En estos días se están haciendo encuestas en México para definir al candidato o candidata, tanto de la alianza oficialista conformada por los partidos Morena, PT y Verde, como por el Frente Amplio por México (PRI, PAN, PRD).

Por qué el Financial Times calificó a Xóchitl Gálvez como la “outsider” que  amenaza los planes de AMLO - Infobae
Xochitl Gálvez

En la primera semana de septiembre se conocerán los elegidos en cada coalición. Del lado opositor, las cosas están más claras: compiten dos mujeres. Una es Xochitl Gálvez, que a pesar de ser Senadora por el PAN, mantiene una interpelación interclasista: le habla tanto a las clases altas –es empresaria– como a las medias –cansadas en una buena parte del país de los gobiernos de Morena–, como a las populares (ella nació en una comunidad campesina y su padre era indígena).

Enfrente tendrá a Beatriz Paredes, un cuadro a la vieja usanza del PRI más ortodoxo que ha sido diputada, senadora, gobernadora, embajadora y presidenta del PRI, además de Senadora actual, al igual que Xochitl.

 

Seis candidatos oficialistas

Del lado oficialista las cosas se complican un poco más: hay seis candidatos, cuatro de Morena (Marcelo Ebrard, ex Canciller; Claudia Sheinbaum, ex Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Ricardo Monreal, ex Coordinador de la Junta de Coordinación Política del Senado; y Adán Augusto López, ex Secretario de Gobierno).

Por su parte, el Partido del Trabajo tiene al ex diputado Gerardo Fernández Noroña como su apuesta, y el Partido Verde propone al mediático marido de la actriz Anahi, el Ex Gobernador de Chiapas y Senador Manuel Velasco. En realidad, Monreal, López, Noroña y Velasco mantienen porcentajes de intención de voto menores al 10 por ciento: los verdaderos candidatos de Morena se reducen a Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum.

La campaña de dos meses en la que los candidatos se vieron obligados por sus partidos a renunciar a sus cargos para no disponer de recursos públicos para su campaña, se ha visto empañada por denuncias de no respetar los acuerdos firmados ante el propio López Obrador, quien desde que llegó al gobierno impulsó que los delitos electorales –que permanentemente cometía en el pasado el PRI– fueran calificados como graves.

 (Fuente: EFE)
La aspirante a la candidatura presidencial por Morena, Claudia Sheinbaum.

Se ha denunciado el acarreo de personas a los diferentes mítines, el uso de grandes carteles muy caros a lo largo del país que no fueron fiscalizados, y el uso de funcionarios públicos encargados de los programas sociales a favor de Claudia Sheinbaum, y en menor medida de Adán Augusto López. Probablemente la denuncia ante el INE y el Tribunal Electoral de los presuntos delitos cometidos durante la campaña, llevará a judicializar el proceso durante meses.

La interna se define con encuestas

Es tanta la tensión, que el partido Morena, encargado por medio de su Comisión de Encuesta de realizar el sondeo para su interna, ha tenido que contratar a cuatro casas encuestadoras propuestas por los candidatos para realizar estudios en espejo. Todas las encuestas serán con urna simulada y en teoría en distritos aleatorios, con el fin de que no puedan ser manipuladas, algo ya denunciado también en el pasado.

A partir de aquí, y mientras se desarrollan las diferentes encuestas, se abren varios escenarios. Por el lado de la alianza opositora, y aunque Beatriz Paredes dé batalla, todo parece indicar que la candidata presidencial será Xochitl Gálvez, sobre todo después de que el tercero en discordia, Santiago Creel, representante del PAN tradicional y Presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, bajara su precandidatura en favor de Xochitl.

En el oficialismo, Claudia Sheinbaum le lleva ventaja a Marcelo Ebrard, favorecida por los dos años de campaña anticipada en diferentes estados mientras era Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en alianza desde Palacio con Televisa, que sigue teniendo la hegemonía comunicativa en el sentido común mexicano.

Sin embargo, desde que el Canciller Ebrard renunció a su cargo y comenzó sus recorridos por el país, la diferencia se ha ido acortando. Un elemento importante que Morena tiene que decidir es qué pasa si entre los dos primeros la diferencia resulta ser pequeña, dentro del margen de error de las encuestadoras. La lógica dice que debería realizarse una especie de segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.

Los escenarios

En la interna de Morena se abren tres escenarios posibles. Uno sería que Marcelo Ebrard ganara la encuesta y entonces Claudia Sheinbaum fuese como coordinadora de senadores (en México un Senador por lo general tiene más poder que un Secretario o Ministro de Estado). Entonces una Morena unida podría derrotar a la oposición encabezada por Xochitl Gálvez.

La segunda opción sería si Claudia Sheinbaum saliese primera en las encuestas y Ebrard aceptara ir como primer Senador. La tercera opción sería que Sheinbaum estuviese primera en las encuestas, pero con discrepancias entre las distintas encuestadoras que se entrecruzarán, y que Ebrard rompiese con su partido y se presentara por fuera de Morena. Este último escenario, si bien no es deseado por nadie en Morena, empezando por el Presidente, es factible.

Entonces se abriría un escenario con tres candidatos. Una sería Xochitl Gálvez aglutinando el voto de la derecha y en general de las clases medias anti-obradoristas. La otra sería Claudia Sheinbaum con el voto oficialista, y luego Marcelo Ebrard liderando un proyecto que rechace el pasado, pero pida reformar y mejorar la llamada cuarta transformación, desgajando una parte de la estructura del PT y Verde, además de Morena.

Esto generará un escenario tremendamente volátil en el que cualquier cosa puede pasar. Es necesario recordar que casi la mitad del total de diputados de Morena, que apoyan a Ebrard, acaban de firmar un comunicado subrayando que “la unidad se construye con respeto, se construye cuando hay suelo parejo, sin mentir, escuchando legítimamente al pueblo”.

* Investigador social vasco-boliviano, diplomado en Derechos Económicos, Sociales y Culturales y Políticas Públicas, domiciliado en México. Colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)