Cecilia Vergara Mattei

A dos semanas de la segunda vuelta de la elección presidencial en Chile, los sondeos indican que el candidato de centroizquierda Gabriel Boric obtendría un 54 por ciento frente al 46 por ciento del candidato de ultraderecha, José Antonio Kast, en medio de una furiosa campaña del miedo de la derecha, de los medios hegemómonicos y en redes sociales sobre la maniquea disyuntiva entre  libertad y comunismo.

Se ha exagerado mucho la importancia política de la segunda vuelta presidencial, olvidando que el próximo presidente será uno de transición entre el fin de la Constitución del 80 (refrendada por el expresidente Ricardo Lagos y todos sus ministros en 2005) y la nueva que se aprobará el próximo año. Y lo mismo valdrá para el Congreso recientemente electo, parte del cual (la mitad del Senado) fue electo en 2017, es decir, antes de la revuelta social de 2019.

El analista Felipe Portales señala que disminuirá aún más la importancia política del próximo presidente teniendo en cuenta que –cualquiera que sea electo- no contará con mayoría parlamentaria para obtener nuevas leyes a su gusto en lo que dure su período. Asimismo, se ha exagerado la posibilidad de que el pinochetismo de Kast pueda traducirse en una agudización de la represión ya existente, particularmente en territorios mapuches.

Se olvida también de que las Fuerzas Armadas y Carabineros disponen de total autonomía operativa de acuerdo a la Constitución y a la Ley Orgánica Constitucional de las Fuerzas Armadas y Carabineros impuestas por la dictadura y legitimadas posteriormente por la Concertación, añade.

Más que consultar sobre qué candidato lleva ventaja sobre el otro, las encuestas podrían averiguar cuáles son las motivaciones que tienen los ciudadanos para optar por uno u otro, como también en su decisión de abstenerse, votar en blanco o nulo. Seguramente la amplia mayoría lo hará contra el otro más que en pro de lo que estos se proponen hacer en caso de resultar elegidos, señala el catedrático Juan Pablo Cárdenas. Lo que ha prevalecido en esta campaña es la demonización de los adversarios; en ningún caso el planteamiento y debate de ideologías o programas.

Boris y Kast , con un volumen de votos bajo el 30%, necesitan ahora alrededor de dos millones de votos nuevos para ganar. Ello si es que se mantiene un abstencionismo de aproximadamente un 50% del padrón electoral. Si el número de votantes aumenta, el resultado se hace inversamente difuso. A mayor número, más impredecible.

Los cerca de 900 mil ciudadanos que le dieron su voto a Franco Parisi en la primera vuelta presidencial se terminaron por transformar en la obsesión de Boric y Kast. De otra manera, no sé entendería el que ambos hubieran aceptado asistir al programa vía YouTube denominado Bad Boys, donde a través de un círculo cerrado de seguidores de Parisi se habla de la contingencia..

Ya en los primeros discursos de ambos candidatos, las propuestas más gruesas de Franco Parisi y su nombre, comenzaron a aparecer con mayor frecuencia, y, para sorpresa de muchos, en un tono que dista mucho de las primeras impresiones que se tenían de su persona, a la que se le enrostraba que vivía en Estados Unidos por la orden de arraigo por no pago de pensión alimenticia.

Ante la desinformación de la derecha, Parisi, excandidato presidencial del Partido de la Gente (PDG), desmintió un supuesto acuerdo con Kast. “No estoy negociando con nadie (…) Están mintiendo. No se preocupen, nosotros tenemos una programación extremadamente clara”, dijo en una transmisión en vivo.

Sigue la campaña

Kast y Gabriel Boric vivieron su segunda semana de campaña de cara al balotaje presidencial, en un tenso trajín de rearticulación de sus comandos electorales, de limar las asperezas de sus discursos y flexibilizar sus programas, buscando los focos que les permitan conseguir los votos que les den el triunfo.

Analistas, sociólogos y académicos de la política coinciden en que el “centro político” es el espacio social decisivo a conquistar electoralmente, por cualquiera de los dos candidatos, pero éste terminó por mostrarse como un espacio social difuso y fragmentado que aún no tiene perfiles políticos nítidos. La geografía electoral del país cambió definitivamente y habrá que interpretarla, pero carece de sentido atribuir a sentidos mágicos a cosas obvias como buscar electores entre quienes no votaron por uno, señala El Mostrador.

Boric recibió el respaldo de más de 100 intendentes de todo el país y de 400 integrantes de congregaciones religiosas que a su vez señalaron «no es posible mirar la realidad desde el balcón de la neutralidad».

El candidato del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, tras un viaje relámpago a Estados Unidos donde dialogó con dirigentes republicanos, afirmó que la propuesta incluida en su programa que proponía terminar con el Ministerio de la Mujer y Equidad de género “es un error que vamos a corregir y en esto quiero hacer una confesión: nos equivocamos (…) Yo le pido perdón a todas las mujeres de Chile”, sostuvo el aspirante de extrema derecha.

El excandidato presidencial de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, confirmó que mantuvo un diálogo con José Antonio Kast por las 9 propuestas que hizo a su programa de gobierno.“Me han transmitido su absoluta disposición a incluir y reforzar en su programa los compromisos de los puntos enviados”, indicó a través de un comunicado.

El exministro de Desarrollo Social agrega que “si bien nuestro proyecto es distinto, es necesario adoptar una posición por lo que está en juego en Chile. Por mi parte desde el principio he manifestado que considero prioritario derrotar la amenaza del populismo de izquierda y comprometo mi voto para esto”. Kast, ratificó que está trabajando con los equipos de Sebastián Sichel para incorporar parte de sus ideas en su programa de gobierno.

Cien alcaldes señalaron que «tenemos la convicción de que con Gabriel Boric construiremos el nuevo Chile de la dignidad. Avanzaremos con su futuro gobierno en la construcción del país descentralizado por el que hemos luchado tanto, de la mano de una nueva Constitución legítima y democrática», apuntaron.

En este sentido subrayaron que “no estamos en tiempos de medias tintas ni omisiones. “Por eso, por responsabilidad con el futuro, entregamos nuestro apoyo fuerte y claro a Gabriel Boric. Porque nos da esperanza y porque representa el único proyecto que avanza hacia el Chile de la dignidad, con derechos, con justicia y seguridad para todos y todas», concluyeron en el comunicado.

Más de 400 integrantes de movimientos y congregaciones religiosas (principalmente católicos) manifestaron su apoyo a Boric en una carta titulada No nos robarán la esperanza, donde señalan que “No es posible callar en estos momentos que vivimos como país. No es posible mirar la realidad desde el balcón de la neutralidad. Por eso queremos públicamente manifestar nuestra adhesión al proyecto colectivo dialogante abierto feminista ecológico y territorial expresado en la candidatura de Gabriel Boric».

* Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)