Al ultraderechista Musk, sus millones y amenazas, los paró la justicia brasileña
Juraima Almeida
Elon Musk, propietario de corporaciones como X (antes Twitter), Tesla, SpaceX y Starlink, entre otras, insinuó posibles represalias, contra Brasil, sugiriendo la confiscación de bienes brasileños en Estados Unidos si el Supremo Tribunal de Justicia no revierte la medida de suspensión de los servicios de la red social y la confiscación de activos de SapceX .
Musk mantiene un enfrentamiento con la justicia brasileña debido a su empecinamiento en desafiar órdenes judiciales que exigían el bloqueo de perfiles y contenidos asociados con la difusión masiva de noticias falsas y ataques a la democracia brasileña. Según el tribunal, Musk no solo ignoró estas órdenes, sino que también retiró a sus representantes legales del país.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reafirmó que todas las empresas que operan en el país deben cumplir con sus obligaciones legales. “El hecho de que un hombre tenga mucho dinero no significa que pueda faltarle el respeto (a la ley)”, aseveró.
La plataforma y su dueño también se han negado a nombrar un representante legal en Brasil, como le exige la legislación brasileña. La clausura será levantada, según el fallo judicial, cuando X cumpla las órdenes de cerrar los perfiles sospechosos, pague las multas millonarias que lleva acumuladas y nombre un representante en Brasil.
El multimillonario estadounidense (de origen sudafricano) acusa al magistrado de ser “un dictador” y de dictar “órdenes ilegales para censurar a sus opositores políticos”. Y este sábado ha amenazado con comenzar a publicar el domingo “una larga lista de crímenes” del juez.
De Moraes es un símbolo de la defensa de la democracia en Brasil, principal investigador del intentoi de golpe bolsonarista en enero de 2023 y cruzado contra la desinformación. El regulador de telecomunicaciones de Brasil, Anatel, requirió a los proveedores de servicios de Internet que cortaran el acceso, cosa que hicieron en las horas siguientes.
El juez también impondrá una multa de unos 9.000 dólares para quien intente acceder a la plataforma vetada a través un VPN, que camufla el país donde está el usuario y es un sistema muy usado por disidentes en dictaduras.
En vista de que la empresa dueña de X no tiene representante legal al que comunicarle las decisiones que le afectan, el magistrado decidió bloquear las cuentas Starlink, otra empresa de Musk, cuyo servicio de Internet por satélite tiene 215.000 clientes en Brasil.
A inicios de año, X se negó a cumplir la sentencia del juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil Alexandre de Moraes para bloquear cuentas vinculadas a las milicias digitales que operan a favor del expresidente fascista Jair Bolsonaro, admirador y correligionario de Musk en la ultraderecha global.
Brasil es uno de los países del mundo donde más horas navegan por Internet los ciudadanos. Los tuiteros brasileños emprendieron rápidamente una migración en masa a otras redes sociales. Bluesky informó que en los últimos dos días ha sumado medio millón de usuarios. Otros se están trasladando a Threads.
Hasta hace muy poco, el nombre de Elon Musk representaba al hombre más rico del mundo, posición que recientemente ha ocupado Bernard Arnault con un patrimonio superior a los 190 mil millones de dólares. Tras su enfrentamiento con las autoridades brasileñas la pregunta obvia es qué objetivos persiguen sus compañías.
Quien es Musk
El gran abanico de intereses financieros de Elon Musk abarca múltiples sectores como el de la automoción, astronomía, renovables, educación o energía entre otros. Elon Reeve Musk, que nació en Pretoria (Sudáfrica) en 1971, es un empresario, inversor y magnate de los negocios que cuenta actualmente con un patrimonio neto estimado de aproximadamente 140 millones de dólares.
Es el fundador, ingeniero jefe y consejero delegado de Space X; inversor ángel, arquitecto de productos y CEO de Tesla. Fundó The Boring Company y es cofundador de Neuralink y OpenAI. Actualmente, su nombre no ha dejado de sonar por la polémica que se desató al convertirse en el dueño de Twitter.
“A menos que el gobierno brasileño devuelva la propiedad confiscada ilegalmente de X y SpaceX, buscaremos también la confiscación recíproca de los bienes del gobierno. Espero que Lula disfrute de los vuelos comerciales”, escribió Musk en la plataforma X, en respuesta a un tuit sobre la incautación por parte de EEUU de un avión oficial venezolano en República Dominicana.
Cuando el magistrado dispuso sanciones administrativas en respuesta al desacato, el magnate recurrió a la argucia de cesar las operaciones de la plataforma dentro del país, de modo que no hubiera un ente al que castigar, al tiempo que X seguía activa y mantenía operando las cuentas ilegales. Esta burla llevó a de Moraes a ordenar el cierre completo de X en Brasil, pero Musk usó su empresa proveedora de Internet satelital para violar la disposición que ya fue ratificada por el Tribunal Supremo.
