El 8M, el negacionismo de las desigualdades y la lección en el pizarrón
Betina Stein
Tomar decisiones con perspectiva de género implica reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, constitutivas social e históricamente de un tipo de comportamiento androcéntrico o patriarcal.
La existencia de un Día Internacional de la Mujer, nos permite reflexionar sobre la desigualdad de género, las consecuencias de dicha desigualdad y la necesidad de la lucha constante en pos de achicar cada vez más la brecha existente entre los géneros.
En la Argentina los estereotipos han influido en las normativas existentes y han marcado a la sociedad con un claro sesgo patriarcal que recién hace pocos años comenzó a cuestionarse y a intentar modificarse. Para graficar lo que estamos diciendo van algunos ejemplos de la legislación vigente hasta hace muy pocos años:
2) Hasta el año 1984, la patria potestad respecto de los hijos era exclusivamente ejercida por el padre.
a) era obligatorio que los hijos llevaran el apellido del padre;
b) La mujer casada podía adicionar a su apellido el del esposo precedido de la preposición “de”, denotando propiedad. Pero no al revés;
c) la mujer casada que había dejado de trabajar fuera de la casa para ocuparse de las tareas domésticas y los hijos, producido el divorcio no tenía ningún reconocimiento o compensación alguna por el desequilibrio económico que el divorcio le generaba.
4) El código penal hasta el año 1995 consideraba delito al adulterio. La mujer lo cometía por el sólo hecho de tener relaciones sexuales con otro hombre. El hombre, sólo se consideraba adúltero si tenía una vida paralela.
Clases bajas, trabajadoras y jóvenes, las más afectadas
Si hablamos de la estructura de ingresos, 1 de cada 2 familias dependientes de mujeres pertenece a los quintiles de menores ingresos. Sólo el 35% pertenece al decil de mayores ingresos, mientras que las mujeres representan el 66% en los deciles más bajos.
Las mujeres además padecen mayores niveles de desempleo y de informalidad.
En los hogares más pobres la dependencia económica de la mujer en relación al hombre la coloca en un lugar de suma vulnerabilidad en términos de violencia.
Tomar decisiones, entonces, con perspectiva de género implica reconocer las relaciones de poder que se dan entre los géneros, constitutivas social e históricamente de un tipo de comportamiento androcéntrico o patriarcal.
Ese reconocimiento no parece ser la característica del actual gobierno, que más bien se inclina por el negacionismo absoluto de dichas desigualdades, suprimiendo el Ministerio de Mujeres Género y Diversidad.
Para dar otro ejemplo, mientras durante el gobierno de Alberto Fernández se sancionó en el Banco Central una guía de lenguaje inclusivo, evitando el genérico masculino en la redacción de sus normas, el actual Ministro de Defensa prohibió ese lenguaje en el ámbito de su competencia.
La periodista uruguaya Cristina Peri Rossi, escribió un texto maravilloso sobre el lenguaje inclusivo: cuenta que a sus 5 años la maestra escribió en el pizarrón la frase “Todos los hombres son mortales” y que ello le produjo un gran alivio, suponiendo que su madre nunca se moriría. Cuando se lo comentó a su madre, ésta le explicó que esa frase incluía a las mujeres. La niña replicó entonces por qué la maestra no escribió “Todos los hombres y las mujeres son mortales”, a lo que la madre respondió: “Porque las mujeres estamos encerradas en la palabra hombre”.
La lucha constante de los colectivos de mujeres, nos ha permitido salir de ese “encierro” . Por ello, hoy más que nunca, a los ataques de esta gestión retrógrada en materia de género, debemos contestar con la defensa a ultranza de los derechos conquistados.
*Abogada. Especialista en derecho administrativo y derechos humanos. Ex directiva del Banco Central.
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