Para Trump, el enemigo de EEUU es México y “la camarada” Kamala
Beverly Fanon-Clay
Protegido por una pantalla de vidrio blindada, Donald Trump, con crecientes dudas sobre un eventual triunfo electoral, siguió con su campaña de terror contra los demócratas y amenazó con suspender las relaciones comerciales con México si vuelve a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre.
“México realmente está aprovechándose de nuestro país, quieren miles de millones de dólares sólo para hablar… Eso no pasará conmigo. Querían dos millones de dólares antes de empezar a negociar. Yo diría: ‘¿En serio, negociar?’ Se terminó la relación comercial con México, dijo durante un acto de campaña en Howell, Michigan, que fuera punto importante del Ku Klux Klan (KKK) en el pasado y en la que hace un mes un grupo de supremacistas blancos corearon: “amamos a Hitler, amamos a Trump”.
“Le podían haber dicho a México: si no lo hacen no vamos a comerciar con ustedes, no haremos tratos con ustedes, no dejaremos que vendan sus autos en Estados Unidos… a estos ridículos. Ellos nos quitaron 32 por ciento de nuestra industria automotriz durante muchos años, están construyendo algunas de las plantas automotrices más grandes del mundo”, dijo.
Y agregó: “ellos creen que van a fabricar esos carros y después enviarlos a EEUU sin pagar impuestos. Eso no va a pasar. Pondremos un arancel de 100 a 200 por ciento. No vamos a permitir que eso pase”. Aseguró también que cerrará la frontera con México en su primer día como presidente, y reprochó a su rival demócrata, Kamala Harris, no haber sido más enérgica con el vecino. Enviaré a los inmigrantes irregulares de Kamala (Harris) de regreso a sus países, aseguró.
Trump aseguró que millones de puestos de trabajo «desaparecerán de la noche a la mañana» si Kamala Harris gana las elecciones el 5 de noviembre. En su primer acto de campaña al aire libre desde el intento de asesinato que sufriera en julio (una bala rozó su oreja), centró su mitin en Carolina del Norte en temas de seguridad: alegó que EEUU era más fuerte bajo su mandato y subrayó que guerras como la de Ucrania no habrían sucedido si estuviera en el poder: Yo paraba guerras con llamadas de teléfono, se jactó.
Afirmó que si triunfan los “comunistas” demócratas «los ahorros de toda su vida desaparecerán por completo». «Si la camarada Kamala gana este noviembre, la Tercera Guerra Mundial está prácticamente garantizada», sostuvo tras reiterar que su rival es la «persona de izquierda más radical» que jamás se ha presentado como candidata a la presidencia.
«Ella quiere fronteras abiertas» y «si fuera presidenta en cuatro años» habría entre «60 y 70 millones» de migrantes de todo el mundo, afirmó Trump, cuya retórica antimigración se convirtió en un eje de su campaña. El magnate prometió que si gana los comicios hará que «Estados Unidos vuelva a ser fuerte y grande».
Bernie y el show de los Obama
Mientras, en la Convención Nacional Demócrata, quien más aplausos ganó fue el senador Bernie Sanders, quien señaló que “necesitamos una economía que funcione para todos, no sólo para la clase multimillonaria”. Pero los focos no estuvieron sobre los oligarcas y la injusticia económica, sino el espectáculo diseñado para la aristocracia demócrata: Barack Obama y su esposa.
Hablando tanto a los presentes como a los 20 millones que estaban viendo la convención por televisión, Sanders recordó que 60 por ciento de la población del país sigue viviendo quincena a quincena.
Insistió en la agenda inconclusa progresista de incrementar impuestos a los ricos, ampliar el acceso a la salud para los adultos mayores, elevar el salario mínimo y reformar el sistema electoral para que los multimillonarios no puedan comprar las elecciones.
Sanders concluyó su discurso con una crítica al apoyo estadounidense a la ofensiva de Israel en Gaza. Fue el primer orador en hacerlo: “Tenemos que poner fin a esta guerra horrorosa en Gaza, retornar a los rehenes y demandar un alto el fuego inmediato”, señaló entre aplausos.
Los Obama siguen estando entre las figuras más populares. El bestseller de Michelle vendió 14 millones de copias, superando al de su esposo. Barack Obama coronó la noche, presentado por su esposa, y de nuevo, con su refinado talento político, tomó en sus manos la convención. “Esta será una contienda muy cerrada en un país dividido, declaró. La gente que decidirá esta elección es la que pregunta: ¿Quién está luchando por mí, por mi futuro, por mis hijos?”, dijo.
Criticó los fracasos del gobierno de Donald Trump y su conducta desde que dejó la Casa Blanca. El mayor aplauso lo recibió cuando señaló que el republicano tiene esta rara obsesión con el tamaño de las audiencias, mientras con las manos hizo un gesto de un tamaño chiquito de otra cosa que todos entendieron. Aplausos y risas, también.
Obama aseguró que se requieren nuevas políticas sobre acceso a vivienda, salud y educación. “En esta nueva economía, necesitamos un presidente al que realmente le importen los millones de personas que hacen el trabajo esencial para cuidar a nuestros enfermos, los que limpian nuestras calles… Kamala será esa persona”.
* Socióloga estadounidense, profesora universitaria, colaboradora del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).
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