El desafío de la Celac presidida por Argentina: un diálogo sin exclusiones
Rubén Armendáriz
El presidente argentino Alberto Fernández afirmó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) “no nació para oponerse a nadie”, al cerrar la 22 cumbre del organismo regional realizada en el palacio San Martín, sede de la cancillería argentina, en la que fue confirmado como presidente del organismo en 2022.
Tras meses de intensas conversaciones con los países miembros, Argentina era el único candidato para liderar el organismo y ahora asumió la presidencia pro témpore después de que en la cumbre de presidentes de septiembre pasado la candidatura no lograra el consenso necesario (cuando el entonces canciller Felipe Solá fue removido de su cargo).
Las deliberaciones contó con los cancilleres de 32 de los 33 países que integran este foro regional (que no incluye a Estados Unidos ni Canadá, como sí lo hace la Organizaciópn de Estados Americanos, OEA) . Estuvo ausente Brasil, que desde que asumió Jair Bolsonaro como jefe de Estado, decidió autoexcluirse y no envió a ningún delegado.
Fernández anunció que trabajará 15 objetivos en materia de estrategia sanitaria, recuperación económica y seguridad alimentaria, relacionados con conceptos claves como conocimiento, industria, producción y empleo que, subrayó, «no son palabras mágicas para la región», tras dos años de pandemia.
También dijo que buscan «incluir en la cooperación aeroespacial y en la ciencia y la tecnología aplicadas a la innovación asociada» y aseguró que las consecuencias del cambio climático y los estragos que genera especialmente en países del Caribe deben preocupar.. «No podemos mirar impávidos semejante realidad. El problema generado debe ocupar el primer lugar en la lista de problemas que enfrentamos», indicó.
Aseguró asumir el desafío «con la convicción de que todos somos parte de una patria grande aunque muchos hacen lo imposible por dividirnos y, consecuentemente, someternos con facilidad».
Las expectativas
Para los analistas, en este contexto de orfandad, para que la Celac siga consolidando el espacio de diálogo con divergencias y blindar la democracia en América Latina y el Caribe, hay que considerar dos aspectos: la emergencia de gobiernos progresistas y la esperanza de que la antigua institucionalidad latinoamericana pueda volver a cobrar peso y gravitación, con voz y políticas unificadas, y el fortalecimiento de la derecha, en la cual hay que inscribir las esperanzas de fortalecer el bloque regional.
Para otros analistas, la presidencia argentina en la Celac confirma el potencial que tiene el eje Argentina-México en la política regional, para lograr una unidad en la diversidad, desde Cuba y Venezuela hasta los gobiernos conservadores de Ecuador, Uruguay y Colombia, todo el arco ideológico de América Latina y el Caribe. El desafío es lograr el reingreso de Brasil y que Colombia no abandone el barco de la unidad.
La Celac, que debe plantearse como prioridad los problemas que preocupan a los pueblos y sus gentes en el complejo contexto de pandemia y crisis económica, social y financiera, debe abocarse a discutir en conjunto el mundo que viene con otros bloques regionales o potencias emergentes: la relación con la Unión Europea, China o, incluso, Estados Unidos, serán determinantes en un diálogo en el que se debe privilegiar la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos y caribeños., mientras
En definitiva, el gran desafío es pensar la pospandemia para la región, buscando un modelo de desarrollo que garantice la justicia social.
La filosofía del gobierno argentino
Fernández habló de la filosofía que mueve al organismo. «No nació para oponerse a alguien ni para inmiscuirse en la vida política y económica de ningún país», dijo y completó: «Nació como un foro en favor de nosotros mismos, que siempre promovió el consenso y la pluralidad en un marco de convivencia democrática, sin ningún tipo de exclusiones».
También citó al escritor colombiano Gabriel García Márquez y aseguró que la pregunta que éste se hizo cuando recibió el Premio Nobel sigue más vigente que nunca: «¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?».
Fernández apuntó que, aunque pasaron cuatro décadas desde entonces y ha habido avances en materia de libertad y democracia, «no hemos sido capaces de plasmar esa equidad social de la que hablaba García Márquez». Sostuvo que «con tanta desigualdad, la democracia parece vacía de contenido y la libertad la disfrutan más quienes acceden a la centralidad social que quienes viven en los márgenes de esas mismas sociedades».
Reconoció que «en esta región la riqueza se concentra en pocos y la pobreza se distribuye en millones de hombres y mujeres que padecen»
El mandatario argentino destacó el rol de México para “revitalizar” el bloque regional y agradeció el apoyo que le dio la CELAC a la Argentina en el marco de la renegociación por la deuda que su país está llevando adelante con el Fondo Monetario Internacional.
En el cierre de la cumbre, Fernández dijo que “nos gustaría discutir en conjunto estrategias que permitan concertar posiciones a nivel regional de la CELAC ante los organismos financieros internacionales y regionales.
Argentina fue elegida por los integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para ejercer la presidencia pro témpore para el período 2022, en una votación por unanimidad entre los representantes de las delegaciones.
Por su parte, el canciller argentino Santiago Cafiero afirmó que “es un gran honor y un orgullo” que Argentina estar a cargo de la presidencia pro témpore y aseguró que el objetivo “será la búsqueda de consensos”. Subrayó que la pandemia “no le impidió” a los países “avanzar en la tarea de fortalecer el diálogo”, al tiempo que ponderó que ese bloque “promueve el diálogo sin exclusiones”.
“Vamos a trabajar por la integración, el respeto a las instituciones democráticas y contra la corrupción”, señaló Cafiero, quien planteó que el objetivo es “avanzar con una agenda abierta en la tarea de fortalecer el diálogo en la región, de los estados partes y, fundamentalmente, continuar con herramientas de integración necesarias para seguir construyendo una región en paz”.
“No empezamos de cero, somos parte de una historia , somos parte de la historia donde muchos líderes de América Latina y el Caribe vienen dejando testimonio, tras testimonio. (…) “Nuestra identidad común no es un conjunto agrupado de intereses diversos. Es una construcción política, social, económica y cultural, una historia rica que tenemos que seguir bregando para que no se detenga”, añadió
Además, se propuso poner el acento en las políticas de género para asegurar la igualdad de las mujeres en la región y fomentar la cooperación digital y tecnológica en una región rica en diversidad e identidad .“Son los desafíos y metas que queremos incorporar en el respeto de las particularidades como parte de una agenda democrática”, aseguró.
Cafiero agradeció, además, el respaldo de los estados de la Celac al reclamo argentino por la soberanía de Malvinas, a 40 años del conflicto bélico con Gran Bretaña por la soberanía sobre las islas, y aseguró que se trata de una demanda “en paz sostenida por la vía diplomática”
* Periodista y politólogo, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Los comentarios están cerrados, pero trackbacks Y pingbacks están abiertos.