noticia y esta vez por partida doble. En cuestión de un mes se encontraron casi ocho toneladas de cocaína entre los puertos de Barcelona y Lisboa. Las cargas vinieron desde Paraguay, tocaron puerto en Montevideo y siguieron rumbo a Europa. Las autoridades de ambos países se echan culpas y aún no se sabe dónde se “contaminó” la carga.
Lisboa
Un procedimiento de la policía de Lisboa arrojó como resultado la incautación de 3.600 kilos de cocaína camuflada en harina de soja. El envío había sido controlado con un escáner del puerto de la capital uruguaya, pero no se detectaron irregularidades. Esta incautación ha sido la más grande en lo que va del año en el país luso.
Cuando la droga fue encontrada en Portugal, las autoridades aduaneras de ese país emitieron una alerta tanto a Uruguay como a Paraguay. Esto se dio porque el protocolo indica que, una vez encontrada la sustancia, se debe avisar a los puntos donde quedó parada la mercadería que lleva el contenedor y también al último lugar desde donde la carga salió.
La droga fue incautada en agosto y Uruguay recibió la alerta hace aproximadamente 15 días.
En el puerto de Montevideo funciona, hasta ahora, un único escáner para hacer los monitoreos. El gobierno uruguayo compró tres nuevos artefactos para el control de los contenedores que pasan por su puerto que permitirían ampliar la capacidad de monitoreo a un 75%, pero estos todavía se encuentran en proceso de instalación.
En el gobierno paraguayo cuestionaron el funcionamiento de los artefactos de control de la terminal uruguaya. El titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, aseguró en ABC Color que el escáner en el puerto de Montevideo no es tan sofisticado como el que tiene la DNIT y tampoco descartó que haya sido contaminada en altamar.
La hipótesis de la Senad es que el cargamento de harina fue contaminado con cocaína en su trayecto posterior a la salida desde Paraguay, señaló. Planteó, por ejemplo, que la carga no fue escaneada en Francia (donde estuvo entre el 4 y el 11 de agosto) y sostuvo que sí se inspeccionó en Montevideo, donde tampoco se reportaron irregularidades.
La versión en Uruguay es distinta a la que manejó el titular de la Senad paraguaya: aseguran que la droga fue cargada en Paraguay, según informó el noticiero Telenoche de Canal 4.
Barcelona
Cuatro mil 200 kilos de cocaína fueron hallados en el puerto de Barcelona. Nuevamente la carga fue hecha en Paraguay y tocó puerto en Montevideo. Esta vez, el contenedor venía con costales de arroz. Esta incautación también es la más grande en lo que va del 2024 en España.
El objetivo es identificar a la empresa responsable del transporte entre Paraguay y Uruguay. Este esfuerzo busca desentrañar las complejidades logísticas de la operación y exponer posibles conexiones con redes criminales, según informó el medio paraguayo La Nación.
aún no se ha confirmado si fue escaneado durante su paso por el puerto de Montevideo. Las investigaciones continúan para esclarecer los detalles del operativo.
El presidente Luis Lacalle Pou habló de este tema públicamente y destacó que se inició una investigación. Apenas se está investigando a dos funcionarios, como si ese fuese el punto. Una medida (que se debe tomar) pero que corta por el lado más fino. Una constante en el gobierno de Lacalle que ha sido bastante laxo e indulgente con el tráfico a gran escala, pero que un día si y otro también, monta operativos contra el narcomenudeo como si fuesen grandes golpes a los poderosos.
¿Hay que combatir a las bocas barriales? Si, claro que si. Pero antes tenemos que rever nuestro propio abordaje a este tema. Ya de pique, plantear “combate”, denota una acción de enfrentamiento y confrontación que no ha dado resultado desde los 60 hasta ahora. Será hora de cambiar el paradigma, pero muy difícil si se sigue siendo permisivo con los de cuello blanco.
Sino veamos lo que está pasando en el litoral uruguayo.
No vamos a buen puerto.
En los últimos días una noticia pasó un poco desapercibida por los uruguayos. Estamos hablando de la concesión por parte del gobierno de Luis Lacalle por 50 años a un puerto privado de yates construido de forma «ilegal». Se trata de una terminal privada construida en el complejo hotelero Buena Vista, ubicado a 20 kilómetros de Carmelo, en el departamento de Colonia en el oeste de Uruguay y a minutos de Buenos Aires.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas decidió otorgar a Misticar S.A, una concesión de ocupación de la fracción de álveo del Río de la Plata por 50 años, «necesaria para la construcción y desarrollo del atracadero para embarcaciones deportivas denominado Puerto Buena Vista».
La empresa de Bonomi y Kern fue denunciada años atrás por trabajo esclavo y por tener talleres clandestinos de confección de prendas. Funcionarios aduaneros de Carmelo habían alertado en 2018 que tanto al Puerto Camacho como al Puerto Buena Vista, ingresaban «yates argentinos sin control alguno» y que «entra todo por ahí».
El primer puerto mencionado, se ubica en un country gestionado por el empresario argentino Eduardo «Pacha» Cantón. Mientras que Buena Vista es propiedad de los argentinos Eduardo Bonomi y Cynthia Kem, una familia reconocida por sus negocios en el mundo de la moda, emprendimientos hoteleros y gastronómicos, tales como Kosiuko, Herencia Custom Garage y el hotel de lujo, Casa Chic (también en Carmelo).
Bonomi y Kem registraron una firma en Uruguay con el nombre de ‘Misticar’, y comenzaron a realizar obras. Misticar compró la histórica bodega Icardi y le agregó un hotel. Compró tierras sobre la costa del Río de la Plata (100 metros del kilómetro cero del Río Uruguay) y construyó el hotel boutique ‘Casa Chic’, y fraccionó uno de los campos en “200 lotes de 1500 a 5000 m2”, transformándolo en barrio privado.
Construyó un helipuerto y tiene a punto de estrenar, aunque ya funciona, un puerto náutico para “60 amarras de hasta 60 pies” con, según publicita, “un seguro ingreso desde el canal principal del Río de la Plata”. Todo el emprendimiento está “a sólo 15 minutos en avión desde la ciudad de Buenos Aires y a una hora y media en lancha”, como afirma en páginas web que promocionan los establecimientos, entre ellas la de la inmobiliaria ‘Covello International’.
Nadie sabe cómo ingresan al country los materiales que utilizan para embellecer las lujosa construcciones, de dónde proviene el mobiliario, si se compra en Uruguay, si ingresa del exterior pagando impuestos o simplemente se traen de contrabando.
Tampoco está claro cuántos turistas ingresan en forma legal y cuántos simplemente subiéndose a helicópteros o yates para cruzar de una margen a otra del Río de la Plata (“15 minutos” por aire, y “una hora y media” por agua).
Desde hace dos décadas El Eco, medio periodístico de la zona, viene denunciando que estos emprendimientos están plagados de irregularidades.
Este caso es solo una pequeña muestra de las irregularidades, las “vistas gordas”, la complicidad, la desidia, en el mejor de los casos de un Estado que arrastra falencias desde hace décadas y un gobierno que facilita este tipo de negocios.
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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