Aprobó el Senado argentino el paquete fiscal: para el pueblo hambre y balas

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Claudio della Croce

Entre amenazas, cambios de voto por cargos, prebendas, escándalos, y fuerte represión a quienes en las calles se manifestaban en contra de la propuesta oficial, el Gobierno libertario de Javier Milei avanzó con lo justo con una Ley Bases recortada y sufrió reveses en puntos claves del paquete fiscal, que ahora vuelven a consideración de la Cámara de  Diputados.

Mientras, el Senado sesionaba, el presidente se jactaba por reprimir. La cacería en los alrededores del Congreso fue festejada por las cuentas oficiales de presidencia como si se tratara de un triunfo, casi en el mismo plano de la aprobación de la Ley Bases. Mientras sesionaba el Senado, Milei participó en dos conferencias distintas y agitó el fantasma del golpe, la violencia en las calles y los muertos «que le quieren tirar al Gobierno».

El gobierno inició de esta forma su segundo semestre en un marco Con el desempate de Villarruel, el Senado aprobó en general la Ley Basesen el que se verá obligado a mostrar resultados de cara a una paciencia social cuyos límites siempre actúan como una incógnita. Venía de sufrir una derrota en Diputados por el aumento a los jubilados y de la caída-echada de su Jefe de Gabinete Nicolás Posse.

Pero también de un monumental escándalo en el Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello por la retención de 43 toneladas de alimentos para los comedores populares, de un gabinete que tiene a figuras como la canciller Diana Mondino, que sigue resistiendo en la cuerda floja. y de turbulencias financieras con los dólares paralelos, el riesgo país y los bonos, en el marco de una profunda recesión económica.

El gobierno logró la aprobación en general de la ley Bases en el Senado, aunque con modificaciones al Régimen de promoción para grandes inversiones (RIGI) -se recorta a los sectores mineria, energía, tecnología, agroforestal e infraestrcutura-, las privatizaciones y la continuidad de la moratoria previsional. Los cambios no modifican la esencia de la norma, destinada a consolidar una enorme transferencia de recursos hacia sectores concentrados con la entrega de los principales recursos naturales del país.

La votación terminó 36 a 36 y la que desempató fue la vicepresidenta (y presidenta del Senado) Victoria Villarruel, que justificó no solo su voto sino también la represión callejera.Ley Bases: las cooperativas marchan en contra del RIGI y en defensa del  INAES

El vuelo de Milei hacia Italia para participar del G7 se postergó hasta la madrugada para que Villarruel pudiera desempatar. Hubo muchos aportes para esta definición: La neuquina Lucila Crexell puso un voto que faltaba a cambio de un cargo en la Unesco y el radical Martín Lousteau facilitó el quórum decisivo que el oficialismo necesitaba para sesionar. Pese a ello, la votación fue agónica.

Además, la tucumana Sandra Mendoza y el catamarqueño Guillermo Andrada, de Union x la Patria (peronistas), votaron a favor del RIGI: los ávidos intereses de las corporaciones extractivistas en las provincias mineras pegan más fuerte que el interés nacional y el cuidado medioambiental.

El empoderamiento del ministro Guillermo Francos como jefe de Gabinete -tras la caída de Nicolás Posse- fue el de un negociador nato que apeló a todos los métodos clásicos de la casta política, con concesiones y prebendas incluídas, para apenas conseguir un agónico empate que desequilibró con su voto Victoria Villarruel.

La votación dejó en claro que al Gobierno no le sobra nada y la duda es si el bloque que consiguó esta votación puede continuar o fue apenas episódico, una fórmula difícil de repetir. Para lograr la mayoría, en el último tramo, el gobierno retrocedió con la eliminación de la moratoria previsional y con privatizaciones varias como las de Aerolíneas Argentinas y el Correo.

Hay que tener en cuenta que el Gobierno sufrió un revés importante cuando perdió dos votaciones claves en Ganancias y Bienes Personales. Restará ver qué actitud toma Diputados cuando esas modificaciones vuelvan a la Cámara Baja.

La represión y el verso del golpe

«La Oficina del Presidente felicita a las Fuerzas de Seguridad por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina», fue el mensaje que publicaron..

«No hay ni terrorismo, ni golpe de Estado. El uso de esos términos por parte del gobierno nacional solo busca legitimar niveles aún mayores de represión y habilitar una criminalización extrema de las personas que protesta», señaló el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

Durante toda la jornada hubo lluvia de balas de goma, gases, cacerías y detenidos a mansalva. El operativo recibióla correspondiente felicitación de Javier Milei y de varios de sus ministros, que denunciaban la existencia de supuestos «grupos terroristas» y hasta que la policía y el resto de las fuerzas «actuaron en defensa de la democracia».

Otra vez una salvajada desproporcionada de parte de las fuerzas de seguridad federales y la Policía de la Ciudad. Diez heridos oficiales y varios detenidos de los que no se tienen noticias. Alcanzaron seis meses para que la violencia en sus distintas formas ya sea una marca indeleble del gobierno de Milei, señala Tiempo Argentino.

“A mansalva disparan sus escopetas el pelotón de gendarmes desde la avenida Entre Ríos. Llueven las bombas lacrimógenas sobre la plaza colmada por trabajadores, jubilados, militantes de base y otros tantos anónimos castigados por las políticas de la crueldad del gobierno ultraliberal. En la tarde del miércoles, reina en Congreso la ley gases de la ministra de la represión Patricia Bullrich. Otra vez el panic show”, añade.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

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