Pese a las zancadillas, la CELAC avanzó y un caribeño es su presidente pro-tempore   

Claudio della Croce

Los 33 países de América Latina y el Caribe firmaron una declaración conjunta al cierre de la VII cumbre de la CELAC con cien puntos de consenso vinculados a un nuevo proceso de integración en la región, que pretende “promover la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de los pueblos”.

El documento insiste en la defensa de los recursos naturales y estratégicos; exige de manera reiterada el levantamiento del bloqueo a Cuba; resalta la importancia de fomento del diálogo con Venezuela y el principio de no intervención e injerencia en las democracias de sus pueblos. Hubo respaldo explícito al reclamo argentino por Malvinas, divergencias con el derechista Luis Lacalle Pou y tensa situación por Perú, todos ejes del encuentro que mantuvieron los mandatarios a puertas cerradas.

Por demás importante fue la elección como nuevo presidente protémpore -en reemplazo del argentino Alberto Fernández- a Ralph Gonsalves, primer ministro de las islas de San Vicente y Granadinas, primer caribeño que llevará las riendas de la Celac por un año.

La presencia del presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, en la séptima cumbre de jefes de Estado, fue uno de los acontecimientos más importantes del evento ya que su triunfo significa un giro en la dinámica de la región, Su ntecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro había excluido al país de este organismo de integración regional.

En los plenarios que se sucedieron durante toda la tarde, uno a uno los presidentes fueron haciendo intervenciones de siete y diez minutos. Cada uno con postura y matices ideológicos abordaron distintos temas.

Uno de los ejes centrales de la discusión estuvo puesto en la situación que transita Perú luego de la destitución y detención de su presidente electo, Pedro Castillo. Sobre ese tema varios países pidieron, además del repudio de lo ocurrido, la liberación del presidente peruano. Pero la postura no fue unánime y hubo cruces.

Por la liberación de Castillo se pronunciaron Gustavo Petro, Nicolás Maduro y Andrés Manuel López Obrador. Gabriel Boric pidió el repudio a lo que sucede en Nicaragua, pero no pidió por la liberación de Castillo. Otros, como Fernández y Lula da Silva le bajaron el tono a la discusión, no pidieron por la liberación, sino por el fin de la violencia y dijeron que era necesario llamar a elecciones.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, aseguró que “Castillo perdió los derechos políticos”, y se preguntó “¿cómo puede haber un presidente preso sin que haya sentencia, que haya perdido sus funciones constitucionales?”.

El, neoliberal uruguayo Luis Lacalle tuvo el discurso más disonante. Pidió por el libre comercio y dijo que uno de los puntos del documento final proclama que la región defiende los derechos humanos y eso “no sucede en muchos países miembro”. Luego, en la conferencia de prensa posterior, sostuvo que los discursos dentro del plenario tuvieron un profundo sentido ideológico.. “Son un club de amigos ideológicos”

En el cierre de la sesión y como despedida, Fernández habló en privado y respondió en tono conciliador a Lacalle y pidió no inmiscuirse en las cuestiones internas de otros países y “cuando existen desacuerdos en esos países, promover el diálogo para que sean los mismos países los que encuentren la solución adecuada”.

Además de los videos que enviaron los presidentes Nicolás Maduro (Venezuela) y Andrés Manuel López Obrador (México) también mandaron los suyos los invitados especiales, entre otros, el presidente chino, Xi Jinping y el enviado del mandatario estadounidense Joe Biden, el exsenador Chirs Dodd.

Xi destacó que la CELAC “ya se ha convertido en una fuerza propulsora indispensable para la cooperación global Sur-Sur y que están dispuestos a seguir solidarizándose con los países de la región y avanzando con manos unidas. Dodd dijo que Biden lamentaba no poder estar, que EEUU “ha sido y seguirá siendo un socio en los desafíos”, y que había que permanecer unidos para renovar las democracias.

Desde el departamento de Estado estadounidense  temprano habían publicado un documento –que algunos mandatarios calificaron de “provocador”- en el que expresaron que “el gobierno de EE.UU. reafirma el valor de fortalecer la colaboración regional a través de la Organización de los Estados Americanos, el principal foro multilateral en el Hemisferio Occidental”. Washington intentó quitarle peso a la Celac -donde no hay participación de Estados Unidos y Canadá- y defender la OEA, que digita y financia.

Los compromisos

El documento final consignó a la región como una “zona de Paz” y destacó su importancia a nivel mundial en materia de seguridad alimentaria y nutricional como principal exportadora neta de alimentos y contiene secciones especiales para describir la situación de Haití, Cuba, Venezuela, Puerto Rico y Malvinas.

Cuestionó las sanciones a Cuba y solicita financiamiento para la región. Todos los países ratificaron su promesa de “compromiso democrático”, se refirieron a la crisis global causada por el cambio climático y la guerra en Ucrania y destacaron el proceso de transición electoral en Venezuela

El documento incluyó apartados para el cambio climático; la estrategia sanitaria; la cooperación en materia ambiental; la ciencia tecnología e innovación; infraestructura para la integración; género; juventudes; migraciones; discapacidad; educación; cultura; cooperación en materia espacial y nuclear.

Los países de la región exigieron el cese del bloqueo a Cuba: “reiteramos el llamado de la Asamblea General de Naciones Unidas a poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que además de ser contrario al derecho internacional, causa graves daños al bienestar del pueblo cubano”.

Asimismo saludaron los acuerdos alcanzados el 26 de noviembre de 2022 en el marco del proceso de diálogo y negociación entre el gobierno constitucional de Venezuela y la Plataforma Unitaria de Venezuela, fomentado por los gobiernos de México y Noruega.

Aseguraron que los Corredores Bioceánicos son proyectos concretos muy relevantes para la región; y resltaron la preocupación por la persistencia de brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral.

La Celac se comprometió a trabajar contra la precarización laboral que viven los jóvenes; y pusieron énfasis en el compromiso con una migración segura, ordenada y regular y rechazaron toda forma de racismo, discriminación racial, xenofobia, discursos de odio.

Los representantes de los 33 países de la región subrayaron la importancia para que “la educación cuente con financiamiento adecuado y ocupe un lugar preponderante en la agenda pública de nuestros Estados”. Asimismo, reiteraron “el más firme respaldo regional a los legítimos derechos de Argentina en la disputa de soberanía por las Islas Malvinas”.

Pese a las zancadillas desde Washington, tanto del gobierno estadounidense como de la OEA, la CELAC retomó las banderas de la integración regional en su séptima cumbre, lo que ya significa un avance. Y ahora la posta la tiene el Caribe, con su primera presidencia pro-témpore.

*Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)