Operación “Caiga quien Caiga” sigue en Venezuela: lo que pasó y lo que viene
Marcos Salgado |
Cuarenta y cuatro detenidos es el saldo hasta el lunes 3 de abril de la amplia operación que puso en marcha la Policía Nacional Anticorrupción de Venezuela y la Fiscalía General de la República, por impulso del presidente Nicolás Maduro, quien la denominó “Operación Caiga quien Caiga”.
El nombre no es pretencioso, ni le queda grande. El viernes 17 de marzo una hasta entonces casi ignoto cuerpo policial especializado comenzó una serie de detenciones, las más sonadas, en inicio, fueron la del diputado y miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Hugbel Roa, y la del superintendente de Criptoactivos, Joselit Ramírez. Ambos cercanos al para entonces ministro de Petróleo y vicepresidente sectorial de Economía, Tareck El Aissami.
El Aissami renunció el lunes 20 a su cargo y esa misma tarde el presidente Maduro, en reunión con la dirección del partido de gobierno confirmó que las investigaciones habían comenzado varios meses antes, y que le había aceptado la renuncia El Aissami, un personaje hasta entonces importante en el gobierno, que llegó a ser vicepresidente de Maduro, entre enero de 2017 y junio de 2018.
Más allá de las especulaciones travestidas en expresiones de deseo y los rumores interesados, se desconoce oficialmente si El Aissami está siendo investigado. Pero el golpe a su figura es evidente, y quedó más que claro en la segunda tanda detenciones, la semana pasada, cuando cayeron detenidos el presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), Pedro Maldonado, junto a otros siete altos funcionarios, además de Néstor Astudillo, presidente de la siderúrgica SIDOR.
La CVG es la encargada de regentear toda la actividad de las industrias básicas de Guayana, la región del este de Venezuela, rica en hierro, bauxita, oro y diamantes, entre otros. Es también la región donde se produce la mayor parte de la energía eléctrica del país, lindante con la otra joya de la corona: la Faja Petrolífera del Orinoco, donde cayeron detenidos Jackeline Perico y José Lima, que estaban al frente de la Dirección Ejecutiva de Producción de la Faja.
En PDVSA se investiga una maniobra de desfalco al Estado de al menos 3 mil millones de dólares y en la CVG no se informó oficialmente aún en qué consistían las maniobras de corrupción. En las dos tramas hay decenas de empresarios privados detenidos.
Demasiado cercanos
El ex CVG Maldonado fue antes presidente del Banco Central de Venezuela, director general de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. Antes había ejercido varios cargos en el Ministerio de Interior cuando El Aissami era ministro y luego también lo acompaño en Aragua, ya con El Aissami como gobernador.
El ex superintendente de Criptoactivos Joselit Ramírez fue director de la Oficina de Atención al Ciudadano de Aragua, también en tiempos de El Aissami, y luego lo acompañó como director del Despacho del Ministerio de Industrias y Producción Nacional.
Del más mediático de los detenidos, el diputado Hugber Roa, se sabe su cercanía con El Aissami desde tiempos de la militancia universitaria, cuando éste ocupó la presidencia de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad de Los Andes (ULA).
En suma y más allá de desenlaces futuros, esta claro que la operación “Caiga quien Caiga” implica la salida del gobierno de un personaje importante y un entramado de funcionarios de distintas categorías.
Mensajes claros
La difusión de imágenes de algunos de los detenidos, vestidos de traje naranja, a través del canal estatal Venezolana de Televisión muestra la voluntad política de mostrar firmeza.
Y esto va más allá de lo simbólico, el viernes pasado la Asamblea Nacional (AN), el parlamento unicameral venezolano, trató en sesión especial una ley para disponer en poco tiempo de los bienes incautados sospechosos de provenir de actos de corrupción.
La sesión fue encabezada por Jorge Rodríguez (presidente de la AN) y Diosdado Cabello (jefe del bloque oficialista en la AN y vicepresidente primero del PSUV), los dos referentes del chavismo que aparecen al frente de la movida anticorrupción luego de Nicolás Maduro.
Los dos encendieron la tribuna. Cabello advirtió a los diputados de su bloque: “les pido encarecidamente, no se metan en vainas. No se metan en vainas. No habrá perdón para ello. Porque nuestro pueblo confía en nosotros”.
Rodríguez, por su parte, abundó: “Y hemos demostrado con hechos, con procesos, con realidades, con valentía, que esto va hasta lo más profundo de cualquier acción en contra del pueblo de Venezuela. Sea quien sea, caiga quien caiga.”
El gobierno parece así decidido a no desescalar en la iniciativa política que significan estas acciones, bien vistas por la sociedad, incluso entre los antichavistas.
Tanto Rodríguez como Cabello advirtieron además que la operación no se quedará solo en funcionarios oficialistas y empresarios ligados a los esquemas de corrupción. Insistieron en que también pueden caer opositores. Rodríguez (y también el presidente Maduro) volvieron a poner el acento en Juan Guaidó, el desgastado ex presidente autoproclamado, quien recogió el guante y jugando adelantado denunció en redes en la noche del domingo 2 de abril que el “régimen” se preparaba para detenerlo.
Así comenzó en Venezuela el largo feriado de la Semana Santa (no hay clases hasta la semana que viene). No parece probable que la operación Caiga quien Caiga también se tome vacaciones.
*Periodista argentino del equipo fundacional de Telesur. Corresponsal de HispanTV en Venezuela, editor de Questiondigital.com. Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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