En el transcurso de su campaña contra la ley, el empresario empleó su red social (donde sus tuits son vistos por todos los usuarios, quieran o no) para lanzar una campaña de linchamiento contra el magistrado y presentar su protección a los perfiles fascistas como una defensa de la libertad de expresión.
Musk adquirió la plataforma en octubre de 2022, y reactivó cuentas previamente bloqueadas por la propia compañía en las cuales se difunden mensajes homófobos, neonazis, de supremacismo blanco, misóginos, tránsfobos, teorías de la conspiración y, en general, discursos de odio, prohibidos en muchos países como parte de los esfuerzos contra la discriminación y la violencia.
En momentos en que la élite de los milmillonarios concentra una porción de la riqueza mundial mayor que nunca y en que se ha vuelto cada vez más evidente su determinación de capitalizar su poder económico en forma de poder político, la ausencia de controles a su actuación pone en riesgo a la democracia, el estado de derecho, al medio ambiente y a la vida de los ocho mil millones de personas, señala el diario mexicano La Jornada.
La capacidad de las corporaciones para bloquear durante décadas las advertencias sanitarias en torno a los riesgos que entraña el consumo de tabaco causó la muerte de millones de personas, y su negativa a reconocer la toxicidad de la gasolina con plomo intoxicó a millones de humanos, en particular a menores de edad. La avaricia de la United Fruit Company por las tierras centroamericanas desató golpes de Estado, sangrientas dictaduras y el genocidio contra los pueblos indígenas, añade.
La cruzada de Musk para colocarse por encima de las leyes de un país soberano, así como la manera en que recurre a las compañías que controla a fin de burlar a las autoridades, ponen de manifiesto la urgencia de crear una legislación internacional que frene el poder de los individuos ultrarricos. Su personalidad fue definida como narcisista y sociopática; es el ultrarrico que pisotea de manera abierta la ley, pero no es el único.
Hoy las grandes corporaciones y quienes las manejan constituyen poderes supranacionales de facto con una indisimulada disposición a subvertir países enteros.
Musk es hoy el abanderado de la nueva ultraderecha, esa que en Estados Unidos se conoce como Alt Right, y su alianza con Donald Trump puede alcanzar un nuevo estadio en noviembre de este año si el expresidente vuelve a la Casa Blanca y si, como se ha deslizado, ofrece al multimillonario dueño de Tesla un puesto de consejero áulico.
Medios como Financial Times, The Guardian o El País han criticado duramente en los últimos días al multimillonario dueño de X. Su proclama “es inevitable una guerra civil” a raíz de la oleada de pogromos islamofóbicos en Reino Unido promovida desde esa red social a comienzos de este mes es de las que marca una época. Tampoco ha pasado inadvertida la entrevista-masaje con el propio Trump en la antigua Twitter, el deepfake de Kamala Harris que difundió saltándose las normas de su propia plataforma.
El analista Jonathan Freedland ha catalogado a Musk como “la figura más importante de la extrema derecha mundial”, y recordado que este “tiene el megáfono más grande del mundo”.
Pablo Elorduy señala que el empresario nacido en Pretoria, hijo espiritual del apartheid sudafricano, es al mismo tiempo un millonario en apuros, el hombre más rico y uno de los más influyentes del mundo, el propietario de la industria social que ha moldeado la política internacional en la última década, un troll que se autopercibe como alguien ingenioso, el nuevo líder de la extrema derecha “antiwoke”.
La antigua Twitter acumula críticas por su transformación en la máquina de expansión de la ultraderecha internacional. El establishment europeo se revuelve contra Elon Musk, pero las alternativas siguen siendo minoritarias. “Musk quiere colonizar Marte y su ego es casi tan grande como el planeta rojo”, concluye un artículo de Derek Seidman en LittleSis.
Carlos Benéitez, integrante del proyecto de análisis de fake news y redes sociales Pandemia Digital, distingue dos aceleraciones en la expansión de contenidos de extrema derecha en X desde la compra por parte de Musk en octubre de 2022. Una tiene que ver con la expansión de las noticias falsas, los bulos, los discursos de odio de carácter racista, de odio religiosos y lgtbifóbico. “Han tocado el algoritmo: se muestran más porque es el objetivo que tiene Musk”, resume el investigador.
El otro momento de aceleración tiene que ver con la promoción, aparentemente casual, que el propio Musk, la persona con más seguidores en X (no sin trampas), hace de algunos de esos contenidos a través de las exclamaciones o de otro tipo de interacciones, de manera que “se dispara el rango de impresiones y de interacciones, tanto naturales, de personas a las que le llega esa información, como de cuentas automatizadas”, indica Benéitez.
El lunes 2 de setiembre Musk volvió a expresar su simpatía con el presidente ultraderechista argentino Javier Milei, en su red social X, al asegurar que Argentina “será un modelo útil para el mundo”. “¡El presidente Javier Milei está haciendo un trabajo increíble devolviendo a Argentina su grandeza!”, señaló
*Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.